Grecia recordó los 50 años del derrocamiento de la democracia

Este 21 de abril de 2017 se cumplieron 50 años del golpe de estado de los coroneles griegos y la implantación de una dictadura militar de siete años en Grecia; un régimen autoritario que abolió todo tipo de libertades y derechos del pueblo griego y marcó su propia caída con la tragedia de Chipre en 1974.

La Secretaría General de Medios de Comunicación de la República Helénica ha recordado este aniversario analizando los hechos y aportando nuevas aproximaciones a un acontecimiento histórico que tuvo sus propias consecuencias sobre el periodo de transición griega.

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Gracia, golpe de estado, el jefe de la junta militar, coronel Georgios Papadópulos, ante la prensa

Aquel 21 de abril de 1967 la capital griega se despertó con los tanques en la calle. La noche anterior los militares se habían hecho con el control del Ministerio de Defensa y habían rodeado el Parlamento, el Palacio y los centros de radio y telecomunicaciones. No hubo resistencia ninguna. Los atenienses estaban durmiendo. Pero, por si acaso, los militares sacaron los tanques a la calle para aplastar cualquier signo de oposición que pudiera manifestarse. En apenas cinco horas fueron arrestados los principales líderes políticos y unos 10 000 griegos fueron conducidos a los llamados centros de recepción. Se iniciaba así un periodo oscuro de siete años en el que se desencadenó una represión de magnitud considerable. Once artículos de la Constitución fueron suspendidos. La ciudadanía podía ser arrestada en el acto, y sin ninguna garantía, para ser llevada ante tribunales militares y las manifestaciones y huelgas quedaron prohibidas. Se declaró suspendida la actividad de los partidos políticos, se eliminó la libertad de expresión y se ilegalizó un número importante de organizaciones. Los opositores eran detenidos, encarcelados, deportados a islas desiertas del Egeo, como Makrónisos, y en numerosas ocasiones torturados.

A todo lo anterior hay que sumar la propaganda fanática de índole nacionalista y anticomunista que, en muchas ocasiones, rozaba lo ridículo: Así, en su largo Index librorum prohibitorum, los coroneles incluyeron hasta los escritos de Platón y Aristóteles, prohibieron las representaciones de Aristófanes porque algunas de sus comedias podían considerarse pacifistas y proscribieron las obras musicales de Theodorakis.

El golpe militar en Grecia se produjo en un marco histórico tenso y conflictivo a causa de la Guerra Fría, en un mundo dividido en dos bloques liderados por las dos superpotencias de la época, EE. UU. y U.R.S.S. Son numerosos los historiadores que consideran el golpe militar de 1967, en Grecia, no como un hecho aislado, sino como un episodio más de la Guerra Fría. Además, la situación interna del país en la misma época es políticamente muy inestable. Los primeros años de los 60 son años muy convulsos.

Tras la guerra civil (1946-49) los sucesivos gobiernos de derecha autoritaria que ejercen el poder instauran un clima de terrorismo en el que distintos elementos políticos, civiles, militares y policiales desencadenan una represión brutal con el pretexto de combatir la amenaza “subyacente” de la subversión comunista. En 1964 y a pesar de varios pucherazos electorales, la Unión de Centro de Georgios Papandreu logra una amplia victoria obteniendo el 53 % de los votos, pero no consigue gobernar más de 18 meses. Fueron 18 meses marcados por las continuas injerencias ilegítimas del Palacio en la vida política y la silenciosa complicidad del “factor americano” que dieron lugar a una escisión en la Unión de Centro gobernante que se saldó con la dimisión de 48 diputados. Este hecho, conocido en la historia contemporánea griega como “apostasía”, conduce a la dimisión del primer ministro, Yorgos Papandreu. A partir de ahí se suceden distintos gobiernos con la participación de los 48 diputados apóstatas hasta finales de diciembre de 1966 que se convocan nuevas elecciones para mayo de 1967. Esta convocatoria nunca llegaría a celebrarse porque, un mes antes, se produjo el pronunciamiento militar liderado por el coronel Georgios Papadópulos. Es importante señalar que todas las encuestas de la época presagiaban una holgada victoria de las fuerzas de centro-izquierda agrupadas en la Unión del Centro de Yorgos Papandreu.

Resistencia popular

A pesar de la represión se produjeron numerosas manifestaciones contra el régimen: el funeral de Georgios Papandreu, en 1968, y del nobelista Yorgos Seferis, en 1969, se convirtieron en manifestaciones multitudinarias de oposición al régimen. Es un periodo difícil para la dictadura. Aléxandros Panagulis intentó, en 1968, asesinar al coronel Papadópulos siendo condenado a muerte. La movilización de la opinión pública internacional impidió su ejecución. Un año más tarde, en 1969, Grecia fue excluida del Consejo de Europa, mientras el acuerdo de asociación con la entonces CEE se encontraba paralizado desde 1967.

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Ocupación de la Facultad de Derecho de Atenas

El espíritu de resistencia se nutre por las organizaciones de los griegos que viven fuera del país que, además, cuentan con el apoyo solidario de varios movimientos políticos en los principales países europeos, Francia, Alemanis, Inglaterra, Italia, y en los EE.UU. Es la época en que las canciones prohibidas de Theodorakis conocen una notoriedad internacional mientras que la actriz Melina Mercuri no cesa de fustigar el régimen militar. En el interior hubo varias movilizaciones estudiantiles que fueron fácilmente neutralizadas por la junta militar. Sin embargo, no fue así con el movimiento que comenzó a crecer en febrero de 1973, con la ocupación de la Facultad de Derecho, desembocando en la revuelta estudiantil de la Politécnica, en noviembre del mismo año.

La represión de esta última fue implacable produciendo decenas de muertos; pero su dinámica condujo a la destitución del “duro del régimen” Ioanidis. Es el principio del fin de la junta de los coroneles quienes, buscando la solución política en una victoria militar, deciden llevar a cabo un golpe de estado contra el Gobierno de Makarios, en Chipre, que nada más consumarse provoca la invasión del ejército turco en la isla, el 20 de julio de 1974. Tres días después, el 23 de julio, cae la junta militar y Konstantinos Karamanlís, líder de la derecha, vuelve de su exilio parisino para asumir las riendas del país. Forma un gobierno de “unión nacional” que es el que conducirá el país a las primeras elecciones libres, en noviembre de 1974, legalizará el partido comunista y, un mes después, convocará el referéndum que puso fin a la monarquía en Grecia, abriendo el camino a la Constitución de la III República Helénica.

Los golpistas fueron conducidos ante la justicia griega, juzgados y condenados.

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