María Isabel Salazar de Lince: droga y arte

No se trata de De Quincy y sus paraísos de opio, ni de Van Gogh y su bebida alcohólica excitante. Se trata de una psicóloga colombiana que unió la lucha contra la droga con su vocación de pintora.

Isabel-Salazar-de-Linde María Isabel Salazar de Lince: droga y arte
María Isabel Salazar de Lince

María Isabel Salazar de Lince es pionera de la divulgación de la Psicología en Colombia, su país natal, donde difundió y orientó ante los problemas de la drogadicción y enfermedades adictivas.

Cursó estudios de Psicología en la Universidad Javeriana de Bogotá, paralelamente llevo estudios de Arte y Diseño, Dibujo y Pintura desde 1960 hasta 1996, en diversos talleres.

Su vida dedicada a la difusión de la drogradicción, está marcada por constantes acosos y el esfuerzo por apoyar a su comunidad. Esta labor la llevó a ser considerada una de las mujeres más importantes de su país en la lucha contra la droga. Recibió distinciones del Gobierno de Colombia por esa tarea y su desempeño marcó pautas en la prevención de droga en niños y jóvenes, dentro del campo de la psicología moderna colombiana.

Sin embargo, es su carrera de artista la que la proyectó a nivel internacional, con exposiciones en Estados Unidos, España, Francia y Colombia.

El movimiento abstracto en Colombia cuenta con importantes figuras y surgió unido a la interpretación de la naturaleza. Dentro de esta línea abstracta María Isabel se inspira en la naturaleza de su país de variada geografía para crear una abstracción lírica que exalta lo espiritual.

Ha obtenido varias distinciones y premios y sus obras figuran en colecciones particulares. El caso de María Isabel es particular: alcanzó notoriedad en el campo de la psicología y fundó una institución para combatir la adicción a la droga y a la vez, logro resaltar como artista, amalgamando los dos mundos. La conocimos en su exposición de pintura auspiciada por el Consulado de Colombia en Miami.

Isabel-Salazar-de-Linde-obra María Isabel Salazar de Lince: droga y arte

Isabel-Salazar-de-Linde-obra-abstracta María Isabel Salazar de Lince: droga y arte

María Isabel Salazar de Lince: Comencé de una manera un tanto precursora, porque en Colombia no se había hablado nunca de psicología en televisión y yo inicié esas pláticas, hablándole a los padres de como educar a los niños, aconsejándolos en las relaciones familiares, de pareja. Luego me pidieron un programa enfocado en la prevención de drogas y alcohol. Organicé un programa y fui a distintos sitios. Estados Unidos me invitó a visitar una cárcel especial y centros de rehabilitación, aprendí mucho sobre el tratamiento de adicciones en Estados Unidos. Comprendí que en Colombia no había nada que ayudara a los drogadictos. Así, fundé Prometeo, en 1975, sin dinero pero con la energía y el amor de Prometeo, el héroe mitológico griego que le dio el fuego a los hombres.

Adriana Bianco: Tu crees que es posible la rehabilitación y sacar a los jóvenes de ese camino?

MISL: Claro que es posible. No en un porcentaje altísimo pero se logra. Teníamos un equipo de 15 psicólogos, íbamos por todo el país, dictando clases y conferencias en televisión, radio, escuelas, centros deportivos; asistiendo a médicos, trabajadoras sociales. Hicimos un equipo de trabajo muy importante, con terapias de grupos, con mucho amor y creyendo en los valores humanos. Porque los drogadictos tienen poblemas de baja autoestima, falta de afecto, sentimiento de venganza contra los padres, resentimientos. Son varias las causas que llevan a la droga, incluso la ignorancia. Los buscan, los provocan en una edad temprana, donde estan confusos, ansiosos, con falta de horizontes o vacíos afectivos.

AB: El alcohol suele ser el camino hacia la droga…

MISL: No necesariamente, contribuye pero el alcohol tiene otro camino. A veces los ejecutivos adultos, para seguir el ritmo de tanta actividad consumen alcohol que es depresivo, entonces toman cocaína y así entran en el mundo de la droga.

Trabaje 25 años en la Fundación Prometeo, con buenos resultados y sobre todo concienciando a la gente frente al problema.

AB: Tu Fundación es una iniciativa privada, no crees que tiene que haber políticas gubernamentales de apoyo y prevención a las drogas.

MISL: Claro, tiene que haber programas planificados de prevención y rehabilitación y de consejería a padres y jóvenes. Debe hacerse como una política prioritaria de gobierno bien coordinada y con profesionales.

AB: ¿Cómo consideras la legalización de la marihuana?

MISL: La cuestión es la prevención, el conocimiento y la alerta. Ayudar a los padres ante esta situación. Es mejor prevenir que curar.

AB: ¿Cómo unes tu profesión de psicóloga con la de artista plástica?

MISL: Yo estudié las dos carreras. Me encantaba la pintura, estudié con David Manzur mientras trabajaba en la Fundación Prometeo y daba conferencias en todas partes, era una actividad febril, en medio de la guerra del narcotráfico porque vivía Pablo Escobar. Mis padres se asustaron cuando supieron que iba a fundar Prometeo, me dijeron que la mafia me iba a matar. Fue cierto que me amenazaron por teléfono, tuve acoso permanente pero seguí adelante. El tráfico de droga no termina con la muerte de un jefe de un cartel. Es asunto más complejo. Continué y continué, con Diosito protegiéndome. Todo es poco para salvar a los jóvenes de la droga.

AB: El arte era oasis espiritual para ti, una manera de salir de ese mundo de tantas tensiones.

MISL: Era mi terapia, yo atendía a cientos de psicólogos y gente que llegaban con problemas, cuando me encerraba a pintar surgía un mundo de belleza y paz. He dibujado mucho, pero no es la figuración mi modo de expresión, sino la abstracción y la visión de la naturaleza, que en Colombia es maravillosa.

Mis pinturas provocan sensaciones positivas, buscan la luz, producen paz, alegría. Me alejé de la Fundación hace ya cinco años, tengo un consultorio privado de consejería y me dedico a la pintura cada vez más. Hago exposiciones en Europa, en Estados Unidos, y siento que el arte es una gran felicidad. El arte es una gran terapia. En Prometeo hice mucha terapia con arte, con grupos de niños y jóvenes, los motivaba a que expresaran sus sentimientos y eso los ayudaba.

El arte es una gran fuente de vida, de luz y de amor.

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