Camarón, la leyenda crece

José Monge Cruz, Camarón de la Isla nació en San Fernando, Cádiz, el 5 de diciembre de 1950 y falleció en Badalona el 2 de julio de 1992. Empezó a cantar en público en 1958, a los ocho años,  y estuvo activo hasta pocos meses antes de su muerte. Su último concierto tuvo lugar en el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, el mítico Johnny, el 25 de enero de 1992. Lo que sucedió entre esos años creó su leyenda, que ahora veinticinco años después sigue creciendo.

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Camarón más allá de la leyenda

El  gitanito rubio de San Fernando era el penúltimo de los ocho hijos de Juan Luis Monge y Juana Cruz. Su infancia transcurrió en la barriada de Las Callejuelas, en la casa  de la calle Carmen 29, casa con patio de vecinos donde se celebraban fiestas flamencas  a las que la familia era muy aficionada. Las fiestas familiares eran frecuentadas por cantaores famosos cuando pasaban por San Fernando, como Manolo Caracol y Antonio Mairena entre otros.

El padre, Juan Luis descendía de una larga dinastía de fragüeros que al parecer se remontaba hasta el siglo XVI con fama por entonces de forjar las mejores espadas de la región. Fue su tío José quien empezó a llamarle camarón, por lo rubio, blanco y delgado que era. Lo de la isla vino después, San Fernando está en la isla de León, tan importante durante el asedio de Cádiz por los franceses de Napoleón.

Poco duró esa etapa tan feliz, porque el padre murió de un ataque severo de asma cuando el pequeño José tenía siete años y para ayudar a la familia empezó a cantar en las tabernas  locales y ya cumplidos los ocho años empezó a cantar de vez en cuando en la histórica Venta de Vargas de San Fernando, donde coincidía con cantaores adultos y cuajados, algunos conocidos de casa, como el Maestro Mairena.

La voz de José Monje era un don extraordinario. Voz metálica, rajada, a la que desde muy joven él supo imprimir todos los sentimientos inherentes a los cantes flamencos; era como un actor, que vivía hasta el fondo de su alma  los personajes y esencias de los cantes.  Voz, alma y estilos que andando el tiempo le llevarían a ser un icono único del cante, no igualado ni en vida ni después de su vida aquí.

A los doce años ganó el primer premio del Concurso Flamenco del Festival de Montilla, (Córdoba) y no tardó en cantar profesionalmente junto a uno de sus amigos de por vida, el cantaor chiclanero Alonso Núñez Rancapino, quien años más tarde le presentó en La Línea de la Concepción a la que sería su compañera, su gran amor durante dieciséis años, Dolores Vargas La Chispa. A los dieciséis años ganó el primer premio en el Festival del Cante Jondo de Mairena del Alcor. El paso siguiente fue irse a Madrid y ahí se fue forjando la leyenda, primero como palmero en el tablao Torres Bermejas, luego como cantaor acompañado por la guitarra de Paco Cepero.

El punto de inflexión fue el reencuentro con Paco de Lucía y con su padre y mentor Antonio Sánchez. Dirigidos por éste último grabaron nueve discos entre 1969 y 1977, el último Castillo de arena, que ya presagiaba la revolución cercana. Por entonces llevaba casado casi un año y esperaba su primer hijo. Marcó el final durante años de su relación con el maestro de Algeciras. Y ahí empezó la era de Tomatito que perduraría hasta el final de la vida del cantaor, su compañero de revolución flamenca. Su primer disco juntos fue La leyenda del tiempo, la explosión del genio.

Como todos los genios estaba lleno de contradicciones. Camarón era un espíritu libre,  que soportaba mal cualquier disciplina, era humilde, frágil y vulnerable, amaba intensamente, sus amigos eran como su familia. Se despreocupaba de su carrera, perdió contratos por descuidar su correspondencia. El cantaor genial tenía dificultades de comprensión de la lectura. Desde la primera adolescencia empezó el camino de su largo suicidio fumando continuamente, a veces hasta cinco paquetes en un día. Y no hubo fuerza divina ni humana que le convenciera de dejar de fumar de ese modo. Un falso amigo le metió en las drogas duras pero logró desintoxicarse y rehabilitarse. Del tabaco nunca.

Siempre intuyó que moriría joven, como su padre y dos hermanos. Quizá morir pronto sea la condición sine qua non para ser un mito. Era tan carismático, tan amoroso, que se hacía querer de tal modo que se le perdonaba casi todo, quizá no tanto los incumplimientos de contratos. Llegó a ser tan deificado que le llevaban niños enfermos para que los tocara, siempre a su pesar.

Su enorme éxito no le sirvió para amasar una fortuna, por su generosidad y por su descuido en registrar sus discos en la SGAE, en realidad muy pocos como autor o productor, pero todos como intérprete principal. Sus dos últimos discos, Soy gitano y Potro de rabia y miel siguen estando entre los más vendidos de la historia del flamenco. El último fue grabado con su voz ya enferma, cuando ya se sabía de su enfermedad irreversible. Tomatito y Paco de Lucía le acompañaron en su último trabajo.

El último concierto

La noche del 25 de enero de 1992 era fría y desapacible en Madrid. El auditorio del Colegio Mayor San Juan Evangelista estaba lleno hasta la bandera por un público expectante que había pagado la entrada más cara de toda la historia del Johnny, 4000 pesetas de entonces, hasta 25 000 en la reventa. El concierto se retrasaba, crecía la impaciencia entre el público. Un concierto que formaba parte del Festival de los Tarantos.

Camarón acababa de llegar de dar un concierto en Nîmes. Estaba agotado, se sentía mal física y psíquicamente. No se veía capaz de salir al escenario, comentaba a Tomatito, único compañero de esa noche, que no salía. ‘Vamos, José, que te espera mucha gente’. Salió por fin, su guitarrista le llevó con ternura hasta el escenario, se sentó en su silla y no dijo una palabra en toda la noche. Su presencia calmó al público y cuando se arrancó por la soleá Lo que yo quiero es salud, sintiendo lo que decía desde el fondo de su alma, las lágrimas brotaron en muchos ojos.

Estuvo cincuenta y cinco minutos en escena, sin intervalos, creciéndose en cada cante, dejándose jirones de vida en cada acorde. En un momento en que le interrumpían los ‘olé!, un patriarca gitano levantó la voz: ‘Señores, en misa no se habla’. El silencio ya no se interrumpió, hasta los atronadores aplausos del final.

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Camarón y Tomatito, Colegio San Juan Evangelista, Madrid, 25 de enero 1992. Su último concierto

Fue un concierto único, quizá el mejor de su vida, en el que aquel hombre con los pulmones invadidos de cáncer con metástasis en toda la columna vertebral, que moriría seis meses más tarde, se olvidó de todos sus males y cantó como los ángeles, para coronar su leyenda en vida. Su hermano Manuel, el día de su muerte, aquel 2 de julio de 1992, siete horas y diez minutos de la mañana en que exhaló su último suspiro, dijo esta frase lapidaria: ‘Dios se le ha llevao pa que le cante a Él’.

Los veinticinco años de la desaparición física de Camarón a la temprana edad de cuarenta y un años se están celebrando por los diferentes lugares por los que vivió y pasó durante su vida. Una de las celebraciones más señaladas tuvo lugar el pasado 2 de julio en el patio de Conde Duque de Madrid, con un espectáculo único diseñado por el maestro de la flauta y el saxofón Jorge Pardo, quien estuvo acompañado por sus habituales y antiguos colaboradores de Camarón, el bajista Carles Benavent, el percusionista Rubem Dantas o el baterista Tino Di Geraldo.

Junto a ellos, los miembros de la familia Camarón, el grupo compuesto por sus hijos el guitarrista Luis Monge Montoya y las cantaoras Gema y Rocío Monge Montoya, las guitarras de John el Canelo y Carlos Llave, la voz de Bernardo Vázquez, la percusión de Jesús Román Marotito y el teclado de Roberto Gómez.   

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2 de julio 2017. Jorge Pardo y Familia Camarón en el concierto ‘Más allá de la leyenda

Un concierto de ayer y de hoy, con los distintos estilos de interpretación flamenca que Camarón comenzó en 1979 poniendo música a las palabras de García Lorca que dan comienzo al tercer acto de Así que pasen cinco años, la ahora pieza de culto Leyenda del tiempo y entonces incomprendida por muchos, incluso por su propia gente, los gitanos.  Como decía Camarón, no me entienden pero me entenderán.

Las canciones que empezaron a crear la leyenda de Camarón, en clave de jazz flamenco por parte de Jorge Pardo y su elenco y en clave del flamenco evolucionado desde entonces en las voces de los hijos del genio, Luis, Gema y Rocío y en las de las guitarras del Canelo y de Llave, sucesoras de otros dos pioneros, Paco de Lucía y Tomatito. Canciones míticas, como Nana del caballo grande, Romance del Amargo, Volando voy, canciones del álbum que dio comienzo a la revolución del flamenco y en cuya grabación en aquel lejano 1979 ya estuvieron Jorge Pardo y Rubem Dantas y las guitarras flamencas de Tomatito y Raimundo Amador entre otros. Como el agua de 1981, Calle Real  y  Yo soy el viento de 1983 con el que la revolución se consolidaba, Viviré de 1984, Te lo dice Camarón de 1986, Soy gitano de 1989 grabada con la Royal Philarmonic Orchestra y la última, grabada casi en su lecho de muerte, Potro de rabia y miel. Entonces, siempre con su fiel Tomatito, a veces con un regresado Paco de Lucía, todos ellos muy presentes en esta noche mágica de 2017 en el Conde Duque.

2 de julio 2017. Patio del Conde Duque Madrid. Concierto ‘Más allá de la leyenda’

La 50 edición de la Fiesta de la Bulería de Jerez de la Frontera, un referente del cante, toque y baile flamencos, dedicará el viernes 25 de agosto el homenaje  Jerez, Cái y los Puertos a Camarón, en el que participarán todo un elenco de artistas gaditanos: al cante José Gálvez y Davinia Jaén de Jerez; Ángel Pastor y Niño del Parque de San Fernando; Selu del Puerto y Nazaré Calas del Puerto de Santa María; Raúl Gálvez y Carmen de la Jara de Cádiz. Al baile David Nieto de San Fernando y Macarena Ramírez de Chiclana de la Frontera. Y las guitarras de Víctor Rosa de San Fernando y del Niño de la Leo de Cádiz.

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Eterno Camarón

El 19 y 20 de octubre 2017  se celebrará en San Fernando (Cádiz) el Congreso Leyenda Camarón.25 años. Tratará los temas Territorios hermanos: San Fernando – Algeciras, Camarón – Paco de Lucía; Camarón y la crítica; Camarón en familia; El legado del cante de Camarón; Camarón en los libros; Camarón, un fenómeno sociológico y Los músicos de Camarón. Organiza el Congreso la Consejería de Cultura de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y el  Instituto Andaluz del Flamenco.

No sé si para entonces estará terminado  el Museo Camarón, prometido para este 25 aniversario. De momento, desde el año pasado, puede visitarse la casa natal de Camarón en la calle Carmen 29 de San Fernando, en cuya restauración se ha priorizado el patio de vecinos donde el cantaor inigualable tuvo desde muy chiquito sus primeros contactos con el flamenco.

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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