Cesar Pelli: el arquitecto de las torres

El arquitecto argentino Cesar Pelli (1926-2019), creador de las torres Petronas y la ampliación del MOMA, murió el 20 de julio de 2019 en Connecticut, Estados Unidos, donde vivía y tenía su estudio.

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Cesar Pelli

Fui allí donde tuve el privilegio de entrevistarlo, en la década del 90.

Había nacido en Tucumán, una bella provincia del norte argentino. Se formó en Arquitectura en su tierra natal, durante algunos años fue profesor.

En l952 obtiene la beca del Institute of International Education para estudiar en Estados Unidos. Cursa su Master en la Universidad de Illinois. Desde entonces comienza su carrera ascendente en la arquitectura. Trabaja en diversas y prestigiosas firmas de arquitectura.  Entre l964 y 68 desarrolla importantes proyectos en California y Maryland, se destacan: el Worldway Postal Center y los laboratorios COMSAT, en Maryland. Viaja a Hawaii para terminar el Kukui Gardens Honolulu.

Entre el 68 al 76 su actividad se incrementa. Trabaja en el proyecto de la Embajada de los Estados Unidos en Tokio y el Winter Garden de Niagara Falls. Su actividad como arquitecto es compartida con la docencia. Dicta cursos en diversas Universidades de Estados Unidos, finalmente es nombrado Dean de la Escuela de Arquitectura de Yale.

En l977 gana el prestigioso concurso para la ampliación del Museo de Arte Moderno de New York, MOMA, establece su propia compañía Cesar Pelli y Asociados.

Su nombre se consagra con la construcción de torres, es el arquitecto que más torres ha construido en los Estados Unidos y se hizo famoso por las Petronas (1998-2003) de Kuala Lumpur, Malasia, además de la torre de Cristal de Madrid y la torre  Iberdrola, en Bilbao.

En l981 gana el proyecto World Financial Center en New York. Hoy es el lugar obligado de turistas que visitan la zona de Wall Street, en New York. El proyecto fascina por la amplitud de espacios, el aprovechamiento de la visión panorámica sobre el río Hudson, la circulación y la ambientación de jardines internos.

En l986, trabaja en el proyecto de Londres sobre el reciclaje portuario Canary Wharf Tower. Termina los trabajos de la nueva terminal Washington National Airoport y el NTT Headquarters Building Tokio, en Japón. Miami estrenó el maravilloso edificio de Opera, Ballet y Conciertos; sus obras continuaron hasta casi su muerte.

Es seleccionado uno de los diez más influyentes arquitectos americanos.

Su carrera fue jalonada por importantes premios: Medalla de Oro del American Institut of Architects, además de cien reconocimientos y honory degrees. Miembro de la Academia Americana de Artes y Letras, de la Academia del Diseño, de la Academia de Arquitectura de Estados Unidos y Francia.

Escribió numerosas publicaciones y su libro «Observaciones para jóvenes arquitectos» es consultado por las nuevas generaciones. Su trayectoria reconocida internacionalmente coloca su nombre en la historia de la Arquitectura mundial.

Me recibió en su estudio de New Haven, con ventanales hacia la Universidad de Yale, donde enseñaba. Mirando y comentando con él las maquetas de sus trabajos, surgieron recuerdos de Argentina y de su Tucuman natal. Con una actitud cordial y humilde me expresó sus opiniones sobre los cambios de la arquitectura y  su método de trabajo.

Cesar Pelli: Creo que estamos viviendo un momento de transición dentro de la Arquitectura. Siempre han existido grandes arquitectos latinoamericanos pero trabajando de una forma local. Los arquitectos porteños trabajaban especialmente Buenos Aires, los de México en su lugar. Ésto, cambió.

Con la Globalización todos nos hemos acercado. No solo se permite que un arquitecto como yo, en los Estados Unidos, trabaje para el mundo, también los arquitectos latinoamericanos que viven en sus países, pueden trabajar para Europa o América.

Hoy existe la posibilidad que desde cualquier punto de Latinoamérica o Europa se pueda trabajar y afectar la arquitectura del mundo.

Es interesante porque la “regionalidad” va a quedar como un «color», no, como substancia. Lo cual también plantea otro problema: perder identidad, pero es otra forma de identidad, porque el mundo que vivimos es diferente. Las raíces siguen siendo raíces y son el sustento que viene desde el pasado, pero estas raíces son diferentes porque vienen de contextos diferentes.

Ahora bien, el modo como uno encuentre sustento en esas raíces y la manera de combinar esos elementos con las ideas internacionales, allí, está la clave creativa y el efecto que esto tiene en el trabajo de cada uno.

Adriana Bianco: Podríamos llamarlo el “estilo del arquitecto”… Una obra de Calatrava,  de Botta o de Pelli se reconocen…

CP: Este fenómeno de cómo usamos el pasado para reintegrarlo, como lo interpretamos en el presente, es un fenómeno interesante del arte en todas las épocas pero ahora se convierte en algo mucho mas difícil, porque tal vez pueda desaparecer. Como las especies de animales en extinción, lo mismo ocurre con nuestras raíces del pasado histórico y cultural, de allí la importancia de la preservación de ese pasado y la conciencia de nuestra historia con el avance de la globalización.

AB: Cómo se articula con la arquitectura y su función, la conservación del patrimonio cultural, cuál es el rol del arquitecto ante este aspecto?

CP: Cuando se produce un quiebro con lo histórico, se produce una crisis. Perdemos el patrimonio y perdemos el contacto con el pasado. Y una vez que se pierde el pasado histórico es muy difícil de recuperarlo.

El arquitecto es un creador, esa es su función principal. Es alguien con alto sentido de responsabilidad, porque sus actos tienen un efecto en el medio. Los códigos, en el pasado, limitaban el sistema de construcción, eran códigos tácitos pero en la actualidad esos códigos se han debilitado, hay que hacer un esfuerzo para mantener la responsabilidad.

Por otra parte, lo ecológico ya nos afecta a todos, al orden social, geográfico, y por supuesto a la arquitectura. Por eso, es tan importante el sentido de la responsabilidad, la conciencia ambiental y social.

AB: Ese concepto es muy evidente en el Centro de Opera, Ballet y Conciertos Adrienne Arsch de Miami.

CP: Si. En este proyecto mantuvimos parte del edificio antiguo de 1929, Art Deco, como símbolo y lo incorporamos al nuevo centro. El centro tiene una forma de un gran caracol y desde las autopistas se puede distinguir.

Construimos las dos grandes salas, en armonía con el estilo de Miami, fue una tarea de estudio, por los espacios adjudicados y también por una arteria de tráfico que no se podía desviar y era un desafío.

AB: ¿Cómo desarrolla su idea, cuál es su método de trabajo?

CP: Tengo un método muy desarrollado que aplico a todos mis trabajos, considerando que cada trabajo es diferente y único. Comienzo por analizar y comprender la naturaleza de cada proyecto. Cada obra en arquitectura es diferente, no puedo enfrentar un proyecto con soluciones de otros proyectos arquitectónicos.

Analizo el proyecto con mi equipo en mi estudio. Visito el lugar, lo que pueda afectarlo, el entorno, hago un relevamiento directo. Cuando es un país que no conozco hago el esfuerzo por penetrar su cultura, su historia y los precedentes arquitectónico.

Hacemos estudios de topografía, suelo, clima, edificios circundantes, construimos maquetas del entorno. Hacemos análisis de las relaciones de los elementos, diagramas de esas organizaciones hasta que estamos seguros de que entendemos las particularidades de este proyecto. Pongo los elementos en el tamaño apropiado para tener una idea de los volúmenes que estoy manejando y qué efecto va a tener sobre el contorno. Cuando entiendo bien el problema y cuales son las posibilidades, empiezo a sugerir ideas de formas.

Las ideas de formas presentan opciones de organización y entonces trabajamos con la gente que dirige los sistemas organizativos. Trabajamos con ellos presentándoles diferentes opciones, viendo los pros y los contras.

Me gusta proceder por etapas, de una manera muy consciente y revisando cuidadosamente cada etapa, de modo que no haya que regresar después que se tomen decisiones. Hacer buenos cimientos de entrada, no quiero cuando levanto las paredes tener que revisar la etapa anterior. El proceso de diseño sigue una lógica y sintiéndome seguro con cada etapa, se avanza mejor.

AB: Está trabajando en el Museo de Arte Moderno de Osaka, es un proyecto con características muy particulares..

CP: El Museo de Osaka fue un proyecto muy interesante. Nos ha dado mucho orgullo conseguir el trabajo ya que competimos con arquitectos japoneses muy cotizados y conocedores de su país.

Cuando ganamos la competencia arquitectónica vimos que teníamos un lindo terreno pero, por arreglos con el Ministerio de Cultura y de Construcción que controla los proyectos de la nación, había que mantener la plaza y el Museo de ciencia, entonces, solo podíamos construir bajo tierra.  Era difícil porque un Museo de Arte es un edificio público y debe atraer al público.

Nos pidieron una imagen que fuera evidente como imagen del Museo y como entrada.  Presentamos varias ideas, quedaron dos propuestas: una era una especie de claraboya muy escultural, otra, unas flechas o plumones grandes indicando la entrada.

Cuando estaba en el Japón, sentí que podía unir las dos ideas y con cuchillo y cartón hice una maqueta. Al presentarlo al Ministerio me preguntaron qué significaban esas líneas entrecruzadas escultóricas.  Les dije lo que me había motivado: «Estas son imágenes artísticas de los bambues doblándose al viento».     

Para los japoneses, lo que importa es que la historia tenga relación con lo tratado, como un soporte filosófico.

Asi surgió, esa entrada escultórica a base de líneas que marca la entrada al Museo de Osaka.

AB: ¿Como definiría la Arquitectura?

CP: La Arquitectura es arte complejo, con tantas facetas que se le puede dar muchas definiciones. Ninguna sola le cuadra. La arquitectura es arte social, es un arte de respuesta, en el sentido que el arquitecto crea respondiendo a realidades que se nos presentan. 

Es muy diferente al arte del pintor que decide lo que desea sobre el lienzo blanco. Nosotros no perseguimos imágenes que pueden desarrollarse. Nosotros, en cada proyecto, ponemos todo lo que tenemos al servicio de esa condición única.  La arquitectura, por lo tanto, es arte de colaboración, diferente a la pintura que es solitario. En este aspecto, se acerca mas al teatro, como una opera donde hay que orquestar muchas disciplinas y personas, todas ellas integradas, crean el fenómeno operístico.

Por otra parte, la arquitectura es arte público, no puede vivir sin la gente y es arte para el público. El edificio sin gente pierde el sentido. La arquitectura crea espacios y obras para ser habitadas y vividas. Es arte eminentemente social, de allí su profunda responsabilidad en todo lo que implica al hombre, su historia, su geografía y su sentir.

4 COMENTARIOS

  1. Gracias Adriana por concentrar la esencia de un pensador y hacedor que supo guardar la humildad frente a la immensidad de su obra. Marcela de Coulon

  2. Excelente! Gracias por abrirnos las puertas al mundo de la arquitectura a través de la voz de uno de los arquitectos más destacados del mundo. Muy interesante.

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