En Madrid se triplican los más ricos, pero fiscalizan a los más pobres

Los solicitantes en Madrid de la Renta Mínima de Inserción (RMI) de 400 euros, que canten en el metro, busquen chatarra o mendiguen en la calle tendrán que presentar a partir de ahora una declaración jurada de sus «rentas».

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15/10/2016. Paseo de la Castellana, de Atocha a Cibeles, Madrid, España. Miles de personas se manifiestan para exigir el fin de las políticas que generan pobreza y desigualdad y la paralización de los Tratados TTIP, CETA y TiSA. ©Greenpeace/ Pedro Armestre

Los pobres tendrán que demostrar su pobreza oficialmente, no bastará con mostrarla a la luz del día, según se desprende de un documento del gobierno de la Comunidad de Madrid, fechado el pasado 20 de agosto, al que ha tenido acceso el diario El País.

Según ese documento, la Dirección General de Servicios Sociales le da a un mendigo un plazo de diez días para que cuantifique sus ingresos mensuales. Eso quiere decir -leo- que si un mendigo asegura que «trabaja» unas veinte horas a la semana (media jornada laboral) y saca unos 100 euros al mes, la administración interpretará que ingresa 190 euros, que se le descontarán de los 400 que podría llegar a recibir.

Hace unas semanas supimos que el número de contribuyentes españoles que declararon patrimonios de más de 30 millones de euros en el año 2016 es tres veces mayor que el registrado diez años antes, en el ejercicio de 2006. En ese lapso temporal, los ‘ultra millonarios’ pasaron de ser 200 a sumar un total de 579, tal como señalan los últimos datos sobre la recaudación del Impuesto de Patrimonio publicados por la Agencia Tributaria.

El incremento de este tipo de contribuyentes registrado en 2016 con respecto al año anterior se situó en un 5,4 %, ya que de un año para otro la cifra aumentó en 30 declarantes.

Desde 2011, el número de ‘ultra ricos’ en España ha aumentado invariablemente: 352 en 2011, 443 en 2012, 471 en 2013, 508 en 2014 y 549 de 2015, hasta llegar hasta los mencionados 579 en 2016.

Esto ha sucedido además durante los años de la crisis, por lo que cabe pensar que el término más adecuado debería ser estafa.

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