Baltasar Garzón: la peor censura para los periodistas es el asesinato

Baltasar Garzón sostiene que «la peor censura para los periodistas es el asesinato», según ha señalado en Torres (Jaén) en una conferencia sobre ‘La Libertad de Expresión en conflicto: el derecho al honor, la seguridad nacional y otros’ pronunciada este miércoles 20 de julio de 2016 en el marco de los cursos de verano de la Universidad de Jaén (UJA).

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Baltasar Garzón con Hervé Falciani. Foto Aurora Moya
Arriba: María Garzón, directora de la FIBGAR y Juan Manuel de Faramiñan Gilbert, director del curso

Según Garzón, al igual que en la época del terrorismo en España era peligroso informar y hubo periodistas muertos y heridos, trabajar de forma independiente en una profesión se paga caro y el periodismo es clave.

En referencia a la corrupción en España señaló que hacer pública una denuncia supone «un grave riesgo para la persona que lo hace» y ese riesgo hace «que la gente no se atreve a denunciar. Tenemos normas para denunciar pero no tenemos mecanismos para proteger a quien denuncia», dijo, para asegurar seguidamente que «es preciso encontrar un ámbito de seguridad mayor».

La Libertad de Expresión como fundamento democrático

También en este curso Carlos Enrique Bayo, director de Público, ha señalado que «gobiernos, autoridades, grupos de presión, instituciones, estamentos religiosos y hasta particulares se han empeñado en agostar esa primavera de la comunicación que internet y las redes sociales han hecho germinar».

En su opinión, en España asistimos a «una persecución desenfrenada de los que expresan sus opiniones a través de las redes, en virtud de una Ley Mordaza que castiga hasta a los periodistas que hacen su trabajo para impedir que se divulguen los abusos policiales o de otras autoridades».

Según Bayo, se está ante «un panorama desolador que probablemente la mayoría de la población ignore: el ruido mediático es tan intenso que muchos confunden la avalancha de mensajes con libertad de expresión».

Assange: la libertad de expresión es el derecho fundamental

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Julian Assange en la conferencia inicial del curso. Foto Aurora Moya

El curso, que lleva por título «Libertad de Expresión en el siglo XXI: nuevas tecnologías, nuevos retos», se inició el martes 19 con una intervención de Julián Assange, grabada en vídeo en la embajada de Ecuador en Londres en que se encuentra asilado, en la que señaló que las referencias a la “libertad de expresión” suelen referirse a la persona que se expresa, no sobre la persona que escucha o entiende lo expresado y, por lo tanto, es una suerte de terminología política “exhibicionista”.

Para Assange, lo nuclear de la libertad de expresión no es que algunos puedan a veces quejarse sobre ciertas cosas o manifestarse; lo nuclear de la libertad de expresión es que las personas puedan entender cómo el mundo funciona en realidad y sean capaces de hacer algo al respecto.

Por ello, aseguró que «el derecho a comunicarnos, la libertad de expresión y la transparencia, es el derecho fundamental habilitador de todos los demás derechos», porque sin él no se sabría que cualquier otro derecho existe: «El derecho a la vida, el derecho a la familia, el derecho a no ser discriminado de muchos modos distintos, el derecho a la libertad de movimiento – todos estos derechos luchan para que su contenido sea conocido entre los humanos por parte de aquellos a los que se les han negado a través de nuestra capacidad de comunicarnos. Si no hay capacidad para comunicarnos, ninguno de estos derechos existen».

Desarrollando este concepto de la libertad de expresión como el derecho fundamental habilitador de todos los demás derechos, negó que las constituciones de los estados sean más fundamentales que «nuestro derecho a comunicarnos», porque toda constitución, toda ley, toda regulación, siempre que sea racional, «se basa en una descripción racional, argumentada y controvertida por seres humanos», las leyes, regulaciones y procesos parlamentarios están regidos por una ley superior, «la expresión de los seres humanos», y por lo tanto, «si nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de comunicación está subordinada a leyes ordinarias, nos encontramos ante un proceso circular autoregulado que dirige hacia inevitable corrupción».

En este contexto justificó su criterio de que «la libertad de expresión, el derecho a saber, el derecho a comunicar, la transparencia, es el derecho fundamental habilitador de todos los demás, y por lo tanto ha de ser tratado de modo diferenciado por la diferencia intrínseca en su papel en la evolución de las cosas buenas de las sociedades humanas en comparación con cualquier otro derecho».

Nuevas tecnologías, nuevos retos

El curso «Libertad de expresión en el Siglo XXI: nuevas tecnologías, nuevos retos», se ha desarrollado los días 19 y 20 de julio de 2016 en Torres, Jaén, bajo la dirección de Baltasar Garzón y la coordinación académica de Juan Manuel de Faramiñan Gilbert, de la Universidad de Jaén, entidad que organizaba estos 11º Cursos de Verano junto a la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR).

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