La ramera de Babilonia. In excelsis deo 

“Bienvenidos a nuestro cabaret religioso, auto sacramental lascivo”

Luis de Luis[1]

Transidas de fe e ilusión mística, Inés Kerzán, Ángela Peirat y Elisa Pelayo, con Ana Azorín ejerciendo de hada Campanilla, reciben a los fieles y les obsequian con programas de mano que harán las veces de misales escritos por Ramón Paso, alto prefecto de la fe… algo va a pasar en este Santo Oficio Burlesco aunque antes, con toda la parroquia, Ana Azorín invocará, con gracia, con un cierto deje castizo, con un puntito de ironía chuleta las andanzas, durante la Segunda Guerra Mundial, de 80 aviadoras que hicieron correr a más de una manada de nazis.

La-ramera-de-Babilonia.-Cartel-RGB-600x840 La ramera de Babilonia. In excelsis deo Tras la merecida salva de palmas a las bombardeadoras, Ana Azorín aúlla un «¡Chicas! ¿Estamos?» (el equivalente al «Hey ho, let´s go!» de los Ramones) y, como una sola mujer, las Paso Azorín estallan en el escenario mientras suena el hímnico Girls Just Want to Have Fun y, ya contagiado el público, infectados , pasamos y vemos… la comedia en club: una reunión de comadres, ingenuas hadas, que se mueven y remueven como dibujos animados para, desde el sentido común y la inocencia, desguazar mitos católicos y leyendas cristianas…

Las Kerzán, Peirat, Pelayo & Azorín propulsan los brillantes textos de Ramón Paso cuajados en humor y sensatez y, si en cuarteto son un reloj ultra engrasado, no lo son menos en pas de deux.

Así, mientras el texto escarba el cerebelo del espectador, las cuatro jinetas del apocalipsis -todo con minúscula, que está función no es trágica, no esdramaticoide- se complacen en jugar partidas de dobles como el de Kerzán & Azorín encarnando a Lilith y a Eva rezongando, con razón y carcajada, como Campanilla y Kampanilla, sobre el zote (cuanto menos), «el tonto del culo» (y no opinan, refieren) de Adán.

O ese magnífico diálogo digno de Groucha y Chica o, lo que es lo mismo, la Reina y la Inca, o, lo que es lo mismo, que endelician Ángela Peirat y Elisa Pelayo.

Guiñolescas, pantomímicas, las cuatro no se privan, ni privan al espectador -la Iglesia las calificaría de cuatro (gravemente peligrosas) o de 3R (mayores con reparos) – de descararse y derramar frescura saludablemente perversa a lo largo y ancho de esta exigente función que permite que Inés Kerzán relate su “Jajaijiji” como choni de Chus, o Ana Azorín relate su peripecia como Chusa en la Tierra (en un guiño a un antepasado del autor que ya contó, antes, esta historia), o que Elisa Pelayo imbuya de dulzura y sentido común a cada personaje, a cada mirada, a cada gesto, y que Ángela Peirat (tremenda como mother de feta) endelicie cada todo cada gesto y mirada.

Y sí, ya que lo pregunta, estas cuatro actrices revientan el escenario de sexualidad, de sentido común, de agresividad. Dejan las cosas claras, remueven el chocolate hasta que deja de espesar, desmontan tópicos, sonríen a bocajarro, deslumbran sin parar, desactivan las preguntas, disparan las respuestas y llenan de placer, de puro sincero y honrado placer, a todos y cada uno de los afortunados feligreses que se congregan a su alrededor los domingos ( ¿qué otro día si no?) en el Teatro Lara.

In nomine Patris… Amen.

  1. Luis de Luis es crítico teatral

Equipo Artístico y Técnico

  • Reparto Ana Azorín, Inés Kerzan, Ángela Peirat y Elisa Pelayo
    Autor y director Ramón Paso
    Producción ejecutiva Paso Azorín Teatro

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