“El amante doble”: en el laberinto del inconsciente

“François Ozon es uno de los pocos cineastas actuales –el único quizá- que, de película en película, destila la idea desconcertante de que sus imágenes mienten. O, en todo caso, de que pueden engañar. Y le toca al espectador salir de la pasividad que normalmente exige el cine para descifrarlas (…) Con Ozon tenemos casi siempre dos películas pro el precio de una: la que exhibe (…) y la que teje a la chita callando, la que esconde como un palimpsesto…” 
(Pierre Murat, Télérama)

el_amante_doble_cartel “El amante doble”: en el laberinto del inconscienteEl mito eterno de los gemelos es, al menos desde la mitología romana, fuente inagotable de sugerencias para todo tipo de creadores. En “El amante doble”,  película inspirada libremente en la novela corta «Vidas gemelas», de Joyce Carol Oates aunque firmada con el seudónimo de Rosamond Smith, estamos ante un thriller erótico, que es también una película doble: las peripecias de Chloé, una ex modelo (Marina Vatch, “Joven y bonita”) cuya frágil personalidad le lleva a comenzar un tratamiento con un terapeuta (Jérémie Renier, “Amantes criminales”) del que terminará enamorándose. Cuando comienzan a vivir juntos, Cholé descubre que su amante le ha ocultado una parte de su identidad.

Para no salirse del género, François Ozon (“El tiempo que queda”, “En la casa”, “Joven y bonita”) ha hecho  en su largometraje número diecisiete una historia de dualidades, deseos y engaños, en una mezcla maestra de realidad y fantasía que la crítica aplaudió en el último Festival de Cannes.

Thriller, pero thriller sofisticado y elegante, -“cerebral y erótico”- muy personal en la magistral puesta en escena de las diferentes personalidades de sus protagonistas, tan parecidas que hasta llegan a identificarse, como esa imagen de la joven desdoblada en una sucesión de espejos que indican su ingreso en el psicoanálisis (y que, como ha señalado muy bien la crítica en Culturebox, el digital diario del canal internacional France 24, es un eco “del mítico plano de ‘La dama de Shanghai’, en el que Orson Welles baila en una fiesta llevando en sus brazos a Rita Hayworth). La heroína se debate entre esos dos amantes, tan iguales entre sí, tan seductores como detestables por momentos.

Psicoanálisis, terapia que en este caso se resuelve de manera un tanto anómala, y poco científica, mediante la participación de lo extraordinario en la vida ordinaria de sus personajes, perseverando en el misterio y apuntando diversas soluciones, siempre relacionadas con las leyendas de los gemelos, la suplantación de uno por otro (tantas historias de exámenes en la memoria y cuanta leyenda urbana en torno al tema…) y hasta la apropiación de uno por otro (evidencia clínica que puede llegar hasta una suerte de  “canibalismo”, producto de la propia naturaleza sin ninguna intervención de la voluntad, cuando un gemelo engulle al otro en el seno materno y afianza su personalidad  con los genes de ambos).

Sin necesidad de guía alguna, el propio espectador encontrará en “El amante doble” referencias  (¿homenajes?) de Alfred Hitchcock, de Fritz Lang, de Brian de Palma y hasta de Roman Polanski y Buñuel (el plano de un ojo sobre un sexo femenino).

Ozon ha modificado el final del relato de Joyce Carol Oates y aquí es donde la crítica ha entrado a matar, acusándole de debilidad.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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