Iñigo Coppel presenta en Madrid su disco «En el Olympia»

Podríamos decir que Íñigo Coppel es cantautor. Lo es. Pero sería mucho más correcto hablar de songwriter, a la americana. En cuanto lo conozcan entenderán lo que les digo. Coppel es un compositor de canciones, un trovador, un chico tímido de guitarra valiente. Digamos que es un dylaniano convencido, pero es más que eso, porque lo mismo se marca un rock, que un tango, que un tema con aroma a Jacques Brel.

Y es que Coppel es un artesano, un hacedor de canciones, como ese trovador que cuenta historias para perpetuar su época. Él lo mete todo en la coctelera y hace discos como este que presenta En el Olympia.

Tras Perdón por existir (2007) y El hombre que mató a Íñigo Coppel (2010) este disco se distancia de lo que fue. Grabado en directo con una pequeña audiencia bajo la producción de José Nortes y con un aire más acústico que en discos anteriores.

Aquí encontramos de todo: un poema recitado que da título al álbum En el Olympia, un blues en Oiga, que hubieran estudiado, un poco de folk ¿Estáis seguros de que es un fascista? y como no el rock de Laura y las desventuras del viejo Coppel.

El chico es valiente en fondo y forma. ¿No me digan que tener un single de 9.08 minutos no lo es? El nombre de la canción Íñigo Coppel viaja a la Edad Media (Y el Rock and Roll salva su vida). Un relato irónico y reflexivo, casi a la manera de Krahe, con envoltorio de canción.

El próximo día 17 de febrero cambiamos el Olympia por la sala Galileo Galilei. Del santuario de la canción francesa al templo de la canción de autor de Madrid. Será un concierto especial donde Coppel estará rodeado de amigos y compañeros de profesión.

CONCIERTO PRESENTACIÓN
17 de Febrero
Galileo Galilei 21h
(Calle Galileo, 100. Madrid)

Mar Sierra
(... un tal poeta Mattarucco dijo sobre mi) Miradora y oyedora de la vida y de lo que en ella se dora de cabeza pensante y punzante, de malhadadas dudas y sentires sin taras, de corazón que decora sin decoro y que a veces te acaricia y a veces se acoraza; de días maremóticos, ciclotérmicos, multipléjicos, periplásticos... Resumiendo, miradora y moradora, oyedora y halladora. Y musicómana, y teatrómana, y recitómana, y lectómana, y escritómana... en definitiva (y casi con pulso compulsivo), culturómana.

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