La diabetes mellitus insulinodependiente o tipo 1 (DM1) es el resultado de un largo proceso inmunológico que ocasiona la destrucción selectiva de las células productoras de insulina de los islotes pancreáticos: las células beta.

Esta enfermedad que aún no tiene cura, adquiere especial relevancia cuando hablamos de niños. En adultos, normalmente puede existir y debutar tras un largo período de haber tenido resistencia a la insulina por un sobrepeso u obesidad importante (y no haberlo detectado a tiempo).

Los factores etiológicos que condicionan esta enfermedad, no aclaran su patogenia en la mayor parte de los pacientes, aunque sin embargo, se sabe que hay múltiples mecanismos que están involucrados en la destrucción de las células beta de tipo autoinmune, siempre modulada por los linfocitos T.

Hay que resaltar, que debido a la alimentación actual, la enfermedad DM1 ha aumentado considerablemente en Europa y Estados Unidos en comparación con otros países asiáticos en donde la prevalencia es muy baja. La obesidad desde muy temprana edad supone un riesgo si hablamos de la diabetes 1. En algunos estudios, se refleja que los menores con más peso, padecían diabetes 1 sin saberlo, no adelgazaban a pesar del deporte y la dieta hipocalórica, y podría explicarse todo ello, debido a un exceso de insulina (hiperinsulinismo).

La incidencia aumentad de la diabetes 1 sugiere que muchos pacientes comienzan teniendo una resistencia a la insulina por la obesidad y a posteriori, sin tener clínica alguna, desarrollan la enfermedad silente. El tratamiento preventivo pasa por comprobar si esto es cierto mediante un análisis de sangre en donde aparecerán de forma específica, si lo solicita el médico, los valores del HOMA y los antígenos además de los anticuerpos asociados a la insulina.

EL HOMA está basado en la medición de la glicemia e insulinemia en un estado basal (ayuno) y permite ver el índice de la resistencia a la insulina que padece a través de la  fórmula:image Diabetes mellitus 1: la enfermedad silenciosa

(se considerarán niveles sobre 15 μUI/ml como alterados). Si eso sucede, deberá acudir a un médico endocrinológo que será el que le paute metformina así como una dieta adecuada para revertir esa situación que será transitoria si usted cambia su estilo y hábitos de vida. Debe recalcarse que en el síndrome metabólico, el tratamiento específico de la RI, no se ha asociado a una reducción de los eventos cardiovasculares (excepto en diabéticos), por lo que el tratamiento intensivo de cada uno de sus componentes es de gran relevancia. En algunos pacientes también se pauta el uso de inmunosupresores.

El síndrome de resistencia a la insulina, actualmente más conocido como síndrome metabólico (SM), es una condición clínica de alta prevalencia en el mundo y permite averiguar si se padece prediabetes o diabetes 1.

La resistencia a la insulina (RI) es una condición metabólica central en la etiopatogenia del síndrome metabólico y su diagnóstico puede efectuarse con mediciones de insulinemia y glicemia en ayunas o bien con la prueba de tolerancia oral a la glucosa con curva de insulinemia. Existe acuerdo que los mejores resultados del manejo de este síndrome y de la resistencia a la insulina se logran con cambios en estilo de vida, incluyendo modificaciones en la dieta y en el patrón de actividad física junto con reducción en el peso y grasa corporal.

Esta es una condición prevalente generalmente asociada a un estilo de vida poco saludable y se expresa en diferentes vías metabólicas además de aumentar el riesgo de patologías de diferentes órganos y sistemas. Las manifestaciones clínicas son esenciales para el diagnóstico de la condición, siendo necesarios los test específicos de laboratorio anteriormente citados. La reducción del sobrepeso y adoptar un estilo de vida saludable, son las medidas terapéuticas más importantes, reservándose el uso de metformina a los casos con alto riesgo de desenlaces clínicos.

En sí, tiene un carácter crónico, así que las medidas a largo plazo y por tiempo indefinido hacen que con ese cambio de hábitos esperado; baja ingesta de grasas y azúcares; reducción de los carbohidratos y deporte, pueda revertir en un año y no dejar secuela alguna en el paciente. En la versión congénita, esto aún no es posible dado que se desarrolla la diabetes 2 posteriormente en la madurez.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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