Xalbador García y los delirios de Leopoldo María Panero

No todos los locos son poetas pero sí todos los poetas tienen algún relámpago de locura. El escritor español Leopoldo Maria Panero pasó mas tiempo de su vida en los hospitales psiquíatricos que en las calles del Madrid que lo vio nacer un 16 de junio de 1948; y se cumple ahora el 65 aniversario de su nacimiento.

Su obra fue creciendo por los laberintos del dolor y la irrealidad. No es fácil abordar a un poeta maldito y menos fácil leerlo, pero hay quienes se aventuran a eso y a más.

xalbador-panero-tarot-portada Xalbador García y los delirios de Leopoldo María PaneroCuando el escritor mexicano Xalbador García me regala el libro que escribió: “Leopoldo Maria Panero o las máscaras del Tarot” (Suburbano Ediciones), sentí que ponía una brasa en mis manos. Xalbador juega con los emblemas del Tarot, recordando el poemario de Panero “El tarot del inconsciente anónimo” (1997), y siguiendo esos arcanos, nos revela la vida y la obra del poeta. Trabajó durante nueve años en los escritos del poeta y viajó hasta el manicomio Carlos I en Las Plamas, para conocerlo.

Yo sabía de Panero, que lo persiguió el fantasma de su padre, el poeta Leopoldo Panero considerado un escritor oficial del franquismo. Joven, comete el parricidio enrolándose en el Partido Comunista y aunque en su familia abundan escritores y periodistas buscó su pauta, negándose a las rutas trazadas y afiliándose al mundo de los “Poetas Malditos”.

Siempre han existido voces malditas, que bucean en los recónditos lugares del alma y enfatizan la estética de la maldad: Francois Villon, Marques de Sade, Charles Baudelaire, Rimbaud, Artaud, Edgar Allan Poe, dejaron huella en esos caminos de la locura, el alcohol y la literatura. Panero los siente como sus hermanos y sigue aquellos pasos, haciendo su propuesta literaria en los sesenta, en medio del Rock and Roll, las drogas y transgreciones varias.

A pesar de esos senderos oscuros, consiguió otros titulos, pertenecer a la Generación de los Novísimos, publicar en editorial Cátedra, estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad de Barcelona. Recibir los premios Estaño de Literatura 2003 por la Antología Poética de Tua Blesa y Premio Quijote de Poesía por el libro Poemas de la locura (Huergo&Fierro.2005).

Tampoco se impidió que el director Jaime Chavarri hiciera un documental sobre la familia Panero, “El desencanto”, que fue un éxito en la década de los 70. Ni que sus libros se publicaran y que los estudiantes de la universidad de Las Palmas, hablaran con él y los canarios le compraran los libros que vendía en la calle.

Su poética se inscribe en el mundo del Malditismo, o de los Poetas Malditos, también de los transgresores, pero en sus momentos de lucidez, cuando escribía, nos ha dejado una visión diferente de la literatura , una poesía llena de imágenes sorprendentes y ensayos de reflexión donde exhorta a cambiar la manera de ver y percibir al mundo.

Era en el café El esdrújulo donde el poeta vagabundo de Canarias escribía, fumaba excesivamente y conversaba con los parroquianos, volviendo al atardecer al manicomio de Las Palmas, ya que le permitian salir para sus recorridos por la Universidad o la calle. Fue en el hospital donde acabó su vida un 5 de marzo de 2014.

El escritor mexicano Xalbador García fue a visitarlo, dos años antes de su muerte y me cuenta:

“Fui en el 2012 a verlo. Viaje de México a Madrid y de allí, a Canarias. Me alojé en una pensión cerca del Hospital. Cuando llegué al Hospital, el edificio era imponente, esperé y de pronto apareció entre los enfermos y me impactó mucho su presencia. Tenía una fuerza mística, digamos, distinta. Ya me habían dicho que conocerlo me iba a perturbar, que no iba a poder dormir. Después que lo vi estuve varios meses extraño. Era un tipo místico, estaba en otro mundo, en un mundo totalmente literario, hablaba de poesía, recitaba poemas, se acordaba de citas de poetas. Tenía memoria pero era una memoria dislocada. No era una memoria como la que podemos tener tu o yo. El no respondía, decía sus recuerdos, como flash, como su poesía que son resplandores, algo duro que raspa la garganta, no es fácil. Escribió mucho porque yo creo que su esquizofrenia la volcaba en la literatura. Panero es una voz muy importante en la lírica española, es una voz, que cuando se diluya esta inmediatez, va a verse su verdadero alcance.

Panero era enfermo, no se lo podía tratar, pero, su poesía no tiene parangón en las letras en castellano de las últimas décadas, por lo menos a mi entender.”

Sin duda, el poeta influye en las nuevas generaciones por su poesía imaginativa y existencial, donde el tema de la muerte, la sangre, el amor, la locura son un viento agresivo, donde estallidos de lucidez y visiones provocan al lector. Mas allá de sus imágenes escatológicas o suicidas, surge la angustia existencial del hombre al límite de su interrogación.

Entre sus libros reconocidos encontramos: “Por el Camino de Swan” (1968). “Asi se fundó Carnaby Street” (1970) “Last River Together” (1980). No falta su reflexión sobre España en “Contra España y otros poemas de no amor” (1990), su percepción de los hospitales “Poemas del manicomio de Mondragón” (1987), “Poesía Completas 2000-2010” y “Rosa enferma” de 2014. En narrativa se destacan: “El lugar del hijo” (1976) y “Cuentos Completos”, una recopilacion de 2007. Incursionó en el ensayo escribiendo sus conceptos sobre la literatura y otros tópicos en “Mi cerebro es una rosa” (1998) y “A cerca de un posible testamento” (2016).

Su testamento, sin duda, son sus poemas, su obra escrita, el rayo violento y desesperado que ilumina sus textos. El poeta es consciente que el hombre muere pero la poesía perdura, el delirio o la verdad está en descubrir la poesía, vivirla y expresarla.

“…Ah tu, simetría del poema, único dios
Perfecta simetría del poema donde acecha el tigre…”

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