De cómo Internet puede acabar con la democracia

Acabamos de estrenar un nuevo curso político y, apenas iniciado, hemos podido asistir a la incidencia de las fake news con la tesis doctoral de Pedro Sánchez abriendo portadas. 

desconexion-digital-portada De cómo Internet puede acabar con la democraciaHoy aparece una noticia en El Confidencial en la que se involucra a Julio Anguita, Manolo Monereo y Héctor Illueca en una supuesta corriente en Podemos que contactaría con las ideas del italiano Matteo Salvini. Algo que los propios interpelados ya han desmentido y que pone de nuevo el foco en la importancia de una información veraz y rigurosa.

Hace tiempo que las noticias falsas juegan un papel importante en el escenario político, pero tal como empezamos es posible que este año se incrementen en determinados medios. Es de esperar que también crezca el espíritu y la formación para acabar con ellas y con la desinformación y los bulos malintencionados que generan. Libros como este que reseñamos pueden servirnos de herramienta para eso y para dar respuesta a preguntas  que más de una vez nos hemos hecho los profesionales de la comunicación en sus distintas variantes:

¿Se han cumplido las expectativas que inicialmente dibujaban un Internet dirigido hacia el conocimiento libre, constituyendo un instrumento radicalmente democrático, ajeno a las leyes del mercado? O, más bien, ¿Internet ha caído en las redes del capitalismo monopolista y, aunque se mantienen retazos de aquellos propósitos iniciales, se ha convertido principalmente en un instrumento de acumulación para el gran capital y de control sobre las sociedades contemporáneas?

Con relación al periodismo y a la democracia cabe plantear algunas cuestiones: ¿Ha resultado positivo para el desarrollo de esta profesión o, por el contrario, está contribuyendo a destruirla? Incluso, ¿puede considerarse a Internet como un instrumento que, en contra de las intenciones de sus iniciadores, puede acabar laminando la democracia?

Robert W. McChesney (Cleveland, Ohio, 1952), el autor de este interesante libro publicado por la editorial El Viejo Topo, es profesor de la Universidad de Illinois, y su trabajo se centra en la historia y la economía política de la comunicación, haciendo hincapié sobre todo en la reproducción de contenido multimedia y su papel en las sociedades democráticas y capitalistas.

McChesney es cofundador de Free Press y uno de los estudiosos de la comunicación más leídos en el mundo de hoy; su obra se ha traducido a 31 idiomas. En 2006 el abogado conservador David Horowitz incluyó a McChesney en su libro Los Profesores: Los 101 académicos más peligrosos de América.

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