Aumenta la depresión entre los jóvenes

Los médicos de familia han detectado un aumento significativo de los trastornos depresivos entre los jóvenes adolescentes de 12 a 18 años en el XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina General y Familia, en donde se justificaron varias preguntas ante el alarmante aumento de las depresiones y como consecuencia de ello, los suicidios entre jóvenes.

A este colectivo le llama la atención sus consecuencias extremas que lanzan los chicos al advertir que pueden llegar a suicidarse. Si nos fijamos en las cifras, un 15 % de los pacientes con trastorno depresivo mayor termina en suicidio y es en las consultas de Atención primaria en donde los trastornos mentales de diversa etiología generan el 40 % de las consultas. La pregunta está ahí y las respuestas también, porque son más de una; las deben asumir los padres que delegan el cuidado de los hijos en otros y no hay que buscar culpables sino porqué se ha llegado a eso.

tratamiento-depresion-1-600x450 Aumenta la depresión entre los jóvenes

No estamos educando en valores dicen los expertos. Si se tiene una tolerancia mínima al sufrimiento y a la frustración y solamente se vuelcan los conceptos de capricho, riqueza y tener lo inmediato, los hijos no saben manejarse ante situaciones propias de su edad; esas que les van formando como seres humanos y entonces se deprimen, se sienten frustrados, tienen una baja autoestima y sucede lo inevitable, caer en una depresión.

Las condiciones de la inmediatez les sugiere que todo lo que quieran lo van a tener; la última play, la wii, el último móvil que acaba de salir, coche nuevo nada más obtener el carné de conducir, todos los gastos pagados en fines de semana, comprar lo que quiera o tener 300 euros a la semana para sus gastos. Esto que aparentemente solo es material genera en los chicos una sensación de vulnerabilidad ante la vida y creen tener todo a  salvo si tienen dinero, y si no pueden conseguirlo, su impotencia es tal, que acaban pensando que no son buenos, no tienen lo mejor, no van a ser valorados, etc. Conceptos que llegados a la adolescencia les va a hacer daño porque tienen una imagen dantesca de su persona, una idea absolutamente incierta de la vida y sobre todas las cosas, no tienen herramientas para el fracaso, para el no, para pasar una enfermedad o para afrontar un despido. Todo absolutamente todo, lo obtendrán, y nada se escapará a sus deseos.

Estos conceptos de sobra conocidos por sus padres pueden dar lugar a la mejor versión de sí mismos si se sabe educar, se les escucha y se les dice no a todo lo que quieren. El trabajo no empieza en la adolescencia sino diez años antes, y es entonces, cuando los valores inculcados comienzan a dar fruto. Si además el adolescente bebe, se droga, no es responsable y no se quiere a sí mismo, los fines de semana, acaba por adoptar un modus vivendi que se aleja de la realidad, le aleja de su realidad y acaba por sentirse solo, aislado e incomprendido.

Un dato: Cada día se suicidan diez personas en España y consumimos tres veces más ansiolíticos y antidepresivos que Francia.

La depresión comienza un día, aunque anteriormente no hayamos podido detectar cambios en el joven. Siempre los hay y es conveniente que los notemos. Este deja de estudiar, no tiene ganas de nada, no tiene motivación por la vida, empieza y acaba el día conectado a las redes sociales o a juegos sin sentido, va sin ducharse a la calle, tiene una mirada lánguida o también de repente, tiene un brusco cambio de hábitos en el vestir, peinado, etc.. Está irritado, contesta, ignora a sus padres o los trata como colegas y no obedece. Todo esto que aparentemente son cosas típicas de la edad, pueden ser señales de alarma que los padres no deben dejar atrás. También es frecuente que tengan  discusiones con las personas de su entorno con quienes establecen un reto para todo; duermen poco, no se concentran, están ausentes, etc. Son otros síntomas que el paciente puede tener y los padres obviar porque pasan poco tiempo con ellos y realmente creen que no son cosas importantes.

Esta es la cara a de la moneda. La b es que el menor acaba en el médico de familia con sus padres y le acaban recetando unos medicamentos que sin ayuda y sin psicoterapia no harán que este mejore. Actualmente, la media nacional de médicos de familia se sitúa en 7,6 por cada 10.000 habitantes, una cifra que consideran baja en comparación con los 9,6 doctores que tiene de media el conjunto de Europa para este número de ciudadanos. Lo cierto es que la asistencia psicológica en los servicios sanitarios de atención primaria reduce el consumo de tranquilizantes y contribuye de forma más eficiente a la resolución de trastornos relacionados con la ansiedad y el estrés, según se desprende del primer ensayo clínico realizado en España sobre esta materia.

Es muy importante empezar a educar pronto, detectar los cambios en el joven y sobre todo, no perder la referencia de lo que está sucediendo. El estigma de la enfermedad mental hace ocultar al menor su sensación de no poder más, y encubre los síntomas con cierto desaire pero no es capaz de confesar que está hundido que no tiene esperanza y que no sabe salir de ahí. Muchas muertes se pudieran haber evitado. Es un segundo y cualquier de nosotros puede decidir quitarse la vida; lo bueno o lo malo de ello es que somos los responsables de ello. En el caso de los menores, ellos no lo son, y sucede, quieren desaparecer porque estorban, no se sienten queridos, son infravalorados, no pueden con la vida, no quieren cambiar de vida y todo les supera.

Si hay síntomas de depresión en su entorno, pida ayuda. La depresión hoy en día se cura. Esa es la gran noticia.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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