Rojas y Rodríguez: El arte flamenco por delante

Rojas y Rodríguez, una compañía madrileña, pero con sabor a Málaga la bella, a Córdoba la mora… y al Madrid más castizo y más flamenco, ha abierto la programación que abarca Suma flamenca de la Comunidad de Madrid.

rojas-y-rodriguez Rojas y Rodríguez: El arte flamenco por delanteEntre los 10 componentes de Rojas y Rodríguez hay figuras del cante, el toque, el baile. Está la inmensa figura de La Lupi dando color a todo el cuadro, con unos tacones que mandan y una bata de cola que quita el sentido. La Lupi, casi estatuaria cuando le da la gana, pero que cuando se arranca, es capaz de hipnotizar al anfiteatro, y que actuará más adelante con su propia compañía en solitario a lo largo de la Suma Flamenca.

Es lo teatral hecho tablao con mucha esencia. Los bailaores son ellos, Rojas y Rodríguez, quienes dan nombre a la compañía, pero hasta diez, hay más bailaores destacados (Pol Vaquero) y entre todos, con el cante y el toque, van formando cuadros que se desplazan por el inmenso escenario, siempre en torno al cajón y a su luz que les guía en sus movimientos. Un campamento nómada en medio de la noche, se diría, con una gran familia ambulante, llena de ritmo y de espíritu teatral en cuyo regazo resuenan palabras sagradas para cualquier flamenco y no flamenco, tales como La Farruca, Las alegrías de Camarón, el Barrio de Santa María… Palabras gritadas desde una garganta rota, poderosa de desgarro que, taconeadas y bailadas, son otras tantas reminiscencias en homenaje a los grandes maestros.

«El arte por delante», en palabras de Ángel Rojas, es una mirada a lo teatral desde el tablao en el que se vuelca toda la experiencia recogida en los teatros.

Baile: Rojas y Rodríguez
Artistas invitados: La Lupi, Pol Vaquero
Cante: Juan Debel, Roberto Lorente, Alfredo Tejada
Guitarra: Curro de María, Paco Cruz
Percusión: Miguel Cheyén
Centro de Arte Fernán Gómez – Centro Cultural de la Villa
Fecha: 6 de junio de 2015

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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