Música ficta en Madrid

El grupo Música Ficta, dedicado especialmente a la música sefardí, ofreció  en Madrid, en el Teatro de la Zarzuela, un concierto que lo consagra como uno de los mayores especialistas en España al exhibir todo un muestrario de melodías y textos de extraordinario valor y belleza.

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Música Ficta componentes

Abundan  en su repertorio las piezas cantadas sobre las puramente instrumentales, de ahí el valor de los textos compuestos en un español arcaizante, ladino, y ello forma parte de su proyecto Musicas viajeras – Tres culturas, con el proponen un recorrido musical que aborda, además del sefardí, el repertorio cristiano y musulmán a lo largo de un espacio temporal que va de 1492 (expulsión de los judíos) a 1613 (expulsión de los moriscos).

El concierto tuvo lugar el lunes 16 de abril de 2018 y se enmarcó dentro del ciclo Notas del Ambigú, llamado así por celebrarse precisamente en el ambigú o bar de La Zarzuela, e intervinieron Rocío de Frutos, soprano; Tamar Lalof, flautas renacentistas; Sara Águeda, arpa barroca; Lixsania Fernández, viola da gamba y Raúl Mallavibarrena, percusión y dirección.

Este grupo español de música antigua fue creado en 1992 por Raúl Mallavibarrena, quien dirige y explica el trabajo del grupo, y los conciertos intervienen cinco de sus miembros que desempeñan las funciones de voz, arpa, percusión, viola y flauta.

La música sefardí se expandió por el Mediterráneo desde España trasmitiéndose de manera oral, lo que la hace tan bella como inquietante, o en palabras del otro especialista en música sefardí, Magic Duo, «una música que parece que ríe y llora a la vez». Sirve para todo. El ser de transmisión oral la convierte en una música sujeta a cambios según la idiosincrasia de quien la interprete y, según los estados de ánimo, dará lugar a múltiples variantes, tal como ocurre con el romancero tradicional.

Esta música originariamente española, a partir de su expansión por el imperio otomano y El Magreb tomó elementos nuevos y fue sembrando otros. Todo esto hace que ahora vuelva a nosotros enriquecida y valorada mundialmente en sus múltiples variantes, lo que no le ha impedido conservar su esencia.  Su idioma es el español judaizante (ladino), con muchas palabras conservadas intactas. Es inconfundible.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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