A favor de un cara a cara entre Pedro y Pablo

No me interesa para nada el programa de La Sexta que se emite las noches de los sábados por ese canal. En ausencia de un moderador que evite hacer del plató un gallinero, con una total falta de consideración a los turnos de palabra de los debatientes, y con la presencia entre los tertulianos de uno de los más nefastos periodistas que siguen teniendo plaza reservada en esos ámbitos de opinión, desecho unirme a la audiencia que lo sigue soportando.

En ocasiones, eso sí, no descarto hacerme eco de las opiniones que exponen alguno de los entrevistados, como es el caso de las sustentadas en el último programa por el excoordinador de Izquierda Unida, que de una forma tan discreta abandonó en su día la escena política al ocupar ese cargo Alberto Garzón.

Entre otras consideraciones, Cayo Lara planteó el pasado sábado la necesidad de que la gente salga a la calle para que tanto el PSOE como Unidas Podemos hagan posible un gobierno de izquierdas, algo que únicamente debería afectar al primero de los partidos, dado que es el PSOE el que se niega a ello y tiene además como antecedente en contra el no cumplir las promesas que como gobierno de izquierdas promete en las campañas electorales.

Estoy con Lara en que esa movilización debería convocarse de inmediato, con el inicio del curso político, pero qué organización o colectivo sindical o social tiene la autoridad y el respeto suficiente de los ciudadanos para convocarla y conseguir un exitoso resultado que dejara patente lo que la mayoría del electorado progresista desea y posiblemente no vaya a ver cumplido.

Algo más se me ocurre añadir a lo planteado por el excoordinador de Izquierda Unida y que ya esbocé en alguna ocasión: siendo Pedro y Pablo (eludo apellidos para simplificar) los dos líderes que por su responsabilidad como tales están llamados a ganar o perder la oportunidad histórica de que sus respectivos partidos se entiendan en un gobierno socialdemócrata, ¿no sería de toda lógica democrática y comunicacional un debate entre ambos en la televisión pública o en cualquier otro canal privado que se prestase a ello y ganase, con toda seguridad, un grado de audiencia récord por algo tan necesario y clarificador?

Formulada la pregunta, queda por dirimir en opinión del respatable cuál de los protagonistas se sentiría menos llamado a ese cara a cara. Yo lo tengo claro, a la vista de lo visto y oído hasta ahora en cuatro largos meses de ineptitud o cerrazón negociadora.

Recordemos que Iglesias ya pidió un cara a cara con Sánchez para que este explicase los motivos de su veto para que el líder de Podemos estuviera en el consejo de ministros.

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