Emprender, empinada salida laboral española

En la fábrica textil a la que Lourdes Soler llevó el diseño de sus faldas nunca habían visto un «plano» tan detallado de una prenda. El hundido mercado laboral abocó a esta arquitecta técnica a reinventarse y crear su propio empleo, una tendencia creciente en España, informa Inés Benítez (IPS).

«Nos han educado para tener un trabajo para toda la vida y en el momento que viene la crisis y la falta de empleo nos quedamos bloqueados, sin saber qué hacer», declaró a IPS esta mujer de 41 años, 15 de experiencia profesional y tres hijos de 7, 9 y 11 años.

María Jesús González, de 38 años, cree que «no sabe hacer otra cosa», después de 13 años con puestos de responsabilidad en las compañías del sector aeroportuario Newco y Spanair.

Despedida en 2012, poco antes de dar a luz a su hijo, espera aún su indemnización con la «ilusión» de abrir una cafetería-ludoteca junto a dos socias en la sureña ciudad de Málaga.

En mayo de 2013 se registró el mayor aumento en el número de trabajadores autónomos (por cuenta propia) desde el comienzo de la crisis en 2009, con 12.532 nuevos inscriptos. En mayo había 3.029.843 personas afiliadas a este régimen especial de la Seguridad Social, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Pero la evolución interanual del número de trabajadores autónomos es negativa desde 2009 y en mayo hubo 34.651 trabajadores por cuenta propia menos que en el mismo mes de 2012.

«Desde 2009 hemos perdido 200.000 autónomos», recalcó a IPS la secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae), María José Landaburu, quien advirtió de que «los aumentos de la temporada alta (mayo-septiembre) no compensan las caídas de la baja».

Landaburu achacó el repunte de mayo «fundamentalmente a la falta de alternativas de los millones de desempleados que ven una salida en el autoempleo. Pero también fue apoyado «por las medidas de estímulo dispuestas por el gobierno».

«Es la primera vez que empujo un proyecto propio», reconoció a IPS la brasileña Giselle Rocha, una empleada administrativa de 36 años que quedó sin trabajo junto con otras 5.000 personas cuando quebró la empresa turística Orizonia, en la que trabajaba.

Ahora, esta residente desde hace cinco años en España se prepara para abrir en esta ciudad andaluza un local de zumos naturales y comidas vegetarianas junto a un compatriota.

Rocha se queja de que por su edad no puede optar a la mayoría de los apoyos oficiales para los emprendedores: «Las ayudas son para los más jóvenes y deben ser o para todos o para nadie», consideró esta madre de un niño de siete años.

El gobierno aprobó el 24 de mayo el anteproyecto de Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización, orientada a facilitar la creación de negocios, su financiación y el fomento del espíritu emprendedor en el ámbito educativo.

«La falta de financiación es el principal problema del emprendedor», declaró el martes 11 el presidente del gobierno, el derechista Mariano Rajoy, durante un acto en sus oficinas en el que presentó el proyecto ante medio centenar de emprendedores y pequeños empresarios.

Rajoy hizo una llamada a los bancos para que apoyen la iniciativa, al reclamar que «quien tiene que dar crédito debe estar a la altura de las circunstancias».

El desempleo es el impacto social más dramático de la crisis en España. Al cierre de mayo, 27,16 por ciento la población activa estaba desempleada, según el Instituto Nacional de Empleo. De los 4,9 millones de personas registradas en esta situación, la mitad son jóvenes menores de 25 años.

Landaburu opinó que el proyecto «no aborda con rotundidad grandes necesidades del colectivo, especialmente las vinculadas al crédito»,

Pero dijo que sí recoge «medidas interesantes, como las tendentes a favorecer la puesta en marcha de actividades o la que estipula la inembargabilidad de la vivienda habitual por deudas privadas hasta 300.000 euros (398.628 dólares)».

Entre las principales novedades de la nueva ley, que quedaría aprobada este mes, está un régimen especial sobre el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que evitará que los autónomos y pequeñas empresas deban pagar esta tasa antes de cobrar las facturas.

También incorpora una «tarifa plana» del IVA para jóvenes, que ahorrará costes a los emprendedores menores de 30 años.

Fuentes del gubernamental Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) en Málaga contaron a IPS que la principal preocupación de los emprendedores que acuden a sus oficinas es la falta de financiación para sus proyectos.

«Se encuentran negativas al pedir crédito en los bancos, que exigen cada vez más garantías personales para conceder préstamos», dijo Susana Benítez, técnica del CADE.

Según el Informe de Estabilidad Financiera, publicado el 7 de mayo por el Banco de España (central), «las tasas de aceptación de crédito a empresas no financieras se han reducido desde niveles en el entorno del 45 por ciento en 2006 a otros en el entorno del 30 por ciento durante la crisis».

Rocha y su socio tuvieron la posibilidad de emprender su proyecto con una mínima inversión inicial, sin recurrir a un préstamo bancario, pero González planea pedir un crédito y se queja de que «los bancos no están dando dinero».

El emprendimiento crece sobre todo entre los colectivos más castigados por el desempleo: mayores de 55 años, jóvenes, mujeres e inmigrantes, explicó Landaburu. Los sectores del comercio y la hostelería son los más elegidos, aunque han aumentado los autónomos dedicados a actividades científicas, técnicas y sanitarias.

Aunque aumente el número de nuevos emprendedores, «su porcentaje de supervivencia es mucho menor del deseable debido al cierre del crédito, la paralización del consumo y falta de asesoramiento», aseguró la portavoz de Uatae. Añadió que su sostenimiento es «el auténtico reto colectivo».

«Soy autodidacta. Busco todas las materias primas, diseño y aprendo sobre confección y fabricación de ropa. Estoy labrando mi futuro», afirmó Soler, autónoma convencida de que el mayor obstáculo para emprender está muchas veces en uno mismo: «Hay que conocerse y descubrir dónde está nuestro talento», afirmó.

En abril de 2013 se crearon en España 8.938 sociedades mercantiles, 23 por ciento más que en el mismo mes de 2012, según el INE. Pero también en abril se disolvieron 2.090 sociedades frente a las 1.414 que cesaron su actividad en el mismo periodo de 2012.

Según el Informe Doing Business 2013 del Banco Mundial, España se sitúa en el puesto 136 de 185 países en cuanto a la capacidad para poner en marcha una empresa. Crear una compañía requiere en este país 10 pasos y un plazo de 28 días, según el reporte.

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