Beatles contra Rolling: desmontando una leyenda

Quienes en los primeros años sesenta del pasado siglo seguíamos la trayectoria musical y los avatares de los Beatles y los Rolling Stones, y después las carreras en solitario de sus respectivos componentes, siempre identificábamos a los dos grupos como representantes de dos maneras enfrentadas de entender la sociología de la música pop-rock.

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Xulio Formoso: Beatles & Rolling Stones

Utilizando la terminología de Umberto Eco, frente a una supuesta integración de los Beatles en la cultura de masas, estaría la postura apocalíptica de los Rolling Stones, que además representaban el papel de rufianes desaliñados ante la actitud moderada de los Beatles, reforzada por su aspecto formal de jóvenes hijos de la burguesía. En España había que ser de los Beatles o de los Rolling como se era del Real Madrid o del Barcelona.

Este enfrentamiento, sin embargo, era fruto más de los procesos ideados por sus respectivos creadores de imagen que de una realidad objetiva.

beatles-vs-stones-portada Beatles contra Rolling: desmontando una leyendaUn libro de reciente publicación “Beatles vs. Stones” (Indicios), del profesor de Historia norteamericano John McMillian, desmiente en parte esta imagen de enfrentamiento entre ambas formaciones, así como las actitudes atribuidas a cada uno de ellos a lo largo de su historia, después de una larga y minuciosa investigación.

La clase media contra el proletariado

Para empezar, el origen social de los componentes de ambos grupos era el contrario al que su imagen parece aludir permanentemente. Todos los miembros de los Beatles procedían de familias obreras de Liverpool, una ciudad industrial del norte del país, con una población en general pobre e inculta. John Lennon fue en sus primeros años el equivalente a un delincuente juvenil urbano. Por el contrario, en Londres, la capital, donde nacieron los Rolling Stones, los ambientes cultural y económico estaban más desarrollados. Los miembros originales de los Stones procedían todos ellos de familias burguesas de clase media o media alta, algunos educados en colegios de élite (Brian Jones) o escuelas de arte, y en general eran buenos estudiantes (algunos, como Mick Jagger, muy destacados). Charlie Watts y Bill Wyman eran jóvenes formales (Wyman ya era padre de familia cuando se unió a los Stones: “no solía relacionarme con gente que llevara chaquetas y pantalones raídos”) y únicamente Keith Richards procedía de la clase trabajadora. Con estos orígenes nadie podía sospechar que se convertirían en iconos del inconformismo juvenil antiburgués.

George Harrison diría que la imagen de los Stones se parecía más a la de los Beatles antes de que su manager Brian Epstein los obligara a cambiar sus chaquetas de cuero por los trajes de diseño a medida, dejando el camino libre para que los Stones ocuparan un espacio que había quedado vacante. Lennon siempre dijo que los Stones habían robado la imagen original de los Beatles, y se mostraba ofendido por la idea divulgada de que ellos eran revolucionarios y los Beatles no lo eran.

Andrew Oldham, el manager de los Stones, a quien se atribuye la creación de su imagen inconformista, se dio cuenta del potencial del nuevo enfoque “violento” de los Stones después de haber fracasado al intentar adecentarla, porque su objetivo primero había sido convertirlos en los sucesores de Los Beatles, más que en su contrapartida. Pero, inopinadamente, la estrategia de manifestarse como la antítesis de los Beatles dio resultado y desde entonces permitió a sus chicos ser en público “tan desagradables como quisieran”.

La estancia de los Beatles en la ciudad alemana de Hamburgo en los años previos a su carrera profesional los había puesto en contacto con un mundo de violencia y sexo que los marcó profundamente. “Cuando vivían en Hamburgo”, diría años más tarde Andrew Oldham, “los Beatles eran exactamente lo que los Stones llegarían a ser”.

Los movimientos juveniles de mods y rockers, que protagonizaban la cultura de calle en la Inglaterra de entonces, ya tenían un grupo con el que identificarse: los primeros lo hicieron con los Beatles y los rockers con los Stones. De todas formas ambos grupos siempre se identificaron con la izquierda política, aunque ninguno de ellos defendió nunca una ideología coherente. En “Revolution”, Lennon compone una letra ambigua y en cierto modo reaccionaria, a la que los Stones contestaron con “Street Fighting Man”, cuya portada (la policía de Los Ángeles reprimiendo una manifestación) fue retirada rápidamente. Lennon llegó a financiar al IRA y al agitador negro Michael X. Una de las interpretaciones más alucinantes es la del roquero marxista Ian Sevonius en “The Psychic Soviet”, donde afirma que “La dialéctica de los Beatles contra los Stones representaba la sovietología industrial de Lennon/McCartney contra el maoísmo agrario de Mick y Keith”. Ahí quedaba eso

Más coincidencias que disparidades

“Nuestra rivalidad siempre fue un mito”, declaraba John Lennon ya en 1968 (recogido por Wyman en su libro “Stone Alone”), mientras Keith Richards afirma en sus memorias (“Life”) que “siempre hubo una relación amistosa entre Beatles y Stones”. Ringo Starr siempre definió a los Rolling como “muy buenos amigos nuestros”. Al principio de su carrera, los Rolling Stones se ofendían cuando alguien insinuaba que querían superar a los Beatles. En 1964 descalificaron un artículo del periodista Ray Coleman en la revista musical “Melody Maker” en el que caracterizaba a los Stones como rivales de los Beatles: “Son colegas nuestros. Nos gustan y han hecho mucho bien a la escena en general”.

Ambos grupos se admiraban mutuamente. Keith Richards se declaraba fan de los Beatles. Por su parte, George Harrison se confesaba su admirador. Cuando los Beatles se disolvieron Richards expresaba en la revista “Rolling Stone” su gratitud hacia los Beatles y su consternación ante la pérdida.

Los Rolling Stones habían recibido de los Beatles una ayuda impagable desde sus primeros tiempos, reconocida por Brian Jones (tal vez el miembro de los Stones que más los admiraba). Los Beatles acudieron a una de las actuaciones de los Stones en un pub de Richmond para respaldar una carrera que entonces ni siquiera habían iniciado y fueron los de Liverpool quienes animaron a los Stones a escribir sus propias canciones y a superar la etapa de las versiones de viejos blues de Chicago y Mississippi.

El primer contrato discográfico de los Stones fue con la Decca, una compañía que había dejado escapar a los Beatles después de escuchar una grabación de prueba en unos estudios de Londres. Fue George Harrison quien recomendó al responsable de aquel fiasco, Dick Rowe, que contratase a los Stones para la compañía. De este modo el directivo de la Decca pudo reparar aquel gigantesco error y los Stones fichar por una discográfica de prestigio. El primer éxito de los Rolling (número 12 de las listas de ventas) fue “I wanna be your man”, una canción compuesta para ellos por Lennon y McCartney cuando el grupo estaba a punto de tirar la toalla. En otro momento bajo les ayudaron en la grabación de “We Love You”, el himno hippie de los Rolling, incluso añadiendo clandestinamente sus voces a pesar de la prohibición de su casa de discos.

Beatles y Stones pactaron la edición de sus discos en fechas separadas en el tiempo para no perjudicarse mutuamente. De hecho, los Stones no fueron los primeros en desbancar a los Beatles del número uno de las listas (lo hicieron los Dave Clark Five en 1964). Cuando un músico afroamericano descalificó la música de los Stones llamándola “soul de plástico”, los Beatles retomaron este calificativo para titular uno de sus mejores álbumes, “Rubber Soul”, imitado a continuación por los Rolling en su “Aftermath”, incluso con la utilización de la cítara en uno de sus temas, “Paint it, black”. En la actuación en directo para el programa “Our World”, el primero transmitido por satélite a 350 millones de personas, en la que tocaron “All You Need is Love”, los Beatles eligieron a un selecto grupo de personas para que los acompañasen en el set, entre los que estaba Mick Jagger.

En la famosa portada del “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, diseñada por el artista pop Peter Blake, puede verse en uno de los extremos una muñeca de trapo de Shirley Temple en cuyo jersey se lee “Bienvenidos Roling Stones”. El disco que los Stones sacaron a continuación fue “Satanic Majesties”, con una portada diseñada también por Blake, en la que están los cuatro Beatles escondidos tras un parterre de flores. En la película “Rock and Roll Circus”, de los Stones, tuvieron una participación muy activa algunos de los Beatles.

Ahora, a 45 años de la disolución de los Beatles como grupo, los Rolling Stones continúan publicando discos y haciendo giras, cuando todos sus componentes rondan ya los setenta años y a pesar de lo que en 1975 declaraba Mick Jagger: “Preferiría estar muerto a seguir cantando ‘Satisfaction’ cuando tenga 45 años”.

A diferencia de los Stones, los Beatles no tuvieron tiempo de hacerse mayores.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

2 COMENTARIOS

  1. Me gustó mucho este escrito. Ameno, ilustrativo y colorido; sin desperdicio. Tiene cosas sorprendentes, la frase de Sevonius es de concurso, ¿qué otra cosa se podría esperar de un marxista? Las caricaturas excepcionales, mejor la de los Stones a mi parecer. Brian Jones excelente, graciosísimo. Wyman idéntico, la misma mirada de perro triste. Todo muy muy muy excelente.

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