Profanadas, novela de intriga de Baltasar Magro

Baltasar Magro, no necesita presentación para los toledanos cultos (yo diría que tampoco para muchos españoles: su paso por TVE, en concreto en Informe Semanal, fue muy relevante). Además de su trabajo periodístico, en los últimos años ha publicado varias e interesantes novelas.

Portada-Profanadas Profanadas, novela de intriga de Baltasar MagroLas que me vienen primero a la memoria (además de la ya lejana El círculo de Juanelo) son «La luz del Guernica» (de 2012) en torno a la gestación de esa magna obra por parte de Picasso y los misterios que la rodearon; y «La hora de Quevedo», una especie de memorias apócrifas del escritor del Siglo de Oro, en su vertiente más política por un lado y reflexiva por otro. Ambas tienen mucho interés.

Ahora nos presenta Profanadas, una típica ‘novela negra’, de intriga y acción, de ritmo muy ágil, y desenlace rápido, cuya peculiaridad para los toledanos es que se desarrolla íntegramente en esa ciudad.

La trama es relativamente simple: una sucesión de asesinatos de monjas en diferentes conventos de Toledo, cuyos cadáveres aparecen desnudos y expuestos para provocar una tensión mediática importante. Desconocemos todo de los móviles, de las conexiones entre las víctimas, y por supuesto de la identidad de él o los asesinos, hasta que la inspectora Elena Artiles, de la Policía Nacional, se hace cargo del caso y empieza pacientemente a ir atando cabos.

Mientras, como es fácil de prever, irán surgiendo las presiones políticas, a los más altos niveles, la intranquilidad de los hosteleros, la angustia de las autoridades eclesiásticas, el desconcierto de la población y, cómo no, las falsas pistas.

Para mí lo más novedoso del libro, además de la elección por parte de Magro de una inspectora mujer, que además manda sobre dos subinspectores y el resto del equipo, con lo que eso tiene de atípico en este género y supongo que en la realidad, es el sutil humor de que hace gala Baltasar Magro a la hora de definir los personajes, de presentarnos sus vacilaciones, incluso sus equivocaciones. No estamos ante el prototipo del detective norteamericano, firme, seguro, claro en sus convicciones, sino ante una mujer -inteligente pero con dudas, así como con problemas personales- como cualquiera otra. En ningún caso nos es presentada como una ‘heroína’.

La trama se va desenvolviendo con buen ritmo, con tensión y denota en primer lugar el enorme conocimiento que Magro tiene de su ciudad; de primera mano, sin haber tenido que buscar datos en los libros. A lo largo de las investigaciones surgen falsas pistas que parecían verosímiles y acaban no conduciendo a nada, hasta que una serie de coincidencias permite a la Policía tirar del hilo que les lleva a la solución definitiva. Quizá lo de menos es la articulación de la trama en sí misma, sino -como decía antes- la sutil definición de personajes relativamente atípicos, junto con la propia espectacularidad y crueldad del caso, por lo poco habitual e insospechado.

El otro elemento para valorarla es el recorrido por la ciudad y sus conventos, no sólo por las calles y plazas más o menos conocidas, sino por subterráneos y zonas oscuras de los conventos, por ese Toledo oculto que no se ve a primera vista pero que ha tenido tanta importancia en la configuración histórica de la ciudad. En algunos momentos la novela de Magro me ha recordado, salvando todas las distancias, al Club Lovecratf, de Antonio Lázaro, que también se desenvolvía en ese submundo y en la esfera siempre sugerente de los coleccionistas de objetos antiguos.

  • Profanadas (novela)
    Baltasar Magro
    Stella Maris Ed. Barcelona, 2015;
    224 pags.; 21 €

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