Arreo: documental sobre la argentina profunda

La tierra… qué significa ese sentimiento: el paisaje, el trabajo, la familia, el amor… ¿Qué son para nosotros? ¿Dónde esta nuestro convivio con la naturaleza? Todas estas preguntas parecen contestarse en la fuerza de las imágenes del documental “Arreo”, del realizador argentino Tato Moreno.

arreo-miami-cartel Arreo: documental sobre la argentina profundaEl arreo es una de las tradiciones más ancestrales del hombre. Lo vemos en las estepas de la Mongolia, en los desiertos de Jordania, con los pastores griegos, en el llanos venezolanos y la Pampa argentina, en Asutralia. Y el arriero va!

Arre! Es un grito muy antiguo para que los animales se muevan. Ese mundo original y primitivo es el que enfoca Tato, con su mirada de argentino y su ojo de cineasta.

También, hay que decirlo, el documental, como género, tiene historia en la Argentina. Nace cuando se trae la primera cámara en 1896. El fotógrafo Eugenio Py, filma el primer documental sobre la Bandera Nacional. En 1900, aparece el primer noticioso. Esta línea se desarrolla ampliamente con “Sucesos Argentinos”. En la década de los 60, Fernando Birri revoluciona el lenguaje documental con “Tire Die” y la Escuela de Cine Documental de Santa Fe enfoca el documental etnográfico, antropológico y social. En las décadas posteriores se suman nombres importantes dentro de esta tendencia: Jorge Prelorán, Marcelo Céspedes, Tristán Bauer, Fernando Solanas. Luego, los enfoques se diversifican hacia documentales de arte, biográficos, musicales, como el bello documental de Alejandro Saderman “El último bandoneón”, sobre tango.

Tato Moreno pertenece a la primera vertiente, estudió cine en Estados Unidos, trabajó en la televisión americana como productor, asistente, editor independiente. Regresa a Argentina, funda en 1994, su productora 24 PFILM y realiza tres documentales, “Arreo” es el último, ganador de múltiples premios internacionales. El film ha sido presentado en diversos países de Latinoamérica y en Estados Unidos y pronto se presenta en Austria.

Asistimos a la exhibición en la emblemática Cinemateca de Miami Beach, con su fundadora Dana Keith, el embajador argentino Marcelo Giusto, y un público que acogió, entusiasta, el film.

El documental nos presenta la Argentina profunda, donde los arrieros de animales, en este caso cabras de la zona precordillera de los Andes, viven una dura realidad. La película, con una cuidadosa fotografía y muy buena banda sonora, relata la historia del arriero Eliseo y su familia, la confrontación entre campo y ciudad, los desafíos y la pérdida posible de una ancestral tradición.

Para hablar de esos temas nos encontramos Tato y su productora Claudia Gaynor, y así, conversamos.

tato-moreno Arreo: documental sobre la argentina profunda
Tato Moreno

Tato Moreno: Hay un gran interés por otras formas de vidas, que no pasan por acumulación de riquezas, ni consumo. El objetivo de este documental fue mostrar una visión del campo. No queríamos el típico documental victimizador, aunque los arrieros sienten la desaparición de su vida rural. Queríamos mostrar la felicidad con que viven, aunque tengan pocas cosas materiales.

La gente se identifica con la naturaleza, esta en nuestro ADN. El documental despierta el sentimiento escondido de la tierra, la vida natural. Hay otro aspecto que me interesaba destacar: la relación del hombre con su trabajo.

El orgullo por lo que uno hace, el valor que uno le da a su trabajo. En la vida moderna el trabajo es una obligación, en cambio, Eliseo ama lo que hace.

Por otra parte, aparece un vínculo muy profundo con el medio ambiente. El arriero es feliz en su medio, está en armonía con su entorno, no hay destrucción, hay respeto por su ambiente. Mas de 1500 familias viven en esa región, como arrieros y todos valoran la naturaleza.

Adriana Bianco: Si, éso se traduce en el film. Hiciste dos documentales previos…

TM: Exacto. Mi sueño era volver para dedicarme al documental. En el 2008, filme “De idas y vueltas”, un documental sobre mi tierra, Mendoza. Es la historia de una escuela albergue, poblada por niños que viven en los alrededores hasta 100 kilómetros de distancia. Esos chicos pasan 18 días en la escuela y 10 en el campo. El maestro los va a buscar y los chicos se mueven de una cultura del campo a una cultura moderna, sin conflicto. El otro film, es sobre la fiesta de la Vendimia, que debes conocer. La Vendimia empezó en 1936 y es una tradición muy profunda en Mendoza.

AB: Me han invitado a la Vendimia, Mendoza es tierra de vino.

TM: Casi como en broma comenzó una fiesta de la vendimia underground. Debido al éxito, es parte del calendario de la fiesta de la uva. La hice para la televisión, se llama “La otra Vendimia”.

AB: “Arreo” es tu primer largometraje y les llevo varios años de producción y postproducción.

TM: Dos años y medio de rodaje, viajando varias veces de Mendoza a la zona. La postproducción tomó otros dos años y Claudia Gagnor se ocupó, además, de los subtítulos en inglés.

Trabajamos con el arriero Eliseo Parada, pero no había nada escrito, no había guión. Todo era espontáneo. Con esos elementos construímos la narrativa. Hay un gran proceso de audio que fue hecho por un especialista…Trabajamos con un equipo muy pequeño, una asistente, el camarógrafo y un fotógrafo.

AB: Encontraste un arriero especial, alguien que entendió tu proyecto.

TM: Si. El documentalista tiene que ser paciente y esperar la historia correcta. Es algo más intuitivo que intelectual. Después de haber hecho el documental de los chicos en la escuela, empecé a conocer a los arrieros, y a ver la realidad de esta gente. También descubrí el proceso de los jóvenes que se van a la ciudad. Salimos a buscar una familia y llegué primero a Pancho Parada, que se va del campo, se recibe de profesor de Historia, y vuelve a Malargüe como profesor y como exitoso locutor de radio.

La radio tiene un valor importantisimo en el campo y yo lo destaco en la película.

Recorremos el campo y conozco varias familias pero no encuentro el personaje. Una tarde, Pancho me presenta a su hermano Eliseo. Cuando llego a la casa de Eliseo, la conexión humana fue instantánea. Eliseo me cuenta que cuando hizo el servicio militar y vio la televisión por primera vez, pensó, “alguna vez alguien tiene que venir a contar nuestra historia”.

Y me pidió: “No importa si no es mi familia, pero contá nuestra historia de arrieros”.

AB: Encontraste tu historia y su protagonista. Cómo ves el documentalismo en el panorama fílmico y en una sociedad con tanto bombardeo de imágenes?

TM: Antes, el documental estaba separado de la película de ficción, y ésta se consideraba género superior. De a poco desaparece esa línea entre la ficción y el documental aunque, el documental y la ficción son diferentes. Hoy, el documental ha alcanzando un lugar. Lo merecía. Se superó la visión de que el documental es aburrido. Hoy es una película que puede atrapar igual que un film de ficción.

AB: Eso se debe a la nueva concepción y a la tecnología. Tu protagonista, Eliseo, termina siendo actor, porque él es consciente de lo que estan haciendo y de la cámara.

TM: Eso pasa porque yo no llego con la cámara enseguida, yo voy a compartir el trabajo con ellos, se crea una confianza y eso sale en el film.

AB: Por otra parte, el documental, generalmente, toma el hecho y lo cuenta como “lo otro”, como un objeto que se ve de afuera. Es una cámara que ve al “otro” desde la otroriedad. En cambio, en tu documental cuentas la historia desde dentro.

TM: Lo interesante es dejar el Ego al costado. Hay directores que están preocupados en hacer “su película” más que “la película”. El film siempre es más importante que uno, uno es una herramienta. Para llevar una historia a la gente, uno tiene que dejar el protagonismo a quien lo tiene, en este caso era Eliseo y su familia.

Mira, no hay casi movimiento de cámara hasta el final. La cámara esta fija, siempre dejamos que el cuadro nos cuente, dejamos mucho tiempo para que el cuadro cuente.

Hay mucha edición, pero el ritmo narrativo es el ritmo del campo. Mi idea era que el público sintiera que estaba tomando mate con Eliseo.

AB: Lo lograste. ¿Cuál es tu filosofia como documentalista?

TM: El documental tiene un valor social y político muy importante. Tiene el valor de mostrar cosas que son invisibles. La gente desconfia cada vez más de los medios, sospecha de las noticias. La gente quiere conocer realidades directas, sin manipulaciones. Y el documental tiene esa visión de narrativa social directa.

AB: Estas proponiendo un nuevo formato de distribución…

TM: Nosotros distribuimos el documental de manera independiente. La película también la hicimos con producción independiente. Nos cuesta pero hacemos todo solos. Aprendimos un formato de distribución nuevo, hay muchas cosas que están cambiando en el cine. La distribución no termina en el cine, el mayor recupero de una película está en otros medios.

Hay un público muy grande para el documental en Estados Unidos y en Europa, ahora lo presento en Europa. El documental tiene mucho futuro. Y ya estoy pensando en el próximo proyecto.

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