Día europeo de la Protección de Datos: “La temporalidad de los objetos”

Hoy, la vicepresidenta Viviane Reding en su locución con motivo de la conmemoración del ‘Día Europeo de la Protección de Datos’ ha dicho: «[…] Aplicar normas diferentes a los nacionales y a los no nacionales no tiene ningún sentido teniendo en cuenta el carácter abierto de Internet». La transferencia de datos e-cloud (computación en la nube) continúa siendo un problema al que se le pretende fijar fecha definitiva, “a más tardar en 2015” con el nuevo ‘Reglamento sobre protección de datos’. Mientras la ciudadanía europea se quiere sumar a la no-exclusión digital, FoMO (Fear of Missing Out), sus gobernantes pretenden situar al resto de países sobre el mapa privado del continente europeo en aras, o eso he oído, de la estimulación de la economía-digital.

Jean Baudrillard en “El sistema de los objetos” (1968) dijo: «[…]si la hipocondría es la obsesión de la circulación de las sustancias y de la funcionalidad de los órganos primarios, podríamos calificar al hombre moderno, al cibernético, hasta cierto punto, de hipocondríaco cerebral, obsesionado por la circulación absoluta de los mensajes»

Si han leído a Baudrillard, concretamente el libro antes mencionado,conocerán el conocimiento que ostentaba sobre decoración doméstica y el objeto de la disposición de las cosas.¿Acaso no es decente hablar de lo íntimo de la misma manera que si los objetos expuestos pertenecieran al ámbito privado?

Sin querer entrar en la carga semántica del objeto personal que en Baudrillard está detrás de su funcionalidad moderna, el error continúa siendo como ese presente que se agradece aún, y a pesar, de posiblemente no ser utilizado.

No es baladí. Esos individuos avezados en programación informática debían de tener buenas colecciones de atlas en su casa si entendemos que programar debe de ser el ejercicio más próximo a mapear. No se lo digo con conocimiento de causa, más bien me quedé en el gusto de comprender a aquellos cartógrafos del S.XVI que fueron capaces de contornear la intimidad de las formas del continente americano sin perspectiva aérea.

Sí, les he relacionado un mapa con un programa-informático, intentando llamar su atención sobre el espacio. Este espacio denominado global, salvando el acuerdo económico implícito como forma de entender el mundo del comercio internacional, me llama la atención lo concreto del espacio en su límite. Sólo posible temporizando el espacio, ese es el arte del programador.

Ahora que aparentar ser moderno significa usar de tecno-anglicismos como también no saber nada de programación, deberíamos recordar que las artes de la temporización no surgieron por generación espontánea… ¿acaso quienes componían las grandes obras musicales no fueron excelentes programadores? Si programar es temporizar el espacio al volverlo concreto, las claves de las relaciones sonoras son pura matemática legible por el oído, medido en el tiempo mismo.

Sin dejar de olvidar, que la medida del tiempo preciso es la razón de su posible expresión y expresividad real. El significado de logos para Aristóteles fue discurso (tal y como lo indica en su ‘Retórica’), y como casi siempre estas cuestiones dependen de la capacidad del intérprete para con la modulación de las cosas del ritmo.

Sí, señora Reding, siempre la dimensión espacio fue infinita (no es algo moderno) y siempre presuntamente corregible por nosotros hacedores de tiempo en nuestro discurso concreto. Pero en todas las lógicas no cabe sólo la instrucción por efecto de un modelo de programación. No sólo se escriben sentencias, y lo digo a colación de lo que menciona «[…] La supervisión del Ejecutivo es buena; la supervisión parlamentaria es necesaria; la supervisión judicial es clave». Como tampoco el tiempo es secuencial en su proceso o debe serlo. Siempre cabe espacio para la duda en el límite del tiempo.

Si los objetos no dejan de ser datos dispuestos (más será en el ‘internet de las cosas’), el reto se haya en superar el estándar del espíritu de la revolución industrial para singularizar aprendiendo a customizar la realidad particular como valor. Y para esto sólo debemos comenzar a programar.

Este es el reto y su reto íntimo.

Kepa Paul Larrañaga
NETólogo, Especializado en Derechos de Infancia. Experto en “Gestión estratégica y liderazgo social”, por el Programa del Departamento de Gestión Pública del IESE. Actualmente (desde enero de 2014 hasta la actualidad en relación a infancia y adolescencia): ➣ Codirector del libro coeditado por UNED, Ministerio de Justicia y Thomson Reuters­Aranzadi "Menores e Internet". ➣ Coordinador del “Diccionario de Política e Intervención Social sobre Infancia y Adolescencia” coeditado por FAPMI (Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil), SENAME (Servicio Nacional de Menores de Chile) y Thomson Reuters­Aranzadi. ➣ Miembro del “Grupo de Trabajo Público­Privado de Menores e Internet” de Red.es para la Agenda Digital española. ➣ Evaluador del II PENIA (Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia). ➣ Vocal Asesor de la Cátedra Santander Derecho y Menores de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE) ➣ Miembro de OCTA (Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales)

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