Le cinesi: un juguete oriental muy afamado

El salón de actos de la Fundación Juan March se transformó en enero de 2017 en un teatro de cámara para acoger, en colaboración con el Teatro de la Zarzuela, la representación de Le cinesi, ópera de salón en un acto  compuesta a finales del XVIII por el sevillano Manuel García sobre libreto de Pietro Metastasio.

Manuel (del Pópulo Vicente) García (Sevilla-París 22 de enero 1775- 9 de junio 1832) fue, además de compositor y profesor, el tenor e intérprete más destacado de su tiempo, y especialmente con obras de Mozart y Rossini, llegó a ser insustituible y un verdadero ídolo de masas. Era, además, un sagaz hombre de negocios y un eficaz gestor de su propia carrera y de sus propias composiciones, lo que recuerda un tanto al polifacético y genial Lope de Vega, quien, además de componer, editaba y vendía sus obras. Metastasio había compuesto este libreto en 1735.

Le cinesi, cartel

Argumentalmente estamos ante un divertimento pensado para una sociedad en la que las clases pudientes se aburrían, lo mismo aquí (París, Madrid) que en la lejana China, y, en un sentido más práctico todavía, estaba destinado a desarrollar las facultades artísticas y vocales de las dos hijas del autor, María Malibran y Pauline Viardot, y de su hijo Patricio, quien sería con el tiempo un experto en afecciones vocales y el futuro inventor del laringoscopio.

Tres jóvenes chinas, Lisinga, Sivene y Tangía, que viven encerradas en sus salones, reciben de improviso la visita del hermano de Lisinga, Silango, quien les cuenta lo que ha visto en un viaje por Europa, viaje que acaba de realizar por su condición de varón. Rápidamente empiezan las tres a discutir cómo disimular la presencia del varón en sus habitaciones, lo que, de saberse, sería un despropósito, y no se les ocurre nada mejor que una representación teatral, es decir, «algo divertido y a la vez decente que aleje los malos pensamientos». Así es como se distribuyen los papeles para armar nada menos que tres piezas de naturaleza bien distinta, dramática, cómica y pastoril, esta última muy bien traída a propósito de los amores recién despertados entre Silango y Sivene.

El disimulo, como se ve, es la primera regla que deben aprender unas jóvenes bien educadas, algo que no nos es en absoluto ajeno.

Y es que la trama se sitúa en un momento tardío de la dinastía Qing, que rigió los destinos del inmenso país asiático desde 1644 a 1912, antes del establecimiento de la República de China. Fue, por tanto, la dinastía que gobernaba en Pekín cuando en 1735 Metastasio escribió su libreto en la Viena de los Habsburgo; también la misma cuya belleza, exotismo y misterio despertó tanta curiosidad en la Europa de la Edad Moderna, cualidades patentes en posteriores obras de inspiración oriental, como la famosa Turandot de Puccini (luego ya hemos conocido que toda esta ingenuidad oriental era pura idealización pastoril por parte nuestra, léase si no, El erudito de las carcajadas, autor anónimo que edita Atalanta, para salir de dudas).

Pero el éxito de la idea estaba garantizado. Baste decir a este propósito que Le cinesi de García fue la última de las 14 óperas documentadas sobre el exitoso libreto de Metastasio en 1735. La pervivencia del texto de García no sólo confirma la maestría dramatúrgica de este afamado poeta del teatro y del bel canto, sino también la vigencia de una trama que explora la mirada exótica hacia otra cultura y los conflictos de identidades que ello genera.

Teatro Musical de Cámara

Con esta representación de Le cinesi, se cumplía la sexta edición del formato Teatro Musical de Cámara iniciado en 2014 por la Fundación Juan March, dando cabida a una línea de programación que no suele tener cabida en los teatros de ópera convencionales.

El primero de los títulos fue Cendrillon de Pauline Viardot, hija de Manuel Garcia. En 2015 se sumó el Teatro de la Zarzuela a la iniciativa, que desde entonces ha cristalizado en cuatro nuevas coproducciones: la recuperación moderna de Fantochines de Conrado del Campo (marzo 2015), el programa doble Los dos ciegos de Francisco BarbieriUne éducation manquée de Emmanuel Chabrier (mayo 2015), la representación de una Trilogía de tonadillas de Blas de Laserna hasta entonces inéditas (enero 2016) y el programa doble El pelele de Julio Gómez (recuperación moderna) y Mavra de Igor Stravinsky (abril 2016).

Ficha del espectáculo:

  • Título: Le cinesi de Manuel del Populo Vicente García
    Dirección musical y piano en directo: Rubén Fernández Aguirre
    Dirección de escena: Bárbara Lluch
    Reparto: Marina Monzó, soprano; Cristina Toledo, soprano; Marifé Nogales, mezzosoprano y José Manuel Zapata, tenor
    Movimiento escénico: Rafael Rivero.
    Diseño de escenografía: Carmen Castañón.
    Diseño de vestuario y pintura textil: Gabriela Salaverri.
    Diseño de iluminación: Fer Lázaro
    Iluminación: Enrique Chueca y Francisco Morcillo
    Sonido: María Rodríguez-Mora
  • Función comentada: 11 de enero de 2017
    Duración: 60 minutos
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.