Ostomía: vivir con una bolsa sine die

La práctica de la ostomía es la intervención más antigua que se conoce del tubo digestivo descrita por Praxógoras de Kos en el año 350 A. C. en Grecia. En términos médicos, definimos el estoma (boca) como “la comunicación natural o artificial entre un órgano o cavidad del organismo y el exterior”; y el término ostomía, lo utilizamos para hacer referencia a la intervención quirúrgica que se realiza con objetivo de crear la comunicación artificial entre víscera órgano o conducto y la pared abdominal.

El paciente con estoma digestivo es aquel usuario al que le han realizado una intervención quirúrgica produciendo una derivación fisiológica de parte del aparato digestivo con la finalidad de excretar los productos de desecho del organismo mediante la salida de parte del tracto intestinal hacia el exterior.

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Según la American Cáncer Society una iliostomía es “una abertura en la pared abdominal en la que se exterioriza el extremo terminal del íleon y es reubicado a través de esta abertura para formar un estoma, ubicado en el lado inferior derecho del abdomen” y una colostomía es la exteriorización del colon (ascendente, transverso ó sigmoideo) a través de la pared abdominal, abocándolo a la piel, con el objeto de crear una salida artificial del contenido fecal que usualmente se puede encontrar ubicado en el lado izquierdo del abdomen.

Las complicaciones principales que se documentan al realizar este tipo de técnica se deben de tener muy presentes, ya que, pueden presentarse de manera precoz (post-intervención), o de manera tardía (posteriores a un proceso previo correcto de cicatrización). Las más comunes son: edema (10%), retracción (5%), prolapso (entre 2%-10%) y hemorragia (2%) (12,15).

Existen diversos tipos de estoma, que se forman mediante una intervención quirúrgica a partir de secciones del intestino, todos ellos se nombran a partir del órgano del que se origina algunos ejemplos serían ileostomía, colostomía y yeyunostomía, o a partir de los uréteres como urostomía. También se pueden distinguir en relación a la función, la temporalidad y la zona que se exterioriza. En la actualidad clínica los que más se instauran son las colostomías y las ileostomías.

Uno de los objetivos de enfermería es conseguir que la persona con estoma conviva con normalidad a pesar de los cambios que puedan afectar a su vida cotidiana. Por ello, el equipo de enfermería debe conseguir que el paciente aprenda a cuidar su estoma, acepte física y psicológicamente su nueva imagen corporal y sea capaz de detectar posibles complicaciones. 

Existen varios factores que influyen en la adaptación del usuario a este nuevo proceso uno de los más importantes es la capacidad de desarrollar la autonomía en la propia gestión de su cuidado. Ayudar a desarrollar esta capacidad de autocuidado será primordial para que estos usuarios tengan mejores resultados en salud.

Para poder llevar a cabo esa formación en autocuidado se debe desarrollar un Plan de Cuidados Estandarizado o PCE.

El uso del PCE aporta una estructura que facilita el racionamiento clínico, que ayuda a tratar a la persona de forma integral y se centra en las acciones que deber ejecutar el paciente. El PCE se define como la protocolización de las actuaciones de enfermería según las necesidades de cuidados que presentan grupos de pacientes con un mismo diagnóstico médico, que una vez implantados y monitoreados permiten consolidar la evaluación como eje de mejora de las intervenciones.

El plan de cuidados estandarizado ofrece la adaptación de intervenciones a las necesidades individuales del paciente. Su uso asociado con una teoría enfermera permite una atención integral y holística que conducirá hacia la capacitación de los individuos en la habilidad de autocuidado.

La persona ostomizada se convierte en incontinente, lo que se vive con rechazo y es uno de los principales motivos de inadaptabilidad. Que se llene el dispositivo colector sin ningún patrón establecido y la emisión involuntaria de gases son temas recurrentes que producen en el usuario sensación de descontrol y miedos. 

Los pacientes ostomizados presentan cambios importantes como la pérdida del control esfinteriano, ruidos intestinales, cambio canalización de gases, incomodidad a causa del olor y de estar al pendiente del llenado de la bolsa, irritación de la piel periostomal, cambios psicológicos por la modificación de la imagen corporal, falta de seguridad en sí mismo, pérdida de la autoestima, temor, depresión, estrés. No solo se ve afectada la autoestima si no que también existen pruebas que revelan que el impacto negativo de una ostomía repercute directamente en el estado funcional disminuyendo capacidades adquiridas con anterioridad.

Para que el usuario deje de percibir su estoma como un peligro y actúe de manera preventiva, se ha visto que la mejor herramienta es favorecer la autonomía. Una mayor percepción de control sobre el estoma crea una visión menos amenazante, mejora la anticipación a los problemas que se pueden generar, permite elaborar soluciones prácticas para los usuarios y atenuar la visión de éste como un elemento limitante en sus vidas.

Es bastante frecuente la sensación de abandono por parte del paciente que se ve solo ante las dudas que presenta haber sido ostomizado. Por otro lado, algunos acusan un déficit de información que no siempre pueden compartir con sus amigos y familiares. Desconocen los cuidados básicos, la higiene, cómo retomar la vida sexual o cómo tener una actividad social sin ser el centro de atención. 

Una correcta gestión del paciente desde el primer día hará que este sea capaz y se sienta capaz de cuidarse de forma que aprenda a detectar olores, complicaciones y otras circunstancias que se pueden dar en el día a día. Modificar con ayuda de un psicólogo si lo necesitara la autoimagen y el autoconcepto de lo que a partir de ahora será nuevo, hará que se pueda aprender a vivir sin padecer estados de depresión o tristeza que antes pensaba que iba a superar. Una cosa es decir que van a practicarle una ostomía y otra bien. distinta es ser un paciente ostomizado de por vida.

En cualquier caso, existe en España una asociación de personas con ostomía, que ayudan a mejorar la calidad de los pacientes ostomizados y en donde se pueden compartir dudas y otras preguntas que no siempre tienen respuesta en el entorno habitual. En Madrid, existe la asociación de Ostomía de la capital y en otras autonomías puede encontrar la suya para sentirse siempre apoyado.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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