Alberto Garzón: un PSOE al servicio de la oligarquía

Un total de dieciséis páginas ocupa la interesante entrevista que Salvador López Arnal hace a Alberto Garzón, coordinador general de Izquierda Unida y diputado en el Congreso por Unidos Podemos, en el número de El viejo topo correspondiente a este mes de noviembre de 2016. Se trata, como es sabido, del político mejor valorado actualmente en España, por lo que la interviú resulta muy clarificadora sobre diversas cuestiones de actualidad.

Portada de El Viejo Topo 346, noviembre 2016

Para Garzón, con relación a los no esperados resultados de Unidos Podemos en los comicios de junio, se hizo una campaña electoral muy caótica y con muchos fallos, con giros inesperados en el discurso oficial, que perdió frescura y abusó de moderación, quizá por la dinámica de responsabilidad marcada por las encuestas favorables.

Entiende Garzón que en España no existe un proyecto político de país, de sociedad, que pueda unir, más allá de ser la periferia de Europa y la mano de obra barata del sistema-mundo. La crisis ha alimentado la frustración de la gente y la canalización de ese sentimiento en Cataluña ha sido el movimiento independentista. La posición intransigente y anticatalana de los gobiernos bipartidistas de Madrid ha servido además de incentivo a esa tendencia en alza.

El coordinador de Izquierda Unida considera que la España que le preocupa a Susana Díaz no es la de la clase trabajadora, sino la de las grandes empresas y las grandes fortunas. El PSOE ha sido y es un partido del régimen. El fraude democrático de su comité federal el pasado 1 de octubre es expresión cabal de la crisis del régimen que vivimos. En España han gobernado las élites económicas que financian ilegalmente a los partidos políticos y se benefician de indemnizaciones multimillonarias concedidas por los gobiernos de turno. La crisis, según Garzón, ha servido para demostrar que el PSOE es una estructura orgánica al servicio de la oligarquía, sostenida por militantes y votantes de la clase trabajadora que se identifican con la izquierda política. La explosión de esta contraposición puede generar un cisma de suficiente envergadura como para que la clase trabajadora pueda reorganizarse en un instrumento capaz de enfrentarse a la oligarquía con éxito, así como construir un modelo de justicia social. Esa es la tarea que le corresponde a Unidos Podemos.

Dentro de las páginas dedicadas a la hemeroteca de la revista con motivo de su cuadragésimo aniversario, en este número 346 podemos leer un magnífico artículo del periodista Luis Ramírez (Luciano Rincón), publicado en 1978, y que lleva por titular Fulgor y muerte de Francisco Franco. El texto termina con unas frases del manifiesto de Las Palmas, escrito por el propio dictador y fechado en Santa Cruz de Tenerife el 18 de julio de 1936, que Rincón estima un epitafio cierto sobre su tumba histórica, pues emite un juicio definitivo sobre su régimen y sobre su propia vida al repasar las condiciones por las que es preciso sublevarse contra la República: “Los estados de excepción y alarma solo sirven para amordazar al pueblo y que España ignore lo que sucede fuera de las puertas de sus villas y ciudades, así como para encarcelar a los pretendidos adversarios políticos”. Así fue.

Aparte de un análisis de Eduardo Luque y Bashar Barazi sobre lo que significará la batalla de Alepo en el devenir del conflicto sirio (Siria: caen las máscaras), podemos leer en El viejo topo una entrevista con Vicente Serrano, autor del libro El valor real del voto, en el que propone una reforma de la ley electoral en la que se conjugue proporcionalidad y gobernabilidad, y que sea más justa y eficiente que la actual. Tal propuesta no se parece a ninguna otra de las que han ido apareciendo en los últimos años. La clave está en que el valor del voto de los ciudadanos sea el mismo, independientemente de dónde voten o a quién voten. Que salga elegido un senador por poco más de 4000 votos y otros cuesten hasta 1 100 000 parece un chiste, pero es una realidad.

Un artículo de Boaventura de Sousa Santos, titulado La incertidumbre, entre el miedo y la esperanza, y otro de Higinio Polo sobre la excelente escritora italiana Natalia Ginzburg (Natalia Levi), completan con el de Eduard Subirats (Para Salir de una edad oscura) el índice temático de este mes de la revista.

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