Horizonte 4 de diciembre: Objetivo, accesibilidad

Llegamos al 4 de diciembre, parece mentira pero es verdad. Esta fecha marcada como horizonte de accesibilidad tendrá un antes y un después en la sociedad española. La inclusión, la discapacidad, la accesibilidad como forma de vida y la realidad a la que se enfrentan millones de personas en este país deja de ser algo inalcanzable.

Webs que no son accesibles, baños en el sótano de los bares, aceras sin botoneras, semáforos sin sonido, autobuses sin audio, carteles pequeños, escaleras frente a rampas y así un largo etcétera al que se unen las familias de las personas con discapacidad que ven mermados sus derechos, ven que todo cuesta mucho más y que un favor, como dicen los que ayudan, es mucho a la hora de normalizar la vida de sus respectivos familiares.horizonte-accesiblidad-2 Horizonte 4 de diciembre: Objetivo, accesibilidad

La verdad es que la palabra accesibilidad está lejos de ser admitida por muchos. La empatía es una asignatura pendiente que debiera impartirse en párvulos cuando los niños conocen a las personas desde una perspectiva única; la de la inocencia y la de vernos todos iguales. Luego las personas que crecen con una discapacidad son distintos; son los que no ven, los que ven poco, ese que no oye, el que está cojo y así un largo etcétera de términos despectivos que realmente hacen de estas supervivientes en esta sociedad en donde todo el mundo al parecer, es alto, rubio y además guapo.

Ciertamente, la vida nos enseña que andar mal por un accidente, padecer una cojera de por vida por una mala práxis o perder un oido por una infección puede sucedernos a cualquiera. Ir perdiendo la vista por la edad o por esa mala pécora que es la genética puede acontecer en un día como hoy. Y entonces, y solo entonces, nos damos cuenta que para bajar al médico no cabe nuestra silla en el ascensor, que la consulta del médico tiene tres tramos de escaleras, que el baño es pequeño y además nadie nos ayuda. Ese día puede ser el de cualquier persona que se vea sola, confinada en una casa esperando a ser ayudada y así un largo etcétera. Que ir en autobús y que el conductor apague el audio supone que no sepamos en qué parada debemos bajarnos, ir a un restaurante y no poder leer la carta o no poder escuchar en el aeropuerto cuándo sale nuestro vuelo sigue siendo algo que sucede en un día como hoy. ¿Hablamos de accesibilidad?

¿Y qué me dicen de las escuelas, institutos y universidades? Los profesores, aún ellos, muchos, casi todos, no sienten que tienen que ayudar a las personas que no ven, que no oyen. No es su obligación y pueden espetar frases del tamaño, «tú, la que no ve, o ¿quién es el que no oye?». Te hacen un favor siempre si te lo hacen, si no tiene que intervenir la oficina de discapacidad que no siempre apoya a la persona con una discapacidad. No todo está adaptado, no todo es adaptable, no tenemos los mismos derechos, no tenemos las mismas oportunidades. ¿Hablamos de inclusión?

Barreras invisibles o barreras reales; prejuicios, falsos estereotipos, exclusión porque eres diferente o no contar contigo porque ves poco, oyes menos o simplemente no andas bien. Esa realidad a la que de nuevo, cada mañana se enfrentan las personas con discapacidad; mi padre, mi hijo, tu hermano o yo mismo, diría cualquiera de nosotros. Amigos que se van o que no quieren cargar contigo porque ya eres diferente; amigos que no han estado nunca. ¿Hablamos de verdad?

De nuevo si pensamos que esto ha sido un camino hacia la inclusión y que nuestro horizonte era el 4 de diciembre de 2017, estamos cerca, muy cerca de poderlo conseguir, pero no. Quedan apenas dos días y todavía no se han hecho suficientes campañas por parte del estado ni de las administraciones públicas que aún hoy, si no fuera por organizaciones, asociaciones y personas que luchan por los derechos de sus familiares no estarían ahí; consiguiendo un pequeño grano para hacer una montaña accesible; esa a la que se llega porque hay que llegar sí o sí. Tan solo dos días para ser reivindicativos de verdad, para protestar porque las violaciones de derechos están ahí delante de nosotros. La accesibilidad universal no es cierta y todavía, entornos, lugares, servicios, etc, no son accesibles para todos.

Sin accesibilidad universal no hay derechos humanos para las personas con discapacidad. Esa es la leyenda que nos tenemos que aprender para celebrar que un día como mañana, todos somos iguales; personas con discapacidad, no minusválidas, personas iguales a las demás; en definitiva, personas.

A partir del 4 de diciembre el horizonte de accesiblidad será una realidad para todos los que alguna vez perdieron algo, nacieron con algo menos o fueron llamados discapacitados. Exigiremos la actuación de los poderes públicos para corregir las graves y aún extendidas deficiencias y se promoverá con mayor firmeza la toma de conciencia del valor de la accesibilidad por parte de la sociedad. Este horizonte pretendía concienciar sobre la accesibilidad universal como cuestión de derechos humanos y la no discriminación de las personas con discapacidad.

Quejas, reclamaciones y otras cuitas han llegado al comité español de representantes de personas con discapacidad. Se han identificado, se han catalogado, se han analizado y todos los entornos, servicios, productos, ámbitos y lugares que han generado situaciones discriminatorias serán valorados. Este informe dará lugar a un análisis exhaustivo que a lo largo de un año ha pretendido valorar lo que no está bien, lo que incumple derechos fundamentales y lo que por el bien de todos, debe corregirse.

La verdad, la única verdad, es que todos sin dejar uno, seremos personas con discapacidad alguna vez en la vida. Y entonces, recordaremos que día a día familias, padres, madres, asociaciones, pacientes, fundaciones y otras entidades lucharon para conseguir lo que hoy, todavía no es una realidad.

Si puedes ayudar a alguien, ¡hazlo! Mañana seremos tú o yo el que ya no oiremos bien, ya no veremos bien y nos tengan que trasladar en silla de ruedas por la edad. La discapacidad es una condición, no vamos a dejar que acabe con nuestros sueños.

#Vamos, seguimos, ¡no lo olvidemos nunca no hay plan b!

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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