Patricio Pron: el escritor y el lenguaje de las mutaciones

Patricio Pron ha sido galardonado con el Premio Alfaguara 2019, y es considerado por la revista inglesa Granta uno de los mejores escritores en lengua española.

Patricio-Pron Patricio Pron: el escritor y el lenguaje de las mutaciones
Patricio Pron

Nació en Rosario, Argentina, en 1975. Es Licenciado en Comunicaciones en la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) y Doctor en Filología Románica de la Universidad Georgia-Augusta de Gottingen (Alemania). Vive, desde 2008, en Madrid.

En su ya extensa obra literaria encontramos la novela filosófica “El comienzo de la primavera” (2010), “El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia” (2011), “No derrames tus lágrimas por nadie que no viva en estas calles” (2016) y su reciente entrega, “Mañana tendremos otros nombres” (2019).

Entre sus libros de relatos se encuentran “La vida interior de las plantas de interior” (2013) “Lo que esta y no se usa nos fulminará” (2018), entre otros relatos cortos.

Ha escrito también ensayos y artículos periodísticos. Recibió numerosos premios, entre ellos: el Premio Juan Rulfo de relato en el 2004, Premio Jaén de Novela-2008 y distinción de la Fundacion José Manuel Lara en 2009. Fue finalista en el V Premio de Narrativa Breve Ribera de Duero y finalista del Premio Nacional de la Crítica en 2016. Premio Cálamo Extraordinario 2016, por su trayectoria.

Pron pertenece a la Generación Tinder, sumida en la precariedad laboral, afectiva y existencial, y donde las redes sociales invaden nuestra esfera y no proyectan lo que somos, manoseándonos con nuevas nomenclaturas. Nuestro nombre entra en el vaivén de la relatividad y todo muta, como el viento. Una generación mutante entre la vida y la tecnología, entre el ser y la nada.

Nos encontramos con Patricio en la Feria del libro de Miami, tuvimos una conversación que giró especialmente sobre su última novela y los temas que tejen su historia. Hubiéramos querido platicar más, pero lo esperaban conferencias y encuentros con el público.

Adriana Bianco: En “Mañana tendremos otro nombre” el tema del amor, el tiempo, la identidad, forman el tejido del libro, junto con el impacto de las redes sociales y las mutaciones en nuestras vidas, entre ellas la migración.

Patricio Pron: Es evidente que, al irse del país donde uno ha crecido, en mi caso Argentina, cambia la perspectiva. Esto tiene que ver con la constatación de que lo que uno creía era la única manera de ver las cosas, es solo, una manera entre muchas. Uno descubre que lo que consideraba inalterable, no es tan así. La comparación con otros te permite aprender nuevas posibilidades. Cuando uno se marcha, se siente muy solo, fuera de lugar, pero eso ayuda a comprenderse y a comprender a los demás. Creo que es una experiencia muy enriquecedora. Estas diferencias constituyeron una oportunidad para mí de poner a prueba mis propias certezas.

AB: En tus novelas, especialmente en esta novela, tu lenguaje, tu español es muy neutro, no narras con modismos o expresiones. El hecho de no darles nombre a los personajes, sumerge la novela en ambigüedad y en una distancia con el lenguaje. Es una manera diferente de manejar el español.

PP: Sí, hay una manera distinta de manejar el lenguaje. Yo no diría que mi objetivo es un lenguaje neutro, porque yo no creo que exista un lenguaje neutro. Casi todas la decisiones lingüísticas que tomamos son productos de decisiones estéticas, políticas o sentimentales. Mi ideal es la transparencia que tienen las buenas traducciones. La experiencia de la migración está asociada a la experiencia de la traducción permanentemente. Te desplazas de un país al otro, escribes en español viviendo en un país que habla otro idioma, pensemos en Manuel Puig o Copy, sin embargo, todos resolvemos el problema de manera distinta.

AB: Manuel Puig impuso el estilo coloquial del habla argentina; viviendo él donde viviera: España, México, Estados Unidos, Manolo escribía con su estilo personal teñido de expresiones…

PP: Sí. Yo tomé otro camino: el desmoronamiento total, resultado de haber vivido muchos años fuera del país, de haber estado sometido a presiones lingüísticas muy distintas que provocan cierta inseguridad, sobre todo si estás en un medio, como el mío, donde estoy vinculado a personas de otros países. Lo importante, para mi, es la comunicación y me afirmo en eso: comunicar.

AB: Claro, para un escritor es fundamental comunicar. Tengo dudas…. Pron es un apellido francés. ¿Cuál es tu origen?

PP: Sí es francés, mis antepasados pertenecían a la secta ética de Cristianismo Valdense, del siglo XII, movimiento de los Pobres de Lyon, que vivieron las guerras de religión en Francia, Vivían entre Francia, Suiza y norte de Italia, y de allí emigraron a Argentina. Mi familia, es suiza en parte.

AB: Al salir de Argentina, te fuiste a estudiar a Alemania y ahora vives en Madrid…

PP: Me fui a Alemania porque me enamoré de una alemana, convivimos unos años

AB: Y ya te quedaste en Europa, volviste a tus raíces europeas…

PP: Como muchos argentinos… pero al volver a Europa no encontré lo que me decían que había. Adriana, hay una frase que dice: la emigración es un viaje sin retorno, no hay un hogar donde volver. Aunque vuelvas a tu país todo ha cambiado y uno ha cambiado.

AB: Lo describe muy bien Julio Cortázar en Rayuela… comparto tu sentimiento. Volviendo a tu novela, el tema del amor, el sexo y el tiempo tienen un ritmo y, según la situación amorosa, el tiempo se acorta o se alarga…. Ese juego es provocado para decirnos: “amor es tiempo”?

Por otro lado, hay un enfoque masculino donde hay una separación entre lo que es relación sexual y sentimiento amoroso.

PP: El hecho que los personajes estén sujetos a encuentros sexuales o relaciones de amor se debe, no tanto a una visión masculina que separa el sexo del amor sino mas bien a los desarrollos tecnológicos recientes: el internet, las redes sociales han llevado a una escisión entre las dos instancias. El internet tiene un impacto muy grande porque hay información muy precisa en cuanto al sexo, con fotos, con clasificaciones. La escisión tiene que ver a una cierta dinámica de segmentación de los públicos, que es propia de la llegada de estas tecnologías al ámbito de los afectos….

AB: …en una sociedad globalizada y urbana porque no es igual en un mundo rural.

PP: Exacto. Por otra parte, estas experiencias de amor y desamor, la sensación de que cuando nos enamoramos sólo nosotros nos enamoramos en el mundo, o cuando la separación, nadie ha sufrido como nosotros, es algo universal. En mi novela lo que cambia es que los personajes se mueven en Madrid, ciudad cosmopolita, en donde los derechos de la mujer son considerados y entendidos. Diferente es en Perú o Ecuador, donde he participado en conferencias, y noté un sesgo muy distinto….

AB: En algunos lugares de Latinoamericana, las mujeres estamos como en el siglo XIX…

PP: Sí. Los que vivimos en centros urbanos tendemos a suponer que esos derechos ya son universales. El hecho que esta novela se lea en distintos países, revaloriza la novela y le da un carácter político añadido.

AB: En consecuencia, el tema de la migración subyacente plantea el tema de la identidad, Tus personajes sin nombres son ambiguos, sabemos que en las ciudades las personas son números, y esto conlleva al concepto de identidad y pertenencia.

PP: Sí, absolutamente. Los personajes ante la separación de la pareja, sin saber ellos qué ha sucedido (aparece la dimensión del tiempo a la que hacías referencia), por ser extranjeros, se dan cuenta que habían construido ”un mundo privado”, el rompimiento de ese mundo privado los lleva a redefinirse: ¿Quién soy? ¿Cómo me ven los otros? ¿Cómo deseo ser amado? ¿He aprendido algo de esta ruptura? Los personajes comprenden que se les derrumba “su mundo”, lo cual también muestra que la precariedad sentimental es reflejo de la precariedad económica, social, laboral, la gente se mueve en función de sus trabajos

AB: Esas mudanzas nos llevan al desarraigo…

PP: Claro. Es muy dificultoso tener un proyecto vital junto a una persona; a veces una de las personas necesita cambiar de trabajo y esos cambios suponen un gran esfuerzo de la pareja en readaptarse. Los personajes al separarse se dan cuenta de esa fragilidad social, laboral que impacta los afectos. Aparece, a su vez, el tema de la comunicación, tenemos más herramientas de comunicación que en el pasado pero hay más dificultad para entendernos. Por ejemplo, muchas relaciones en redes sociales son estimuladas para activar el tráfico en las redes o para tomar decisiones a partir de noticias que, a veces, son falsas. En las redes no se sabe, hay muchos casos de adulteraciones y denuncias, perfiles falsos…entonces, la comunicación se ve en dificultades

AB: No crees que el amor es, además de tiempo, voluntad. Voluntad de amar. Pensaba mientras leía tu novela en Kundera, en Gunther Grass, en Mishima

PP: Estas muy acertada con esos escritores. El estado actual de las relaciones amorosas está presidido por una concepción utilitarista de las relaciones. La socióloga Eva Lllouz escribe sobre esos temas, ella sostiene que hay una cierta percepción de la inversión que se debe hacer en una relación amorosa en procura de determinados beneficios. Los personajes de la novela descubren que la relación debe ser repensada porque se han producido cambios. Amar no era solamente tener lo que algunas personas desean: compañía, soluciones domésticas, conversaciones, un mundo íntimo….es habitar el mundo de una manera específica en el marco de lo cual, ellos son lo que el otro ve que ellos son. Amar es querer amar y construir junto a alguien y si funciona bien es una experiencia de gran enriquecimiento, que produce grandes transformaciones en uno.

Se debe hacer una inversión tan grande que la pérdida de beneficios es aterradora. Por eso, la gente joven, a veces, se protege de una especie de desamparo, de frustración, que es uno de los signos de esta sociedad, otras personas, en cambio, lo dan todo, una entrega total. Del ciclo desde donde yo vengo, infancia, padres, educación, la pareja era un lugar de construcción, había una vocación de transformación.

AB: No olvidemos la religión como factor dinámico de estas relaciones.

PP: Sí, sin duda. Pero la generación anterior, creía en eso y han construido relaciones de pareja que superaron situaciones, con un compromiso, y el compromiso puede ser llamado amor. También, los cambios en nuestra sociedad y dentro de nosotros, (que por suerte existen), producen otros cambios que afectan o renuevan a la pareja. El tema del amor es complejo, mi novela es una aproximación… Estamos amando de una manera distinta a como amaron nuestros padres

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