Jordi Pujol: La caída de los dioses… nacionalistas catalanes

Los que peinamos canas conocemos un viejo dicho popular según el cual, “Barcelona es bona si la bolsa sona”. En estos momentos, y aplicado a ese esperpento valleinclanesco que acabamos de conocer en torno al otrora “molt honorable” Jordi Pujol, acompañado de su frondosa prole, podríamos decir que “Cataluña es bona si la bolsa sona” , pero eso sí, sobre todo cuando dicha bolsa “sona” allende nuestras fronteras, donde está a buen recaudo y lejos de miradas curiosas.

Porque ahora descubrimos a un personaje, Jordi Pujol, quien fuera padre y creador de Convergencia Democrática de Cataluña, columna vertebral del más puro nacionalismo catalán, un político que miraba a “charnegos” con desdén, a veces rayano en el insulto cuando se refería a los andaluces, un político de pro que fue Presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años, un político, en fin, que según su propia declaración lleva 34 años con dinero, muchos millones, depositado fuera de España, pasándose por el noble arco del triunfo las leyes de nuestro país en cuanto a impuestos y la Hacienda pública se refiere.

Pero lo que ya raya en el insulto a la inteligencia es que el otrora “molt honorable” Jordi Pujol ha manifestado que durante todo este tiempo, la nimiedad de 34 años, no ha tenido tiempo de ponerse al día con el fisco, regularizar su situación, pagar sus impuestos como a buen seguro han hecho y hacen la inmensa mayoría de sus paisanos catalanes, ya sean de nacimiento o adopción. Por eso no se trata aquí de atacar a Cataluña en modo alguno, como algunos pretenden insinuar en cuanto los periodistas nos referimos al caso, sino decirle las verdades del barquero a un sujeto que ha sido su máximo tótem durante 23 años, su guía espiritual-nacionalista, convertido a la postre en un ídolo de barro arrumbado ahora por la zafiedad de su comportamiento.

Estamos, de alguna manera, y salvando las distancias y los entresijos del guión, ante “La caída de los dioses”… nacionalistas catalanes. En la película del mismo título (“Götterdämmerung en el título original alemán), dirigida por Luchino Visconti en 1969, se analiza el ascenso del nazismo en la Alemania de Weimar mediante sus terribles efectos en una familia aristocrática. Ahora no se trata de la República de Weimar, sino del nacionalismo catalán más puro y duro, cuyo “dios” y tótem, quien fuera su estrella de David durante 23 años, ha devenido en un truhán, falsario, engañador de propios y extraños, incumplidor con Hacienda durante 34 años en los que al parecer no ha tenido un momento para ponerse en orden, a pesar de los varios puentes que bajo el paraguas de amnistía fiscal le ha tendido el Gobierno de turno.

Tras conocer la noticia del fraude a la Hacienda pública, hay que decir que a algunos se nos han caído literalmente los palos del sombrajo con respecto a Jordi Pujol. Lo conocí personalmente en un encuentro que tuvimos los profesionales de un Foro de Periodistas en el que participé hace años en Tarragona, y me pareció un tipo campechano, jovial en las distancias cortas, asequible al diálogo abierto. Ahora tengo que decir que las cañas se han tornado lanzas, y de aquel President de la Generalitat de Cataluña solo queda la silueta difuminada de un sujeto que estando en lo más alto del podio político, nos ha engañado y defraudado a tantos. Sobre todo a sus paisanos, imagino, que antes de votar a buen seguro sabrán dilucidar sobre dónde debe estar la “bolsa”, para que Cataluña siga siendo “bona”.

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Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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