Pedro Jiménez: Un hombre bueno de Torre Pacheco

Presentamos en el Ayuntamiento de Torre Pacheco un libro sobre el que fuera alcalde de esta localidad durante veinte años. He tenido el honor de coordinarlo y de darle un empaque que, sin duda, brilla por la figura tratada. Éste es el prólogo, que nos aproxima a una persona extraordinaria. 

Pongamos que hablamos de Pedro Jiménez

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Pedro Jiménez en las calles de Torre Pacheco

Son muchas las reflexiones que hemos captado y que constan en este libro a propósito de una persona única. Creo que si fuera una tesis doctoral, sin partir de una hipótesis, habríamos ido, no obstante, en busca de un autor y un escenario que nos han colmado a quienes hemos intervenido en todo el proceso de creación de una auténtica hermosura, de una paz y de un encuentro con una absoluta Humanidad, la que desprende Pedro.

Contabilizamos muchos epítetos, un sinfín de calificaciones. Así, hay quien nos dice que es “una persona indescriptible por el gran número de dones acumulados, ya que su constancia, sabiduría y capacidad de persuasión le dan el poder de realizar cualquier proyecto que se proponga”.

Hemos registrado más. Citaremos, en este prólogo, algunas frases sin mencionar a sus autores. Las hallarán poco a poco, desmenuzadas, más profundas todavía, a lo largo de las siguientes páginas.

Por ejemplo, hay quien alude a un imaginario que es realmente él, y se muestra concluyente: «la vida es lo que hacemos de ella. Caigo en la cuenta de que solo un hermano te habla así.” Éste podría ser perfectamente nuestro personaje estudiado.

Hemos sido testigos, a través de muchos familiares, conocidos y amigos, de que pocos como él comunican. “Por ello, nos hemos de convencer, como él lo hace, de que los flujos de ideas, de atenciones, de intereses, de cuestiones novedosas o interesantes, de lo que nos conviene y de lo que no… han de servir a los fines de todos y cada uno de los que intervienen en el proceso comunicativo”.

En paralelo, dentro de las coincidencias, algunos ensalzan sus logros y su espíritu:

“Con Pedro se pusieron en marcha iniciativas e instituciones que ahora se consideran un Derecho”.

“A Pedro se le recuerda por la recuperación de la torre campanario de la Iglesia, y la creación del campo de golf municipal”.

“Fue un adelantado, un visionario al que todos reconocen su labor”.

“Su secreto ha sido… hacer creer a los demás en sus propias posibilidades, compartir con los demás el itinerario hacia la creación de una identidad como pueblo…que no teníamos”.

Alguien que lo conoce bien, que lo ha estudiado, que lo ha seguido informativamente lo ensalza como ese “alcalde sin tacha”. Lo es. La honra a la par que el oficio.

Continuamos. Otros se fijan en que:

“Tiene una gran personalidad. Siempre se le están ocurriendo cosas por hacer”.

“Poseía una gran visión de futuro sobre cuáles serían los derroteros de la sociedad. Todo lo bueno lo quería para su pueblo”.

Si vamos a los aspectos que resaltan exclusivamente su comportamiento, todo son elogios:

“Lo más destacable de Pedro Jiménez fue su amor, dedicación y trabajo de servicio hacia sus vecinos de Torre Pacheco”.

“Fue un hombre recto, educado, de buen trato, y muy voluntarioso”.

Además, en su briega por la sociedad se ha presentado como un hombre excepcional. Por ello se nos resalta:

“Velaba por el apoyo a cuantos colectivos del municipio necesitaran de su colaboración tanto personal como de la correspondiente a su cargo público como alcalde”.

“Cuando estás esperando que pare, esprinta”.

“Es directo, jovial, avispado e inteligente. Ha conseguido que Torre Pacheco sea la capital del Campo de Cartagena”.

Como resumen de su personalidad, todos coinciden en que:

“Fue un buen alcalde, y una buena persona; era amigo de sus amigos”.

“Descolló como un hombre muy trabajador”.

“Ha sabido aprender mucho de la experiencia que a lo largo de su vida ha tenido, y luego la ha trasladado al bien común”.

“Consiguió poner al municipio en una órbita no igualada nunca después de su mandato, ni antes”.

La importancia de la persona, del político, consta, casi de manera reiterada, en toda esta obra, que da una imagen muy poliédrica de él:

“Es irrepetible, único, excepcional. Nos sentimos orgullosos de conocerlo y de que nos sirva de referencia”.

“Tiene una sabiduría innata, que le ha permitido desenvolverse muy bien”.

“Era y es inmejorable, siempre volcado en los demás, sobre todo en el ámbito educativo, que es donde más le conozco”.

“Es una persona bondadosa cercana, cariñosa,  entrañable y, desde luego, con mucho criterio”.

Incluso los que le han tratado menos o no han estado entre su círculo más estrecho lo ven como alguien que sumó y mucho:

“Pedro está exento de soberbia. Ha sido un vecino más”.

“Con Pedro, el municipio dio un salto de gigante en favor del sector turístico, sin olvidar los avances en agricultura”.

“Pedro era un hombre cercano, perseverante y entregado a sus amigos y a su pueblo”.

Hay un grupo de personas a las que hemos consultado que rememoran su especial filosofía de vida y su apuesta por la educación:

“De él destacaría, sobre todo, que era una persona muy preocupada por la educación en su pueblo”.

“Su vida interior es un reflejo de su vida exterior, es decir, él manifiesta lo que realmente es: no tiene dobleces”.

Hemos tenido, igualmente, un autor ficticio que lo ha mirado desde el otro lado del espejo, y ha subrayado, entre otras cosas, lo siguiente:

“Subraya que se vuelca con los débiles. Rememora que es un derecho y un deber constitucional. Tiene mucho porque cree que la clave está en la Humanidad. Busca y encuentra. Afirma estar preparado”.

Hemos respirado con cariño y devoción las palabras de su hija, Trini:

“He visto a mi padre emocionarse con problemas de la gente de su pueblo y lo he visto luchar por los intereses de los inmigrantes y por el bienestar de la gente que sufre y he pensado que Pedro Jiménez es una de esas personas admirables y admiradas, un político y un padre con quien paseas por la calle y la gente te va parando y todo el mundo lo aprecia, y casi veinte años después de haber dejado la alcaldía, mucha gente le sigue llamando mi alcalde”.

Es más complicado enumerar y glosar lo que nos dice el propio Pedro a propósito de su existencia. Sirvan estas pinceladas para que sepan qué van a hallar en éste, su libro:

“Me siento orgulloso de haber servido a mi pueblo y a sus ciudadanos y de la correspondencia de ellos hacia mi persona y mi familia”.

“Soy un hombre sencillo, creyente, familiar y feliz”.

“Lo que he hecho ha sido con el buen hacer y la ayuda de todos y sin distinciones de colores políticos”.

Estamos convencidos de que con ese menú, con este sumario de opiniones, estarán deseando leer este libro. ¡Adelante! Les pasará como a mí: querrán releerlo.

 

Juan Tomás Frutos
Soy Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid, donde también me licencié en esta especialidad. Tengo el Doctorado en Pedagogía por la Universidad de Murcia. Poseo seis másteres sobre comunicación, Producción, Literatura, Pedagogía, Antropología y Publicidad. He sido Decano del Colegio de Periodistas de Murcia y Presidente de la Asociación de la Prensa de Murcia. Pertenezco a la Academia de Televisión. Imparto clases en la Universidad de Murcia, y colaboro con varias universidades hispanoamericanas. Dirijo el Grupo de Investigación, de calado universitario, "La Víctima en los Medios" (Presido su Foro Internacional). He escrito o colaborado en numerosos libros y pertenezco a la Asociación de Escritores Murcianos, AERMU, donde he sido Vicepresidente. Actualmente soy el Delegado Territorial de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) en Murcia.

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