Violencia policial en Francia: Théo, violado analmente con una porra

El 2 de febrero de 2017 se produjo una detención con una violencia excepcional en París que encendió la violencia en los suburbios parisinos, cuando la víctima, Théo L., un joven de 22 años quien dice haberse interpuesto para defender a un amigo, fue a su vez detenido y acusa a un policía de haberlo violado con su bastón, agresión por la que fue hospitalizado y sometido a cirugía reparadora, informa Marie-Laurence Chanut Sapin[1].

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Una de las manifestaciones de apoyo a Théo se desarrollaba frente al tribunal de alta instancia de Bobigny, para pedir justicia y denunciar la violencia policial.

En el caso de Théo como también de Adama, muerto después de su arresto el 19 de julio de 2016, y de Zyed y Bouna, muerto en un transformador eléctrico en 2005, los hechos han tenido lugar en las zonas urbanas de los alrededores de París (Val-d’Oise y Seine-Saint-Denis).

Más de 2000 personas, muchos de ellas en estado de shock, pero que aún así “tenían que estar presentes”[2] se movilizaron para apoyar “una indignación legítima”.

En la multitud, compacta, el asunto de los métodos de la policía se evoca constantemente.

Con las pancartas y frente al micrófono los manifestantes denuncian lo que pasa todos los días: racismo, arrestos abusivos y condiciones dudosas y humillantes de registro.

“Policía por todas partes, justicia en ninguna parte”

“Desarme de la policía”

“Violadores a la cárcel”

“No confundas tu bastón con un sex toy”

“Cada vez que nos tocan un testículo, hay que denunciarlo, cada vez que nos meten un dedo, ¡hay que denunciarlo!”

Según dirigentes sociales, la irresponsabilidad de los policías en torno a estos hechos complican, o mejor dicho socavan, el trabajo cotidiano de las numerosas personas que actúan lejos de los medios, pero diariamente, para convencer a los jóvenes de que pueden elegir y construir su futuro.

“Hay que confiar en la gente de los barrios que trabajan en las sombras todos los días”

“Somos inteligentes, educados, no somos salvajes”

“Somos nosotros los que tenemos que decir sin violencia”

Sin embargo, el foso cavado entre las fuerzas del orden y los jóvenes de los suburbios es bien real y la manifestación concluyó en la violencia y la degradación.

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Protestas por la agresión a Théo L. en París

En búsqueda de confrontar y utilizando la provocación, algunos jóvenes incontrolados fueron al choque con los policías que se habían posicionado en una pasarela que llevaba al Palacio de Justicia vigilando la manifestación desde arriba. Más tarde el mobiliario urbano de la estación rutera fue destruido y varios automóviles incendiados.

Algunos jóvenes que aún permanecían en el lugar observando, justifican estos actos por el hecho de que a veces es necesario hacer una demostración de fuerza para ser escuchado. Otros son más fatalistas: “tiene que haber saqueadores”. Otros montan en cólera temiendo la amalgama que no dejarán de fabricar los medios.

La cólera es un sentimiento que cuando se exacerba por la sensación de que prima la impunidad, puede conducir a actos violentos sin que estén tan justificados, señalan, y exponen que el respeto se construye sobre una base distinta, en que la violencia cede su lugar a la confianza y a la escucha.

La pregunta es: ¿quién da el primer paso? y el sentido común lleva a concluir que debería ser responsabilidad de los que detentan la autoridad.

  1. Marie-Laurence Chanut Sapin, reportera de la redacción en París de Pressenza. Fotos: Brigitte Cano y Gwen-aëlle
  2. Todos los textos en cursiva son citas de lo que se escuchó y de las pancartas observadas en la manifestación.

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