Georgette Magassy Dorn, numeraria de la Academia Norteamericana de la Lengua Española

Georgette Magassy Dorn, directora de la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos –que contiene millones de libros, mapas, grabaciones y documentos sobre el aporte lingüístico y cultural iberoamericano a este país–, se incorporó el pasado 7 de noviembre como miembro numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) y correspondiente de la Real Academia Española, con un discurso titulado “La División Hispánica y el desarrollo del acervo luso-hispano de la Biblioteca del Congreso”, en el Pickford Theater de la misma Biblioteca.

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De izq. a dcha.: Carlos E. Paldao, Gerardo Piña-Rosales, Georgette M. Dorn y Luis Alberto Ambroggio Foto: Alberto Avendaño

En su condición de especialista en cultura hispánica y conservadora del Archivo de grabaciones de Literatura Hispánica creado por Francisco Aguilera en 1943, Georgette M. Dorn –doctora en Historia por la Universidad de Georgetown en Washington D.C.– expandió el material que hoy incluye las voces de autores como Jorge Luis Borges, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Julio Cortázar, Rómulo Gallegos, Octavio Paz, Juan Ramón Jiménez y muchos otros. “La División Hispánica –afirmó Magassy Dorn– desempeña un papel muy importante en la preservación del español en los Estados Unidos”.

“Durante más de dos siglos, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos acumuló un acervo sin par en el campo de estudios sobre las áreas luso-hispanas a partir de su fundación en 1800 en el nuevo edificio del Capitolio”, afirmó la nueva académica en su discurso. “Las primeras obras – explicó– consistían en mapas y textos legales; algunos referidos al Caribe. En 2014 el acervo luso-hispano consta de más de 13 millones de piezas, entre libros, revistas, mapas, manuscritos, fotografías, grabados, partituras musicales, grabaciones de música, literatura y de personajes políticos, además de instrumentos musicales y objetos precolombinos”.

En su presentación, el bibliotecario de la ANLE, Carlos E. Paldao, destacó que la nueva académica se había desempeñado como docente durante dos décadas en la Universidad de Georgetown “en el amplio y diversificado abanico de sus centros de interés que abarcaban temas tales como: la problemática sociopolítica y cultural del cono sur, el papel de la mujer en la historia latinoamericana, los entornos del arte, la lengua y las letras del mundo panhispánico, y los diversos temas que constituyen las relaciones entre las civilizaciones, las diásporas sociales y los procesos históricos entre los Estados Unidos y el resto del continente al igual que con el viejo mundo”. “Su desarrollo académico –dijo– se ha traducido en más de un doble centenar de artículos, ensayos, notas y ponencias a los que se deben agregar sus libros y la participación permanente en numerosas publicaciones seriadas, eventuales y periódicas”.

“Y miren ustedes los extraños designios del destino –contó Paldao, dándole un toque anecdótico a su contestación académica–. Entre 1949 y 1952 Georgette terminó sus estudios secundarios en el Colegio de Nuestra Señora de la Misericordia en el barrio de San José de Flores de Buenos Aires, ubicado a la vuelta de donde yo vivía al igual que Jorge Mario Bergolio, quien es hoy el papa Francisco. Ambos concurríamos los domingos a la misa de la capilla del colegio donde estudiaba Georgette”.

Por su parte, Luis Alberto Ambroggio, presidente de la delegación de la ANLE en Washington, dijo en su contestación al discurso de la nueva académica que “todos debemos sentirnos orgullosos y felicitarnos por el ingreso hoy en la Academia de esta extraordinaria personalidad de la Biblioteca del Congreso, multicultural y políglota, nacida en Hungría, educada en España, Argentina y los Estados Unidos, quien ha dedicado su vida a cultivar, apoyar, documentar, desarrollar el acervo luso-hispano, nuestro idioma, nuestra cultura, nuestra presencia hispana en los Estados Unidos”.

El director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Gerardo Piña-Rosales, después de agradecer el apoyo que D.a Georgette M. Dorn había brindado siempre a la ANLE, le hizo entrega a la nueva académica del diploma de Académica de Número y le impuso la medalla de la Academia.
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