Teatro, cine y un libro rememoran el encuentro entre Fischer y Spassky

El campeonato mundial de ajedrez de 1972 entre el entonces estadounidense, Bobby Fischer (1943-2008) y el otrora soviético, Boris Spassky (San Petersburgo, 1937) ha vuelto a la memoria de la mano de una obra de teatro que se representa en Madrid, ‘Reikiavik’ y de una película recién estrenada por Hollywood en las pantallas de Estados Unidos, ‘El sacrificio del peón’ ( Pawn sacrifice).

Spassky-Fischer-mundial-1972 Teatro, cine y un libro rememoran el encuentro entre Fischer y Spassky

Aquel encuentro denominado pomposamente ‘match del siglo’ celebrado en 1972 siendo algo más que una partida de ajedrez, se convirtió en el enfrentamiento simbólico entre Estados Unidos y la Unión Soviética en un tablero de ajedrez, la ‘Guerra Fría’ trasladada a los 64 escaques, en la capital islandesa, Reikiavik, una fría ciudad que acogió este importante reto -ningún campeonato se había disputado fuera de Moscú desde 1951-.

Los soviéticos confiaban en Spassky quien nunca había perdido previamente con Fischer –tres victorias y dos tablas-. Todo el ‘aparato’ soviético y detrás de él, un total de 35 grandes maestros estaba con su campeón, en un país que contaba por millones los seguidores del juego, había miles de clubs y era considerado casi como una religión, al contrario de lo que sucedía en Estados Unidos. Era el orgullo nacional lo que estaba en juego. Cuando tomaron el poder los bolcheviques una de sus medidas fue popularizar el juego, acuñándose el lema, ‘Llevemos el ajedrez a los trabajadores’. Lenin y Stalin fueron grandes aficionados.

De la importancia que se daba al encuentro en Estados Unidos baste recordar el papel del entonces secretario de estado, Henry Kissinger (1923) –“el mayor criminal de guerra que anda suelto por el mundo”, acertada definición de su compatriota, el fallecido escritor y periodista Gore Vidal (1925-2012)-. Según asegura Kissinger –aunque hay dudas al respecto- llamó a Fischer para que “moviera el culo y se fuese a Islandia” recordándole su “deber patriótico”. Tras la inicial reticencia del campeón americano que exigía más dinero –un magnate británico dobló la cuantía de los premios llegando a los 250.000 dólares- y modificar ciertos detalles respecto al encuentro, algo típico de sus muchas excentricidades que conservó toda su vida, acudió a jugar el campeonato del mundo.

El duelo acabó después de más de dos meses con un total de siete partidas ganadas por Fischer, tres por Spassky y once tablas, técnicamente 12,5-8,5 a favor del estadounidense. Hay que destacar que el inicio no fue bueno para Fischer que, como queda dicho, se había retrasado al incorporarse a la capital islandesa (llegó el 11 de julio y la apertura del torneo fue el día 1). Así, perdió el primer encuentro y no se presentó al segundo por una de sus manías, retirar las cámaras de televisión y poner el reloj a cero. Se le dio por pérdida, luego ya ganó la siguiente partida y tras unas tablas se impuso hasta conseguir la séptima victoria. Memorable fue la tercera victoria –sexta partida disputada- de Fischer, con el público y el propio Spassky aplaudiéndole de pie en el escenario.

Fue el único estadounidense en conquistar el título aunque tuvo el precedente de Paul Morphy (1837-1884) al que algunos consideran el mejor jugador de la historia.

Consiguió la mayor audiencia en Estados Unidos en la televisión pública, PBS, así como atraer a millones de compatriotas al juego. Lo conocido después es historia del ajedrez, Fischer tras recibir honores en su país y a pesar de estar en el cénit de su carrera con tan solo 29 años desapareció del mapa, fue desposeído del título en 1975. Nunca más se volvió a saber de él –excepto en 1981 cuando fue detenido con aspecto de vagabundo en Pasadena donde entonces residía- hasta veinte años después, en que, seguramente, por motivos económicos, -una bolsa de cinco millones de dólares- reapareció abruptamente a la palestra.

Spassky-Fischer-1992-Yogoslavia Teatro, cine y un libro rememoran el encuentro entre Fischer y SpasskyEn efecto, el famoso duelo volvió a repetirse veinte años después en plena guerra de los Balcanes, primero en el pueblo costero de la entonces Yugoslavia, Sveti Stefan (hoy localidad de Montenegro) y luego en Belgrado. El resultado fue el mismo, victoria del estadounidense. De 30 partidas ganó diez, perdió cinco y hubo 15 tablas. Fischer en un mediático gesto escupió sobre la carta del Gobierno que le conminaba a desistir de jugar por romper el embargo contra el país balcánico.

Las autoridades de Estados Unidos dictaron orden de búsqueda y captura contra Fischer, lo cual podía llegar a costarle hasta 10 años de cárcel. Tras ser detenido años después en el aeropuerto de Japón acabó su vida en Islandia, donde siempre fue muy querido, abrazando su nacionalidad y renegando de las autoridades y Gobierno de su país de nacimiento. Murió a los 64 años, el mismo número que los escaques del ajedrez que marcaron toda su vida. Está enterrado en Selfoss, pequeña localidad. costera del sur de Islandia.

Fischer nacido estadounidense murió islandés, nacionalidad adquirida en 2005, poco antes de fallecer, mientras que Spassky nacido soviético, y tras caer en desgracia en su patria natal, se convirtió en francés en 1984 aunque ahora reside desde 2012 en Rusia tras sufrir un derrame cerebral. Miles de páginas, reseñas, artículos, libros y opiniones de todo tipo se han efectuado sobre la figura de Robert James Fischer aunque la más divulgada es reconocer que fue uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos lo que no hace olvidar sus arrebatos, manías, carácter paranoico, excentricidades y sus declaraciones antisemitas –aunque por parte de madre tenía origen judío-.

Reikiavik-cartel Teatro, cine y un libro rememoran el encuentro entre Fischer y Spassky‘Reikiavik’, obra escrita por el dramaturgo Juan Mayorga (Madrid, 1965) se estrenó el 27 de marzo de 2015 en el Teatro Palacio Valdés de Avilés para pasar al teatro Valle Inclán de Madrid donde estará hasta el 1 de noviembre La obra fue escrita en 2012 pero es ahora cuando sale a las tablas. El argumento es simple, dos fanáticos del ajedrez con nombres simbólicos de batallas napoleónicas (no hay que olvidar la pasión ajedrecística de Napoleón), Bailén y Waterloo, se retan en un parque cualquiera ante un tablero y unos días juegan, intercambiándose, a ser Spassky y Fischer. La última partida la juegan delante de un joven estudiante, testigo de excepción de este examen final entre dos hombres que recuerdan la gloria del campeonato de Reikiavik.

El sacrificio del peón

sacrificio-peon-poster Teatro, cine y un libro rememoran el encuentro entre Fischer y SpasskyEn cuanto a la película ‘El sacrificio del peón’ ( Pawn sacrifice) recién estrenada en pantallas estadounidenses está dirigida por Edward Zwick –director de ‘El último samurai’ y ‘Diamante de sangre’- y se centra en la preparación de Fischer antes del decisivo encuentro con Spassky y el relato del mismo. Por cierto, la figura de Bobby Fischer aunque totalmente ausente, también ha motivado otra película, ‘Buscando a Bobby Fischer’ (Searching for Bobby Fischer) de 1993, dirigida por Steven Zaillian y basada en la vida del protagonista, el niño prodigio del ajedrez, Joshua Waitzkin.

Por su parte, el escritor argentino Oliverio Coelho se ha sumado a este revival de Fischer y en su novela ‘Bien de frontera’ editado recientemente por Seix Barral, recupera la figura del ajedrecista estadounidense desde su precoz afición al juego hasta llegar a la cúspide mundial situándolo en una novela futurista en la última etapa de su vida en Argentina mezclándolo con otras historias. Hay que recordar que Fischer sí estuvo en Argentina, en concreto en 1996 e incluso protagonizó una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, con la presencia del entonces gobernador y luego presidente, Eduardo Duhalde. Pero se le retiró el apoyo económico prometido y quedaron fuera sus proyectos ajedrecísticos, saliendo del país.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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