¿Cómo afecta el frío a la artrosis?

Con la llegada del frío, las personas que padecen enfermedades articulares, como la artritis o la artrosis, suelen manifestar un empeoramiento de los síntomas. Aunque no todos los pacientes son sensibles a los cambios de tiempo y reaccionan de la misma manera, gran parte de ellos detecta un aumento del dolor, de la sensación de entumecimiento o de la rigidez articular.

¿A qué se debe ese cambio? ¿Existe realmente una relación directa entre el frío y el dolor en las articulaciones? Según los especialistas en reumatología, el frío o la humedad no empeoran la enfermedad en sí, lo que hacen es recrudecer los síntomas. El frío es vasoconstrictor, es decir, provoca un estrechamiento del paso de la sangre a través de los vasos sanguíneos. Esa disminución del riego aumenta la rigidez en los músculos articulares, lo que se traduce en dolor y en pérdida de la movilidad.

Las personas con problemas de artrosis, que ya sufren una degeneración en las articulaciones, pueden notar especialmente ese efecto vasoconstrictor del frío. De ahí que determinados pacientes puedan anticiparse a los cambios meteorológicos y vaticinar la proximidad de lluvias, frío o humedad.

El frío, además, aumenta la respuesta a los estímulos de los receptores del dolor. Por eso es fuente de problemas en los enfermos  con el síndrome miofascial, en el que existen puntos gatillo especialmente sensibles.

artrosis-fisioterapia-600x424 ¿Cómo afecta el frío a la artrosis?

Cómo tratar la artrosis

Existen diferentes formas de abordar la artrosis y mejorar los síntomas con la llegada del frío.  El tratamiento convencional es la medicación con antiinflamatorios y analgésicos y la aplicación de cremas locales. La terapia farmacológica puede combinarse con otros tratamientos complementarios que ofrecen también muy buenos resultados.

Tecnología de andulación

Consiste en combinar los efectos terapéuticos del calor con el potencial curativo de las vibraciones mecánicas a través de una postura adecuada del paciente. El tratamiento se aplica a través de unos dispositivos especiales que comercializa www.hhp.es y que se pueden instalar en casa. Las sesiones duran aproximadamente 15 minutos y proporcionan un alivio inmediato del dolor.

La terapia de la andulación tiene múltiples indicaciones, pero es especialmente recomendable para aliviar el dolor muscular y articular, combatir el estrés, tratar las cefaleas o ayudar a corregir los trastornos del sueño. Además de actuar sobre el elemento dañado, el tratamiento produce un efecto positivo sobre el organismo en su totalidad.

Fisioterapia y terapias naturales

Los masajes y las terapias naturales, principalmente la acupuntura, son un buen complemento para aliviar los síntomas de la degeneración articular. También pueden resultar beneficiosos algunos tratamientos con plantas medicinales, en especial los que tienen como base el arbusto conocido como harpagofito o garra del diablo.

Calor

Como apuntábamos al hablar de la tecnología de andulación, el calor ejerce efectos muy positivos en el tratamiento de la artrosis. El calor es vasodilatador y ayuda a reducir la rigidez muscular. Para aplicar calor sobre las zonas doloridas, los más práctico es utilizar esterillas  eléctricas o las típicas bolsas de agua caliente.

Consejos para los pacientes con artrosis

Por general, las enfermedades articulares relacionadas con el envejecimiento no tienen cura, pero sí pueden tomarse medidas para reducir su progresión e incluso evitar que aparezcan. La Fundación Española de Reumatología pone énfasis en los hábitos saludables, en la higiene postural y en el calzado.

Control del peso

La obesidad perjudica las articulaciones, principalmente las rodillas. El hecho de que las piernas hayan de aguantar un peso excesivo, precipita el desgate y la aparición del dolor, por lo que es recomendable mantener una dieta saludable y baja en calorías.

Ejercicio físico moderado

La estructura muscular protege las articulaciones, por eso es importante practicar deporte con moderación. Las actividades más recomendables son caminar o pedalear, ya que refuerzan los músculos de las piernas, en especial los cuádriceps. Nadar es otro deporte muy beneficioso, mientras que las prácticas menos aconsejadas son las que provocan una sobrecarga en las articulaciones.

Cada enfermedad articular tiene sus indicaciones y contraindicaciones. Para conocer con exactitud los ejercicios y deportes recomendados, lo más conveniente es consultar con un reumatólogo.

Reposo

El ejercicio físico es positivo, pero también lo es el descanso. Cuando existen episodios de dolor articular intenso, se aconseja guardar un cierto reposo, al menos a intervalos intercalados con la actividad diaria.

Higiene postural

Para prevenir y mejorar los dolores lumbares, no hay que perder de vista la forma de dormir: son convenientes los colchones planos, que no favorezcan una curvatura inadecuada de la baja espalda. Deben evitarse los sillones o sofás hundidos y optar por estructuras más rectas, que no perjudiquen ni a la espalda y a la posición de las rodillas.

Atención al calzado

Los pacientes con artrosis en la zona lumbar, caderas o rodilla han de utilizar un calzado que absorba el impacto del pie al caminar. Los zapatos excesivamente planos no son aconsejables, como tampoco lo son los tacones altos. Lo más recomendable es usar calzado de suela gruesa o bien utilizar plantillas de silicona que ayuden a amortiguar el paso.

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