Porque para muchos sigue siendo inquietante que un régimen político como el de la Alemania nazi haya desencadenado tanta barbarie y la más cruenta de las guerras que estallaron en el planeta, seguimos estando interesados en los libros que tratan de analizarlo, como es el caso de este de reciente edición (Ed. Almuzara, 2019) en el que Jesús Hernández nos muestra, por un lado, los atractivos que para una gran parte de los alemanes supuso el nazismo, y por otra las lacras y atrocidades que lo conformaron como uno de los más espantosos regímenes de terror.
El que se acerque a estas páginas podrá conocer esa perturbadora dualidad a través de una experiencia inmersiva, mediante la cual experimentará lo que sintieron los alemanes que vivieron en aquellos turbulentos años.
En la primera parte de la obra, el lector se embarcará en uno de los cruceros a Madeira con los que el régimen premiaba a los trabajadores germanos, viajará por la magnífica red de autopistas que despertó verdadera admiración en todo el mundo o disfrutará de un inolvidable viaje a Río de Janeiro en el dirigible Hindenburg.
También podrá, haciendo un ejercicio de imaginación, visitar la Alemania actual para admirar las megaconstrucciones que Hitler hubiera levantado de haber vencido en la guerra que desató. Igualmente, tendremos informaciones muy interesantes acerca de los viajes de los exploradores nazis al Himalaya, el Amazonas y la Antártida, o los prodigiosos adelantos técnicos logrados por aquel régimen, que sólo serían superados varias décadas más tarde.
Tras ese espectacular panorama de los brillantes logros alcanzados por la Alemania nazi, el lector deberá enfrentarse en la segunda parte de la obra al terrible contrapunto. Comenzando por las pesadillas que aquel régimen totalitario provocó en muchos alemanes y siguiendo por los episodios menos conocidos del terror y la crueldad que desplegó, esas duras páginas mostrarán hasta qué cotas de iniquidad puede descender el ser humano.
Entre las noticias curiosas que encontraremos en este trabajo sabremos que Hitler fue un pionero en advertir de los daños que comporta fumar, con la correspondiente campaña estatal en contra, y que los astrólogos fueron uno de los colectivos perseguido por el nazismo, que llegó a su vez a utilizarlos en algún caso para tratar de indagar en el destino que aguardaba al Tercer Reich.
