Las informaciones son, cuanto menos, confusas, pero lo que se sabe seguro es que Jesús Antonio Gamboa Urías, director de la revista política Nueva Prensa del municipio de Ahome, en el Estado de Sinaloa, desapareció el viernes pasado.
El comunicador, conocido como Tony Gamboa, fue visto por ultima vez la noche del viernes en el negocio de uno de sus hermanos y, desde ese día, no se le ha vuelto a ver, según han explicado sus familiares al ministerio público de esa ciudad. El periodista no llegó a su casa y, aunque se le ha buscado desde el sábado, no contesta al teléfono ni se le ha vuelto a ver por los lugares que normalmente frecuenta.
Se sospecha que ha sido secuestrado o asesinado como consecuencia de sus actividades en favor del derecho a la información, pues había participado en las protestas que llevaron a la derogación, en agosto pasado, de una disposición que limitaba la cobertura periodística sobre hechos delictivos, y que fue objeto de un firme rechazo de comunicadores y organizaciones civiles.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas; las amenazas y los asesinatos a manos del crimen organizado –incluso de las autoridades corruptas– son cosa de todos los días. Este clima de miedo, junto con la impunidad que prevalece, genera autocensura, perjudicial para la libertad de información, denuncia Reporteros sin Fronteras, que sitúa al país en el lugar 152, entre 180 países que conforman la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.
La elección de Enrique Peña Nieto a la presidencia de México en 2012 –que marcó el retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y puso fin a la ofensiva federal emprendida bajo la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012)– nada ha hecho cambiar la situación de la libertad de información en el país. Sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo para los periodistas. En la última década han sido asesinados más de 80 y 17 han desaparecido. Asimismo, ciertos medios de comunicación son blanco de ataques armados y de amenazas demasiado frecuentemente, en especial en el norte del país.
Tras el episodio de la desaparición de Zoila Márquez a finales de 2013, en lo que va de año ha habido que lamentar la muerte de Miguel Ángel Guzmán Garduño, columnista del diario local “Vértice”, encontrado muerto a golpes en su domicilio de Chilpancingo, Guerrero; Gregorio Jiménez, la de Omar Reyes Fabián y la de Octavio Rojas Hernández. La más reciente ha sido la de Atilano Román Tirado el pasado día 11.
A primeros de mes, Miguel Enrique Ortega Bonilla fue secuestrado durante unas horas cuando acudía a cubrir una marcha, siendo liberado posteriormente.
Según la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex, en los últimos 14 años ya son 102 los periodistas asesinados en el país, y 22 las desapariciones forzadas en los últimos nueve. A estas cifras hay que añadir las de 2014, que, desgraciadamente, llevan camino de incrementarlas considerablemente.
[…] Urías fue visto por última vez la noche del 10 de octubre, cuando salió del negocio de uno de sus hermanos; sus familiares intentaron contactarlo vía […]