¿Bajará en carroza, en coche, a pie…?

Pues cuando escribo esto ni lo sé ni me importa, pero dentro de unas horas se habrá disipado la duda: la infanta habrá decidido cómo hacer su entrada triunfal en el Juzgado de Palma.

carroza-t10968-300 ¿Bajará en carroza, en coche, a pie...?
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¿Acudirá al juzgado como todos los imputados, o haciendo uso de sus privilegios? ¿En coche o en carroza? Sería más apropiado lo de la carroza, pero me temo que nos conformaremos con un utilitario. Aunque a lo mejor hasta va y baja a pie como hiciera su marido. Así son de “condescendientes” las monarquías actuales.

Llevamos unos días hablando de este tema como si nos fuera la vida en ello. Los que nos dirigen saben cómo manipular la información: mientras hablamos de esto no lo hacemos de otras cosas importantes.

Creo que nos da lo mismo cómo haga la entrada. El hecho es que por fin, y a pesar de todas las trabas y todas las ayudas que ha tenido la real imputada para librarse de ello, va a declarar ante un juez.

En este momento en que las mujeres estamos un poco revolucionadas por el proyecto de la nueva ley del aborto nos vuelve a poner en la categoría de irresponsables, que no podemos decidir por nosotras mismas las cosas que más nos interesan, sería de poca ayuda que un mujer, a la que suponemos inteligente, moderna, con un trabajo cualificado en una gran empresa, ahora destinada en el extranjero -el que sea a Suiza debe ser pura coincidencia- se presentara en el Juzgado como una mujer objeto, boba, que no sabe lo que firma ni se entera de lo que hace el que vive con ella.

Lo dicho, no mejoraría mucho el panorama.

Es verdad que tenemos varios casos de cónyuges ignorantes de las actividades de las parejas, como ejemplo máximo el de toda una señora ministra que se encontraba con un Jaguar en su garaje y nunca se le pasó por la cabeza preguntar de dónde salió.

Pero tenemos que esperar a la decisión del juez. De nuevo un hombre nos dará la medida de nuestra inteligencia, decidirá si sabía de qué iba o si cuando hacía gastos personales que imputaba a una empresa, se supone que con el fin de pagar menos a Hacienda, que según dicen somos todos, no sabía lo que hacía, o lo que es peor, no era responsable de nada.

Lo que es inquietante son los indicios de desigualdad ante la ley. Ya nos imaginábamos que era así: no es lo mismo tener buenos abogados que no, tener recursos o no. Pero el escándalo de ver a todas las instituciones del Estado, o casi todas, haciendo piña para organizar la defensa de una princesa es un espectáculo inédito. Incluso el fiscal, que según parece nos representa a todos como acusación, hace de abogado defensor. En fin, el mundo al revés.

Lo que hace falta es que la “cosa” termine pronto, que la justicia se vea y que todos podamos pasar página, para poder dedicarnos a cosas más interesantes. Por ejemplo las amenazas de una nueva subida en el recibo de luz, por citar un ejemplo.

 

María Rosa Medel
Maestra y licenciada en Geografía a Historia. Trabajó en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE (1974-1988). Gerente de empresa editorial (Revista FOTO, 1988-2009). Vicepresidenta de la Unión de Mujeres Evangélicas (UDME). Responsable Ecuménica del Grupo Federal Cristianos Socialistas (PSOE). Miembro del Consejo de Redacción de la revista 'Nosotras'. Columnista habitual del periódico comarcal semanal 'Canfali Marina Alta' y Periodistas en Español ('Al hilo de...').

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