El Primer Congreso Internacional sobre “El Islam y la lucha contra el terrorismo” (Arabia Saudita, Meca: 22-25 de febrero) se celebra en un momento crucial para la comunidad islámica. Es una respuesta a la maquinaría del terrorismo que está, a través de una falsa interpretación de los principios del islam, aniquilando a pueblos, minorías y Estados enteros en el mundo árabe. Este congreso, que reúne todos los Estrados islámicos, es un desafío a la violencia, al extremismo y a los animadores de ideologías oscuras y sin fundamento humanista.
Organizado por la Liga del Mundo Islámico, el congreso ha conseguido en la primera sesión aglutinar diferentes sensibilidades en el mundo islámico que defienden el mismo discurso basado en la condena del uso maligno de la religión para justificar la purificación étnica, la destrucción de los templos de culto religioso y el asesinato colectivo.
Eligiendo la Meca, el epicentro y la capital espiritual del mundo islámico, muftis (grandes predicadores), juristas, universitarios, presidentes de universidades islámicas, instituciones académicas y animadores de ONG deben hacer, a lo largo de cuatro días de debates, un diagnóstico real de las causas del auge del terrorismo y formular propuestas sobre la manera de erradicarlo.
El congreso ha optado por una dinámica de trabajo más clara: determinar el concepto, las causas religiosas, socio económicas, pedagógicas, culturales del terrorismo además de sus consecuencias regionales e internacionales, y el papel de los medios de comunicación.
Esta preocupación ha sido expresada de manera más nítida en su discurso de apertura por el rey Salmane Ben Abdelaziz Al Saud, «Servidor de los lugares santos» (leído por el príncipe Jaled Al Fayçal Ben Abdelaziz al Saud, consejero real – emir de la zona Meca): “Los musulmanes están pagando actualmente el precio del extremismo a costa de su unidad, su seguridad y de sus recursos nacionales que han sido consignados en principio a la financiación de su desarrollo. Por culpa de los actos terroristas, amplificados en los medios de comunicación, ha sido inevitable movilizar los esfuerzos para desactivar las campañas hostiles a la Umá (comunidad islámica), su religión y sus miembros y, corregir la mala imagen que se hace del islam y de los musulmanes en el mundo”, ha subrayado el soberano.
El terrorismo es un hecho real que afecta a muchos países del mundo árabe que, “por desgracia, se han convertido en un escenario de actos bárbaros, asesinatos, secuestros, terror y destrucción de bienes”. Consecuencia: los actos terroristas han perjudicado las relaciones del mundo islámico y la cooperación con los demás países. Ante el incremento del terrorismo en los países árabes y musulmanes, el rey Salman Ben Abdelaziz ha llamado a “los líderes de la Umá, doctores de la ley, intelectuales, periodistas, responsables de instituciones culturales y de seguridad a intensificar la lucha contra el terrorismo y perseguir a los terroristas”.
La misma preocupación viene también en la intervención, en la sesión de inauguración, del secretario general de la Liga del Mundo Islámico, Abdallah Ben Abdelmohcen Attourki, quien ha calificado el terrorismo como “un fenómeno ajeno a la comunidad musulmana”.
Los participantes tendrán la oportunidad de aportar ahora reflexiones, recomendaciones y propuestas en los debates sobre la aplicación de la “Chari’à (derecho musulmán) y la correcta jurisprudencia, del concepto de “Al Yihad” (guerra santa) en el derecho musulmán, el concepto del Estado en la perspectiva islámica moderna, los métodos adecuados y el papel de los medios de comunicación en la lucha contra el terrorismo. Todos estos temas forman parte del programa del congreso.
Dice el discurso de apertura del Rey de Arabia Saudí:
«Por culpa de los actos terroristas, AMPLIFICADOS en los medios de comunicación, ha sido inevitable movilizar los esfuerzos para desactivar las CAMPAÑAS HOSTILES a la Umá (comunidad islámica), su religión y sus miembros y, corregir la MALA IMAGEN que se hace del islam y de los musulmanes en el mundo.»
Más claro agua. En el país que acoge el congreso preocupa lo que preocupa ¿Y los muertos?