Golpe de estado: apocalipsis familiar en algún lugar de Asia

Thriller escrito y dirigido por John Erick Dowdle (“Así en la tierra como en el infierno”, “La trampa del mal”, “Quarantine”). Y protagonizado por Owen Wilson (“El gran hotel Budapest”, “Midnight in Paris”, “Tras la línea enemiga”), Lake Bell (“Sin compromiso”, “No es tan fácil”, “Boston Legal”) y Pierce Brosnan (“El escritor”, “Mamma mia!”, “Muere otro día”). “Moralmente dusosa y políticamente simple”, según el crítico de Télérama Nicolas Didier, no es imprescindible verla.

golpe-de-estado-cartel Golpe de estado: apocalipsis familiar en algún lugar de AsiaJack Dwyer (Owen Wilson), ejecutivo de una empresa estadounidense, y su familia –mujer y dos niñas- se ven atrapados en e un violento golpe de estado en un país del Sudeste Asiático al que acaban de trasladarse. Puede ser Laos, quizá Camboya; en los dos días inmediatos a su llegada, la familia sufre un auténtico calvario, perseguidos por revolucionarios sedientos de sangre, con el machete en una mano y en la otra una ametralladora, dispuestos a acabar con cualquier “extranjero”, y en especial con los representantes de la multinacional, a la que les enfrentan algunas diferencias en torno a la instalación de una depuradora (o algo parecido).

De nuevo, dos culturas enfrentadas que no se entienden; el director tiene mucho interés en mantener la incógnita del lugar, como insinuando que algo así le puede pasar a cualquiera, en cualquier sitio. Owen Wilson hace el papel de perfecto padre de familia, dispuesto a salvar a los suyos al precio que sea, lo que incluye lanzar a sus niñas de un edificio a otro desde una altura considerable de varios pisos. El personaje de la mujer es el de una esposa valiente, aunque cuando pretende ayudar mete la pata (por decirlo de forma políticamente correcta), pero muy llorosa: lo que recuerdo de ella es hora y media de una cara manchada con sangre y lágrimas.

Y en cuanto a Pierce Brosnan, agente clandestino de la CIA en el país de marras, vuelve a comportarse como el James Bond que fue un día, en cuanto le dejan un arma en la mano, llegando en su sentido del deber a sacrificar su vida, proponiéndose como blanco a los rebeldes, para “salvar a la familia”.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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