Argentina recupera el jaguar en los esteros del Iberá

El depredador más grande de América del Sur, el jaguar, ha regresado a los esteros del Iberá, en el noreste de Argentina, setenta años después de que la especie fuera llevada a la extinción en esta zona debido a la caza y la pérdida de hábitat, informa IPS.

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La jaguar Mariua, y sus dos crías, fueron liberadas en el gran parque Iberá, como parte de un programa para restablecer la fauna en hábitats degradados por la caza, la ganadería y el monocultivo. © Tompkins Conservation

Doreen Robinson, jefa de Vida Silvestre del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), observó que reintroducir con cuidado a depredadores como los jaguares puede ayudar a restaurar los ecosistemas.

Sin estas especies, la biodiversidad sufre y los servicios que brinda la naturaleza pueden colapsar, desde la mitigación de enfermedades y la protección del suelo hasta la regulación de los sistemas hídricos, agregó Robinson.

El Pnuma saludó por ello la reintroducción, en el Gran Parque Iberá, de Mariua, jaguar adulta que fue rescatada en Brasil cuando era una cachorra huérfana, y sus dos crías nacidas en cautiverio.

Las liberaciones se produjeron en enero 2021 en un área protegida de 687.966 hectáreas en el humedal Iberá, de la provincia de Corrientes, en el norte argentino, donde los grandes felinos pueden encontrar abundancia de presas salvajes.

Se prevé llevar al área un total de nueve ejemplares de jaguar (Panthera onca), una especie amenazada en el continente y de la que se calcula que existen en Argentina doscientos individuos.

Se trata de la primera liberación de jaguares en un lugar donde se habían extinguido, y es parte de un esfuerzo local por restaurar la biodiversidad y los procesos naturales en áreas afectadas por la actividad humana, conducido por la organización Rewilding Argentina y la fundación Tompkins Conservation.

«Felicitamos al gobierno de Argentina, a la Administración de Parques Nacionales y a la provincia de Corrientes por su compromiso con la recuperación de esta especie icónica», dijo Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation y embajadora de Áreas Protegidas del Pnuma.

Para la experta, ahora que comienza el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, es momento de reconocer el papel central que puede desempeñar la reintroducción de vida silvestre en la restauración de la estabilidad climática y la salud planetaria.

El jaguar es el tercer felino más grande del planeta (después del tigre y el león) y es un importante ícono cultural para los pueblos de América Latina. En el noreste de Argentina, los guaraníes consideran al jaguar como un símbolo de fuerza y un elemento esencial de la identidad de la región.

Pero esta especie icónica ha perdido más de la mitad de su hábitat histórico, en numerosos ecosistemas desde México hasta Argentina, lo cual ha dejado a algunas poblaciones geográficamente aisladas y con reservas genéticas reducidas.

En la región, catorce países adoptaron en 2018 el Plan Jaguar 2030, para la conservación del felino y sus ecosistemas, considerándolo un elemento focal para preservar hábitats que son importantes para la protección de los bosques y las iniciativas de mitigación del cambio climático.

El conjunto de ecosistemas que pueden ser hábitat actual del jaguar abarca unos siete millones de kilómetros cuadrados, y el compromiso de los países comprende medidas que protejan tanto las unidades de conservación del felino como de los corredores, sobre todo los transfronterizos, que conectan esas áreas.

En el caso de Iberá, se está ayudando a que los humedales se recuperen de los efectos de la caza y de décadas de pastoreo de ganado y monocultivos, dijo Sebastián Di Martino, de Rewilding Argentina.

Indicó que junto con el jaguar se reintroduce en Iberá otro gran depredador, la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), así como especies portadoras de semillas como los pecaríes (Dicotyles tajacuy) y los guacamayos (las especies Ara).

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