Latin Fire y Develar y Detonar, fotografía de América Latina

Dos presentaciones simultáneas en Centro Centro Cibeles, dentro de la Sección Oficial de PHoto España 2015, dedicadas a América Latina. Latin Fire, otras fotografías de un continente, presenta una selección de obras de la Colección Anna Gamazo de Abelló, una de las más importantes de fotografía latinoamericana en Europa y Develar y Detonar, Fotografía en México, ca. 2015; una extraordinaria revisión de la producción actual de fotografía de ese país, a través de cincuenta y dos autores.

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Guerrilleros en la niebla

María Wills, comisaria de Latin Fire, destaca la importancia de estas miradas desde España hacia las realidades actuales de América Latina, resumidas en una visión individualizada de la totalidad representada en su conjunto. Ello permite asomarse  a temas  como la violencia, las crisis políticas, las dictaduras, la vida nocturna, la pasión latina, las armas, las contraculturas, las culturas urbanas, la prostitución vista desde ángulos no habituales.

Una fotografía que sumerge al espectador europeo en la vida de otro continente, trascendiéndola en visiones .cotidianas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba,  Estados Unidos, México, Perú, Venezuela, vividas y realizadas por cincuenta y dos artistas.

Karina Juárez. Hormiguero. Develar y Detonar

Develar y Detonar, fotografía del México actual,  nos invita a un recorrido iniciático por el laberinto del México de los últimos años, con sus cambios ideológicos, sociales, políticos y económicos; la vida cotidiana y las enormes diferencias entre la ciudad y las zonas rurales, incluidas las más remotas. El país  visto a través de los trabajos de más de cincuenta autores, se desnuda, se construye y deconstruye en fotografías, foto – instalaciones y foto – performances, algunas de las cuales están aún inéditas en México. Hay un propósito de sacudir ciertos lastres, con logros dispares; ansia de libertad, amor y dolor, crueldad, erotismo.

Hay fotógrafos de otros países que han conseguido asumir los criterios locales. Autores muy jóvenes que no tienen formación fotográfica, pero que necesitan recrear la vida a su alrededor en fotos, como Jesús Flores fotógrafo de la prostitución masculina. O la violencia presente en imágenes muy dramáticas, en un contexto  plural y panorámico que abarca polaridades, desde lo terrorífico hasta lo que apasiona; todo ello en un diseño muy cuidado, que en ningún momento parte de capítulos o géneros; más bien combina la fotografía dura de un foto – periodismo que abarca muchos ámbitos, con la de los circuitos de arte, los multiformatos, etc.

Koral Carballo. Sin Título 2014. Develar y detonar

Gerardo Montiel Klint, comisario de la muestra manifiesta la importancia del apoyo de la Fundación Televisa, -uno de los organizadores de la exposición junto al Centro de la Imagen, PHoto España y Centro Centro Cibeles – mediante la adquisición de obra de autores muy jóvenes que necesitan de promoción

La Exposición Latin Fire

Eduardo Longoni. Manifestantes levantando barricada 2001. Latin Fire

No podía ser de otra manera. Empieza  con cinco fotografías de Eduardo Longoni. Una inquietante fotografía de un grupo de militares argentinos durante la dictadura, (1961) seguida de Manifestación obrera en Buenos Aires 1982, Represión de manifestantes, Madres de la Plaza de Mayo, Manifestantes levantan barricada en la Plaza de Mayo en 2001. Cinco testimonios recogidos a lo largo de cuatro décadas, cinco muestras de centenares de tragedias que perviven más allá de la dictadura.

Jorge Destúa. Potentado limeño se defiende de Sendero Luminoso.1991. Latin Fire

El peruano Jorge Deustua expone seis fotografías sin título que en principio no son lo que parecen, aunque finalmente si lo son, pero vistas desde el ángulo opuesto. Llevan el título genérico de ‘Este año que vivimos en peligro’; seis potentados de Lima en actitud agresiva, con las armas prestas para defenderse de un invisible Sendero Luminoso, año 1991.

Armando Cristeto. HIP 70. Serie Noches del Reventón. 1980. Latin Fire.

Llama la atención una magnífica foto del mexicano Rodrigo Moya hecha en Sierra Falcón, Venezuela en 1956, Guerrilleros en la niebla. Un grupo de hombres en acecho de algo que no ven, con las armas en ristre, preparados para cualquier inminencia no visible; por eso precisamente es tan atemorizante, transmite un miedo que se siente en la piel. Independientemente de la temática, una obra maestra.

Milagros de la Torre. Municiones confiscadas. Latin Fire

Milagros de la Torre, fotógrafa peruana, exhibe una de las series más interesantes de la muestra, Los pasos perdidos, precisamente porque muestra la violencia mediante sus símbolos, no abiertamente. Un cuchillo, municiones confiscadas, máscara de identificación policial del delincuente ‘Loco Peruchena’, armas encontradas en prisión, bandera de Sendero Luminoso, falda que llevó en prisión Marita Alpaca, camisa de un periodista asesinado, carta de amor incriminatoria de una prostituta a su amante, pruebas de asesinato, cinturones que estrangularon a un violador…Los objetos y símbolos de la violencia no transmiten el terror a flor de piel; es algo más profundo, menos perecedero, de una intemporalidad constante. Atrapan, quedan registradas en la mente de quien las observa.

Paolo Gasparini. Sin título. 1971. Latin Fire

Otro mexicano, Pedro Meyer es el autor de otra de las fotos más impactantes de toda la muestra: El guerrillero herido. Un hombre joven, apoyado sobre los muñones donde estuvieron sus piernas, erguido, casi desafiante, con un rostro alucinado y unos ojos que se clavan en la historia de la infamia de la humanidad. Pedro Meyer pasó varios años en Nicaragua fotografiando la lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional. (FSLN).

Sigue el recorrido por las historias violentas del violento siglo XX en América Latina ; bueno, no solo en América Latina, eso sería muy restrictivo, pero es de lo que estamos hablando. Como las seis fotos de la vida cotidiana en Chile durante la dictadura de Pinochet, de Héctor López, o la excelente foto de Alberto Korda en La Habana, 1959, en la Plaza de la Revolución: El Quijote de la Farola.  O la serie Crimen organizado de Hubert

Diego Levy. Hombre que se resiste a ser desalojado. Buenos Aires 2000. Latin Fire

Rodríguez, en el Perú de los años ochenta. Los interesantes Collages de recortes de prensa  de Ernesto Molina en México, casi una remembranza del El Libro de Manuel de Julio Cortázar, la Lucha libre por la democracia revolucionaria de Adolfo Patiño, México D.F. 1970; los cinco tremendos  rostros de los Desaparecidos del chileno Claudio Pérez.

Y suma y sigue, la Protesta de madres de desaparecidos en el Paseo de laReforma, 1978, de Pedro Valtierra. La foto del Ché muerto, con ojos semiabiertos, en los que parece que aún hay vida, como dejando un mensaje para la eternidad, del colombiano Juan Manuel Echavarría. El argentino Marcos Zimmerman, aporta imágenes de La Televisión de la dictadura, 80/82. Maya Goded y su reveladora serie Desaparecidos en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Pablo Ortiz Monasterio. Volando bajo, 1988. Latin Fire

La segunda sección de la muestra, Con el diablo en el cuerpo,  es otra cara de la moneda o simplemente otra moneda. Abunda en imágenes contraculturales de antros, cantinas, bares de mala muerte, cárceles, espacios de parranda donde se bebe sin cesar, se baila, se debaten sociedades utópicas o se pactan treguas entre aguardiente, tequila, pulque, cerveza o ron. Son, en su mayoría, miradas íntimas, imágenes de mundos subjetivos, de personalidades excéntricas. Por destacar algunas, Las noches del reventón en el D.F., de Armando Cristeto, las Prostitutas de Fernel Franco, los adolescentes ambiguos de Juan Travnik, las Mujeres presas de Adriana Lestido, los Internos de Carlos Somonte, los Travestis de Graciela Iturbide, los bañistas pop de Rodrigo Moya o los retratos de boda de la clase alta de Tijuana de José Luis Venegas, testimonios de un machismo lacerante y la Boda en Coyoacán, icono de la muestra, otra foto de Pedro Meyer.

José Luis Venegas. Sosa. 1972. Latin Fire

La Colección Anna Gamazo de Abelló representa todos los estilos  y técnicas de la fotografía latinoamericana, así como su visión documental y plástica, cuyos protagonistas son las personas y sus historias. En ella están presentes todos los nombres de la fotografía latinoamericana del siglo XX.

Develar y Detonar, la Exposición

Dolores Medel. Sin título 2013. Develar y detonar

Un mapa complejo, contradictorio e inquietante del México contemporáneo. La fotografía es el medio  de adaptación más inmediato a las profundas transformaciones acaecidas en una nación cambiante. Así Develar –nuevas formas de mirar  y producir imágenes- y Detonar – una reflexión sobre la imagen fotográfica actual – busca abrir a la reflexión  este panorama complejo y fértil que se mueve entre formas nuevas y arriesgadas de construcción del nuevo lenguaje fotográfico.

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Juan José herrera. Sin título, 2015. Develar y Detonar

Algunas reflexiones nos inducen a considerar  las obras expuestas como el eje de la fotografía actual de México, en el que confluyen diversas interpretaciones de una realidad  que de algún modo conviven, se complementan o chocan frontalmente. Es como un cruce de miradas entre autores muy diferentes, que identifica  tiempos, situaciones y estrategias en su creación.

Carlos León. 1-2014. Develar y Detonar

Encabeza la exposición, la instalación  urbana monumental de Juan Carlos Coppel y algunas fotos de ‘frontera’ situadas en la Baja California con el título Imperial County de Pablo López. Buen comienzo para dejar establecido un límite geográfico en sus aspectos urbano y rural.  Muy cerca,  la serie El fondo de la sombra de Dolores Medel, de nuevo los aspectos oscuros de esa dramática cotidianeidad mexicana reflejados en esas fotos de personas asesinadas, de adolescentes y madres en peligro. La siguiente serie, Paisajes de Sinaloa de Marcela Rico, plantea un dilema entre los paisajes y fenómenos naturales, que incluye el fuego brillante de una hoguera que contrasta con la luz del crepúsculo y las desapariciones de seres allegados en esos paisajes. La autora se pregunta, ¿con qué me quedo?

Diego Moreno. Azucena.2014. Develar y Detonar

Seguimos. Realidad y metáfora de Oaxaca y su relación con el lenguaje empleado en Pareja India y Habitación, vistos por Baldomero Robles; algunas no muy amables escenas familiares, en ese entorno rural duro  y difícil que persiste en los interminables espacios mexicanos; María José Sesma nos las muestra tal como son. Cerca de ahí, impacta la serie Silvestres, cuatro retratos de hombres rudos y fornidos, de cuerpo entero, completamente desnudos.

Khristian Muñoz. Sin título, 2013. Develar y detonar

Atrae enormemente la serie de foto – instalaciones onírico – simbolistas de Fernando Montiel Klint, con imágenes fijas o en movimiento, como la de esa mujer desnuda, en un interior, a la que un viento invisible e imposible hace ondear su cabellera de forma constante.  Al lado, una mujer sola, de pie en el centro de un elegante salón, mantiene un rifle en ristre, presto a disparar a alguien que aún no está, o al menos no está visible. El rostro de la mujer aparece sereno; su expresión no concuerda con su acto. La interpretación es libre. Pero la más chocante es esa especie de ser fantasmal, cubierto totalmente con una tela dorada, en cuya halda  hay un bebé sentado. ¿Inmediatez del sentido de la vida? Libre asociación de ideas, sin duda. Muy cerca se encuentra el surrealismo puro de las obras de Oswaldo Ruiz y la Geometría del espacio de Alejandra Laviada.

Luis Enrique Pérez. Sin título 2013.. Develar y Detonar

Andrés Carretero impacta con su políptico de treinta y dos retratos de 2011, titulado Rubias. ¿Cuál es el matiz social de ser rubia en México? ¿Indicador de una clase social determinada, más bien alta, sin duda acomodada? Las retratadas son mujeres famosas; escritoras, actrices, periodistas, directoras, gestoras culturales, filántropas, empresarias…Todo un documento sociológico.

Karina Juárez. Casa I. 2015. Develar y Detonar.

Y otro fenómeno sociológico es la foto – instalación  del entorno familiar de los Hank Rhon, el más acaudalado de Tijuana. Fotografías de María Elvia de Hank, de su marido el empresario y polémico millonario Jorge. El entorno incluye varios miembros de la familia, una escena de bautizo, una niña rubia vestida de comunión. ¡Qué contraste con la mayoría de la población de Tijuana! La autora es Yvonne Venegas, que ha fotografiado  a la familia y  sus eventos familiares durante un tiempo.

Dolores Medel. Sin título, 2013. Develar y detonar

Y en un salto estamos en Chiapas. Roberto Tondopó, muestra además de una panorámica de la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, una serie de fotos familiares que están a años luz de las de la familia tijuanense Hank.

Otro salto, hasta la serie de homosexuales y lesbianas  en acción de Nelson Morales… Koral Carballo  es la autora de una de las fotos icónicas de esta exposición. Las manos arrugadas de una anciana.

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Julio Barrita. Árbol, 2013. Develar y detonar.

Elisa Larvego, nacida en Ginebra, Suiza, nos habla de su serie Sobre el terreno. “He tratado de mostrar el deseo de dominar el territorio que está muy presente en México. Gracias a la extensa cobertura mediática de estos eventos, todos hemos escuchado acerca de los problemas y represiones violentas que tuvieron lugar en Oaxaca y Chiapas en los últimos años. Busqué imágenes en las que no hay acciones, donde el lugar se convierte en central y el Ejército se convierte en títere, al servicio del sistema que forma y deforma, como el paisaje se construye y deconstruye”.  Elisa llegó a México en 2010, para una residencia de intercambio en el Centro de la Imagen, se quedó en el país y vivió seis meses en el estado de México. Impactada e intrigada por la significativa presencia militar, desarrolló esta serie en los campamentos militares. Premonitoria de los tiempos convulsos que se han desencadenado en los últimos años, resulta particularmente interesante, porque aborda, desde la mirada fotográfica y contemporánea de una artista suiza, un tema de dramática relevancia dentro del México actual. Maquetas de espacios de lucha, de territorio de combate político y social, estos paisajes son la metáfora perfecta de la desdibujada frontera entre lo real y lo ficticio, la violencia y su representación en la imagen fotográfica y en el imaginario colectivo.

Jael Orea. Sin título 2011-2013. Develar y Detonar.

Fernando Brito, Tus pasos se perdieron con el paisaje. Fernando se especializó en la cobertura de  ejecuciones y muertos derivados del narcotráfico que asola al estado de Sinaloa. Brito nos muestra cadáveres en el paisaje, para confrontarnos con el horror del asesinato desde una visión artística, que trata de hacer soportable lo que miramos.  El cromatismo, los planos compositivos, los ángulos de toma y la distancia  respecto a los sujetos fotografiados, nos remiten a una estética que es el signo sintomático de nuestra época: las superproducciones de series televisivas norteamericanas, donde la temática recurrente es el crimen y la violencia. Pero las imágenes de Brito sobre la perversidad del ser humano son verídicas, imborrables. Un tremendo recordatorio del tiempo en que vivimos.

fernando Montiel Klint. Sin título 2013. Develar y Detonar

Y así sigue transcurriendo esta exposición que sigue una línea de temáticas y montaje que parece llevarnos casi siempre al mismo sitio. A la violencia en sus diversas formas. Porque violencia vemos en la instalación de Livia CoronaDos millones de casas para México, en la obra de Mauricio Palos, el fotógrafo del fenómeno de la migración y las experiencias vividas por los centroamericanos que atraviesan el territorio nacional  para llegar a Estados Unidos que constituyen un imaginario colectivo del siglo XX, o la serie de Miguel Ángel Ortega, Límites, que nos enfrenta a los espacios colindantes entre la ciudad, la periferia y lo rural, un lugar de tensión entre naturaleza y civilización aguardando la inminente invasión humana. Y la histórica  serie Paisajes construidos de Alexander Lucatero, una reflexión de profunda carga simbólica, desde la Revolución Mexicana de 1910 hasta el espacio – tiempo de la globalización ultracontemporánea. Lucatero reflexiona sobre el estado de Michoacán, zona de Tierra Caliente. Su paisaje es un simulacro  con un fin simbólico pero su trasfondo es político. La fotógrafa de Morelia, Michoacán, Karina Juárez, muestra la huella del dolor infligido, imágenes de paisajes fracturados, para construir la memoria. Ese dorso de mujer cadáver, joven, devorado lentamente por las hormigas, sobrepasa cualquier metáfora en su potencia y simbolismo…

Koral Carballo, pone fin a la muestra con su Silencio, de la serie El último día del mundo.

Fichas de las exposiciones.

Latin Fire, otras fotografías de un continente.

  • Colección Anna Gamazo de Abelló.
  • Sede: Centro Centro Cibeles.  Plaza Cibeles, 1. Madrid.
  • Organizan: Centro Centro Cibeles y Photo España 2015.
  • Fechas: 3 de junio a 13 de septiembre, 2015.
  • Comisarios: María Wills y Alexis Fabry.
  • Entrada gratuita.

Develar y Detonar, fotografía del México actual.

  • Sede: Centro Centro Cibeles. 5ª Planta
  • Organizan: Fundación Televisa, Centro de la Imagen , Photo España y Centro Centro Cibeles.
  • Fechas: 3 de junio a 30 de agosto, 2015.
  • Proyecto comisariado por Plataforma Fotográfica Hydra: Ana Casas Broda, Gabriela González Reyes y Gerardo Montiel Klint.
  • Entrada gratuita.
Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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