FAO: 2016 Año Internacional de las Legumbres

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) decretó el 2016 como el ´Año Internacional de las Legumbres´, en la búsqueda de iniciativas que puedan acabar con el hambre a nivel mundial, informa Ándes.

La Fao insta a multiplicar la producción de legumbres

El objetivo es fomentar conexiones en toda la cadena alimentaria para utilizar de mejor forma las proteínas de origen vegetal. Este proyecto incluye el impulso a la producción mundial de legumbres, la rotación de cultivos y abordar los problemas del comercio.

De acuerdo con el reporte de la FAO, este rubro podría ayudar a erradicar el hambre, que actualmente se ubica en más de 800 millones de personas en el mundo, así como contribuir en el tratamiento de enfermedades crónicas, como la obesidad y la diabetes.

Además, las legumbres, que incluyen alfalfa, arvejas, judías, garbanzos, habas, jojotos, lentejas, etc., representan un cultivo indispensable para las comunidades vulnerables de los países en desarrollo, donde constituyen 75% de la dieta media, en comparación con el 25% en los países industrializados.

Para la FAO, las legumbres son una alternativa económica a la proteína animal, pues contienen de 20% a 25% de su peso en proteína, frente al trigo, que tiene 10%, y la carne, de 30% a 40%.

Aydin Adnan, representante de Turquía ante las agencias de la ONU en Roma, señaló que las legumbres pueden contribuir a la seguridad alimentaria de las comunidades pobres, y son una fuente de ingresos para los pequeños agricultores, refiere una nota del sitio web www.elsalvador.com.

Alrededor de 62 millones de toneladas de legumbres se producen en el mundo, de los cuales 11 millones se comercializan a nivel internacional, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Los especialistas alertan que el consumo legumbres está disminuyendo, pese a que la producción mundial ha aumentado en más de 20% en los últimos 10 años.

De acuerdo con la FAO, el consumo ha visto una disminución lenta pero constante, tanto en los países desarrollados como en desarrollo en ese mismo período, que puede deberse en parte a la incapacidad de la producción de legumbres de mantener el ritmo del crecimiento demográfico, así como el cambio hacia una dieta más centrada en la carne, que han experimentado muchos países.

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