“Burning” de Lee Chang-Dong, cine excelente como acostumbra

Con un guión impecable, “Burning” (Ardiente), del coreano Lee Chang-Dong (“Poetry”, “Secret Sunshine”), exministro de Cultura, es una hermosa película, intensa y poética, a mitad de camino entre el thriller, el suspense y el melodrama realista, que nos habla de las desigualdades sociales, el consumismo estúpido, las complicaciones del amor y el arte.

Burning-cartel “Burning” de Lee Chang-Dong, cine excelente como acostumbraUn repartidor llamado Jongsu, que se prepara para escribir su primera novela, encuentra por casualidad a su antigua vecina Haemi, aspirante a actriz que de momento trabaja como animadora en la puerta de un negocio, quien le pide que cuide a su gato mientras ella hace un viaje a Africa. Encandilado porque la amiga de la infancia, que rebosa erotismo, se le ofrece desnuda en la habitación (donde por cierto no sabemos si el gato existe realmente) mientras baila a los compases del mejor Miles Davis (“Ascensor para el cadalso” 1957), Jongsu acepta el encargo y de paso se enamora.

Cuando regresa del viaje, Haemi está acompañada de Ben, un chico misterioso, rico y arrogante, que se pasea en un Porsche descapotable. En plena apoteosis de una especie de triángulo amoroso, en el que se enfrentan también el mundo rural y el urbano y se contraponen algunas peculiaridades de las dos Coreas, Haemi desaparece mientras la existencia del gato sigue siendo un misterio, el trauma infantil que ha contado puede que nunca existiera y sobre los campos y los invernaderos cercanos planean amenazas…

Basada en el cuento de 1987  “Quemar graneros”, de Haruki Murakami -que tiene como protagonista a un tipo que presume de pirómano- , la historia cautiva inmediatamente al espectador.

A medida que avanza la película se van superponiendo diversas lecturas, metáforas en imágenes que invitan a engancharse en nuevos temas, a reflexionar sobre las escasas certezas que poseemos, a mirarnos en el espejo que es la realidad para encontrar las claves porque, en fin de cuentas, “Burning” apenas explica nada, es una película larga y lenta hecha de silencios, de cosas que no se dicen, de deseos incumplidos, que “culminan en un apocalipsis cruel, un asesinato del que solo quedarán las cenizas” (François Forestier, NouvelObs).

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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