Agrupaciones de lengua y cultura en Washington

La comunidad representada en el Consejo de Residentes Españoles del área Consular de Washington DC ha remitido a las autoridades su opinión y sus propuestas para mantener el buen funcionamiento de las Agrupaciones de Lengua y Cultura (ALCE) y, en concreto, de las aulas de Washington, dependientes de la ALCE de Nueva York.

Señala una comunicación que el CRE de Washingon DC., como órgano consultivo y asesor según el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, así como el Real Decreto que lo establece y la Orden Ministerial que lo regula, «tiene una importante responsabilidad para representar plenamente los intereses de nuestra comunidad ante los órganos del Gobierno Español».

Informan de que las aulas de Virginia y Maryland atienden a una creciente demanda, actualmente situada en unos 220 alumnos: «estas clases de lengua y cultura españolas gozan de gran prestigio y calidad, y constituyen un punto de referencia para nuestra comunidad y parte importante del capital social que nos une, entre nosotros y con España. Es un excelente programa que hay que preservar y apoyar».

En el documento se declaran conscientes de las dificultades presupuestarias que están imponiendo recortes en todos los ámbitos de la Administración Española, pero alertan de la «vital importancia, como política de Estado, del español en Estados Unidos; y de lo importante que es para nuestros hijos contar con un programa que les permitan, como a miles de jóvenes a lo largo de las últimas décadas, integrarse sin problemas en el sistema educativo español al regreso de sus padres a España y, en todo caso, mantener nuestra lengua y nuestra cultura».

A su juicio, los recortes que se están planteando incluyen dos medidas que pueden ser muy perjudiciales para el funcionamiento de las ALCE: la reducción a la mitad del horario presencial de los alumnos en los tres primeros cursos; y el retraso en la salida a concurso de las plazas vacantes de profesores funcionarios. Para paliar lo primero, se ofrecen tutorías virtuales y materiales en línea. Y para cubrir las necesidades de profesorado del próximo curso se ha propuesto contratar a personal interino.

Sin embargo, consideran que la enseñanza virtual no puede sustituir en esa proporción, en niños de 7 a 10 años, la labor de un profesor presencial, y apuntan que debe mantenerse un número mínimo de tres horas semanales de enseñanza presencial. Apuntan también que los contratos interinos que se están planteando distan mucho de ofrecer «un salario mínimamente suficiente para vivir en el área de Washington», además de no permitir la adecuada planificación del curso y dificultar la continuidad en la enseñanza y el progreso de los alumnos: «Somos conscientes de que la contratación de profesores funcionarios supone un gran coste, y nos gustaría sugerir la posibilidad de crear otros puestos de profesores más acordes con el presupuesto disponible. Sería el caso de profesores con contrato indefinido y un sueldo inferior al de los funcionarios, pero ajustado a lo que se requiere para residir en nuestra área».

Acuciados por la necesidad de encontrar soluciones para el próximo curso, aportan el ofrecimiento de algunos padres para contribuir a paliar los gastos actuales de las aulas de español, con medidas tales como cobrar una matrícula por alumno, habilitándose algún tipo de beca o ayuda para quienes tuvieran dificultad en ese abono. También la AMPA se muestra dispuesta a ayudar en lo posible a través de la compra de materiales y otros gastos del funcionamiento de las aulas de español. Y, con el apoyo de la comunidad de residentes españoles, se puede explorar la colaboración de otras empresas e instituciones.

En síntesis, se formulan seis propuestas con el fin de acomodar el funcionamiento de las ALCE a las nuevas circunstancias:

  1. Consideramos esencial que las plantillas de profesorado se contraten con tiempo suficiente para poder comenzar el curso con normalidad.
  2. Pedimos que, dados los efectos educativos perjudiciales que preveemos por el sistema propuesto, en ningún caso se reduzca el número de horas presenciales del alumnado a menos de 3 horas semanales.
  3. Consideramos esencial la contratación de profesorado funcionario que aporte al programa la calidad y estabilidad necesarias.
  4. Proponemos la creación, en sustitución de los contratos de profesorado interino, de contratos a largo plazo con un sueldo acorde al nivel salarial del país de destino.
  5. Proponemos la posibilidad de cobrar en concepto de matrícula la cantidad que se considere necesaria para garantizar la calidad y extensión de las enseñanzas, incluyendo becas para quien lo solicite y acredite. Pensamos que ésta debería ser tan solo una medida transitoria y de emergencia en las circunstancias presentes de España volviendo después al sistema de financiación del Estado.
  6. Por la misma razón y bajo el mismo concepto, proponemos la posibilidad de aportar medios económicos desde las Ampas, el CRE, empresas o instituciones que estén dispuestas a colaborar. Todo sería más deseable que reducir drásticamente la calidad y efectividad de esta enseñanza.

Concluyen que están dispuestos a «colaborar en todo aquello que permita dar continuidad al esfuerzo de muchos años y a mantener el magnífico nivel alcanzado por las clases de español en el área consular de Washington. Por el interés nuestro y de nuestros hijos, en quienes queremos preservar la seña de identidad del español, pero también muy conscientes de estar colaborando a los intereses de España en unos momentos de particular dificultad. Si entendemos la calidad de las clases de español de nuestros hijos como un derecho irrenunciable es porque también entendemos nuestro esfuerzo a la hora de aportar soluciones, iniciativas y medios materiales como un deber inexcusable».

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