La policía de Bulgaria está analizando el asesinato de la periodista de investigación Viktoria Marinova de 30 años, cuyo cuerpo fue encontrado en un parque en una zona de difícil acceso en la ciudad de Ruse, junto al río Danubio y la frontera con Rumanía, el sábado 6 de octubre.
Se está investigando si su muerte está relacionada con su trabajo como presentadora en la cadena de televisión local, TVN.
El fiscal regional de Ruse, Georgui Georgiev, informó de que Marinova había sufrido golpes en la cabeza y su rostro estaba irreconocible, además fue asfixiada en el mortal ataque, y agregó que «faltaban su teléfono móvil, las llaves del coche, su gafas y parte de su ropa» analizando «todas las versiones» del asesinato. Según el Ministerio del Interior búlgaro también fue violada.
Su trabajo más reciente había sido entrevistar a otros dos periodistas, el rumano Atila Biro, del portal de investigación Rise Project y el búlgaro Dimitar Stoyanov, del portal de noticias Bivol, -que es socio de WikiLeaks- quienes fueron arrestados en septiembre mientras investigaban un caso de fraude relacionado con mal uso de los fondos de la Unión Europea (UE).
Según sus investigaciones, entre un 30 y un 40 por ciento de los fondos recibidos se perdió por corrupción y sobornos.
Su muerte provocó inmediatamente la condena internacional. Grupos anticorrupción y el Parlamento Europeo han pedido una investigación sobre su muerte.
Reporteros sin Fronteras (RSF) refleja que Bulgaria se encuentra en el puesto 111, según la clasificación de la libertad de prensa 2018, siendo el peor país clasificado de la UE. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, siglas en inglés) declaró su «conmoción por el brutal asesinato».
Marinova es la tercera periodista asesinada en la Unión Europea en el plazo de un año, tras la maltesa Daphne Caruana asesinada por un coche bomba en octubre de 2017 y el reportero eslovaco Jan Kuciak en febrero de este año.
