Temporeros, golondrinas tras la celosía

La Sala de Exposiciones Temporales del Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco acogió en 2013 la muestra ‘Retratos Golondrina’, del artista argentino afincado en Francia, Abel Robino. Sn 18 retratos de grandes dimensiones, fruto de un año de trabajo y de la superposición de 4 capas en cada obra, sobre las que se han realizado un total de 30.000 incisiones.

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«Retratos golondrina» de Abel Robino

 

Las instantáneas, tomadas en la localidad riojana de Briones durante otoño de 2011 y 2012, se centran en los rostros de temporeros de la vendimia, en cuya vida y circunstancias no ahondaron los autores. El resultado son retratos públicos de personas anónimas, cuya historia personal adivinamos en su mirada, tras la celosía dibujada por los miles de cortes en el papel fotográfico, que reflejan el cruce de caminos que anualmente conforman el éxodo de millones de personas en el mundo, los llamados “golondrina”.

Se trata de una muestra en la que el artista argentino afincado en Francia, Abel Robino, ha querido dar visibilidad a la emigración temporal y repetitiva que cada año se produce en diferentes lugares del mundo y que está vinculada a la agricultura. De ahí el título, porque los temporeros, al igual que las aves migratorias, han de viajar en busca de otras latitudes, condicionados por las estaciones y las épocas de cosecha, para partir de nuevo, de tal modo que no se llega a producir integración ni arraigo. Estos retratos públicos de gente anónima, esconden una realidad de plena actualidad.

Quizá por ello las personas retratadas aparecen tras una especie de celosía que dificulta la visión, salvo en la mirada limpia que el autor ha respetado intencionadamente, y que fuerza a una reconstrucción por parte del observador. “La finalidad es que el público tarde en descubrir a la persona, al trabajador que está en la fotografía, porque nunca llegamos a conocer del todo al otro” señala Abel Robino. Quizá, si viajamos un poco más allá, los caminos que surcan estas imágenes de grandes dimensiones nos ayudan a “descubrir al otro en su cárcel propia”. Quizá los mil caminos de las migraciones, y los de nuestra propia vida, se entrecruzan y surcan las huellas físicas y espirituales, tal y como reflejan la imágenes de Retratos Golondrina.

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«Retratos golondrina» de Abel Robino

 

Briones, el terruño de nubes y cielo que inspira

Abel Robino siente una gran atracción por Briones, por la luz, por cómo las estaciones modelan el paisaje. Refresca sus recuerdos de lo que personalmente vivió de joven entre Bolivia, Chile y Argentina. “Entre este terruño de nubes y cielo hay una energía que me llama la atención. Me siento muy cómodo en Briones”.

Las 18 obras que integran la exposición parten de una serie de fotografías realizadas por Diego Pittaluga, entre octubre 2011 y octubre 2012, en los viñedos de Bodegas Dinastía Vivanco en Briones. Tras un año de trabajo intenso, ahora ven la luz. “Siento que le debo algo a estas personas que aparecen en las fotos. Mi deuda trato de saldarla con la exposición. En el momento de tomar las fotografías junto con Diego Pitalugga no quise conocer su historia personal para no mediatizar el resultado final. Ahora, una vez concluido, me gustaría conocer más de ellos y de sus circunstancias” confiesa el artista.

Casi una veintena de obras integran esta exposición. Se trata de fotografías retocadas y recortadas en capas. La idea surge de la fusión de dos corrientes en la trayectoria de Abel Robino. De un lado, su experiencia en Pekín y Shanghai, en un trabajo de intervención artística (técnica de destrucción) sobre libros y cuadernos que llamó “Hara-Kiri-Books”, y que estaba destinado a la Exposición Universal de 2010. Esta obra se enmarcaba dentro de una serie más amplia denominada “Libros Predictivos”. Por otro lado, su pasión por el graffiti, una disciplina en la que estuvo investigando durante el año 2012.

El proceso de trabajo, una vez impresas las imágenes en gran formato, continúa “dibujando con un cuchillo (cutter)”. Cada plancha de fotografía tiene entre 5.000 y 8.000 cortes, y cada obra consta de cuatro planchas, por lo que para cada obra han sido necesarias más de 30.000 incisiones. “Me llegan a doler las manos, pero nunca me corto los dedos” reconoce Abel Robino, que dedica intensas jornadas a sus obras “a veces desde las 2 de la tarde, hasta las 4 de la mañana, ininterrumpidamente”.

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El artista Abel Robino ante una de sus obras «Retratos golondrina»

 

La curiosidad de tocar las obras

La muestra está compuesta por una pieza grande de 160 x 180 cm., sin enmarcar, para que los visitantes puedan ver el proceso de trabajo, puedan tocar y meter la mano en las hendiduras… Participan así de un boceto que desvela el proceso creativo.

A ella se suman cinco obras de 70×70 cm. también protagonizadas por los “trabajadores golondrina”, aunque en este caso los rostros están definidos por la luz y agrupadas bajo el epígrafe “Los iluminados”. Hay dos retratos en negro profundo para mostrar un contrapunto, con un fondo diferente, y un retrato doble en color y blanco y negro. Completa la selección una serie de grandes fotografías, primeros planos de 170×170 cm. que empequeñecen al observador, lo aniñan frente a su enorme tamaño. Es la llamada perspectiva del gigantismo que el autor ya ha explorado en otras ocasiones.

El también argentino Diego Pittaluga, fotógrafo y artista polifacético, con el que Robino lleva más de una década colaborando, fue el encargado de realizar las fotografías. Una fructífera relación artística en la que Pittaluga aporta el toque crítico y, tal como señala Abel Robino, “me comprende”. Ellos, junto a otros artistas de diversas disciplinas (músicos, video creadores, pintores…) integran en París el colectivo TAC, Territorio Autónomo de Creación.

Un artista golondrina exiliado en París

Poeta y artista plástico, Abel Robino nació, en 1952, en la ciudad de Pergamino, la llamada “Perla del Norte”, situada a poco más de doscientos kilómetros de Buenos Aires. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de La Plata y realizó el Máster en Artes Plásticas. Afincado en Francia desde que en 1982 hubo de exiliarse, se ha convertido en un artista de referencia a nivel internacional. “Me identifico mucho con la idea de golondrina, la de ir de lugar en lugar, buscando algo.”

Entre sus obra lírica se encuentran títulos como Obsesión (1978), Las especies de la noche (1982), El estado de la quietud (1986), Hiel por hiel (1997) y Poemas (2004). Creador precoz, desde sus primeras obras la pintura y la poesía han ido de la mano. “Me inclino porque la poesía sea canto, como lo quiere la vieja tradición homérica, y porque todos los recursos y procedimientos empleados giren en función de poder pronunciar la palabra”, señala. Sus obras artísticas han estado expuestas en diversos países de América, Europa y Asia, entre ellos: Argentina, Brasil, Cuba, Francia, Bélgica, Alemania, Suecia, China…

“Solamente sé quien soy en el momento en que estoy trabajando. La muerte llegará entre cuadro y cuadro, pero no mientras estás pintando. Lo único que vale es el momento de la creación.”

  • Datos de la muestra
    Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco
    Carretera Nacional 232-Km 442.
    Briones, La Rioja
    Del 30 de octubre de 2013 al 2 de marzo de 2014.
    www.dinastiavivanco.es

Sobre Dinastía Vivanco

Dinastía Vivanco está formada por Bodegas Dinastía Vivanco (vinos de Rioja), gestionada por Rafael Vivanco, enólogo que cursó sus estudios en Burdeos, por el Museo de la Cultura del Vino y por la Fundación Dinastía Vivanco (ambos liderados por Santiago Vivanco).

Pedro Vivanco, tercera generación de esta familia bodeguera y gran impulsor del proyecto, comienza a adquirir en los años 70 las primeras piezas museográficas, de toda índole, así como libros de diversas épocas y temática enológica. Hoy en día podemos hablar de una colección sin precedentes, que son el alma del Museo de la Cultura del Vino, referente mundial, y del Centro de Documentación del Vino Dinastía Vivanco. Entender esta colección privada supone conocer la tradición enológica de la familia Vivanco, que se remonta al año 1915. La pasión por el vino y el espíritu emprendedor siguen intactos década tras década y, ya en la tercera generación, se transforma en un deseo filántropo de dar a conocer todo lo que el vino simboliza, no sólo en el seno de esta familia bodeguera, sino en el arte y la cultura.

Bodegas Dinastía Vivanco

La familia Vivanco impulsó una nueva y moderna bodega que supone un referente en innovación enológica para la elaboración de vinos de calidad. La bodega se ha diseñado para maximizar en sus vinos el carácter natural y único de sus diferentes pagos y variedades. Bajo la dirección técnica de Rafael Vivanco, se elabora una gama de vinos modernos, atrevidos y con personalidad, que resume el carácter emprendedor e innovador de Bodegas Dinastía Vivanco.

Museo de la Cultura del Vino

El Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco es un lugar privilegiado por sus variadas colecciones, su moderna arquitectura, su ubicación en el corazón de La Rioja Alta, en España, y unas vistas que limitan con la azulada Sierra de Cantabria y la ciudad medieval de Briones. Inaugurado en el año 2004 por S.M. el Rey Don Juan Carlos, este Museo es uno de los más importantes del mundo gracias a una colección única vinculada al arte, la arqueología y la etnografía. Convertido en uno de los principales atractivos turísticos de La Rioja, este Museo ha recibido, entre otros reconocimientos, el primer premio al mejor proyecto enoturístico internacional, galardón otorgado en 2004 por The Global Network of Great Wine Capitals, en Melbourne, Australia. Así mismo, la Organización Mundial del Turismo otorgó en 2007 el Premio Especial del Jurado y ese mismo año la UNESCO lo declaró el mejor Museo de la Cultura del Vino a nivel mundial.

La Fundación Dinastía Vivanco

Íntimamente ligada a la Bodega, se ha creado, desde el más profundo amor al vino, la Fundación Dinastía Vivanco, cuya finalidad es investigar y difundir las prácticas de viticultura y enología, así como la rica herencia histórica y cultural que el vino ha generado a lo largo de los siglos. Cabe destacar que la Fundación ha creado un órgano de apoyo y asesoramiento, el Consejo General de Altos Patronos, que está integrado por destacadas personalidades de ámbitos tan diversos como la salud, la cultura, el arte, la gastronomía, la enología, la viticultura, la historia o la comunicación. Montserrat Caballé, Carmen Iglesias, Víctor García de la Concha, Valentín Fuster, Antonio López, André Tchernia y Ferrán Adriá, son los patronos de la Fundación Dinastía Vivanco.

“Por el vino hacia Dios” (Exposición Espíritu del vino. El vino como valor religioso de la Fundación Dinastía Vivanco en el Museo das Peregrinacións e de Santiago, Santiago de Compostela).

Manuel López. La vuelta al mundo en 80 vinos

 

Manuel López
Fallece en diciembre de 2014, siendo editor adjunto de Periodistas en Español. Periodista, fotógrafo, profesor y consultor de medios. En la profesión desde 1966. Perteneció a las redacciones de 'Gaceta ilustrada', 'Cuadernos para el Diálogo", 'El Periódico" y 'Tiempo'. En 1982 funda FOTO, revista que edita y dirige hasta 2009 (287 números). Fue vocal por el sector de la Fotografía en la Comisión Redactora del Anteproyecto de Ley de Propiedad Intelectual de 1987. Profesor de Fotografía de la Universidad Nebrija (1997-2001). Desde 2000, vinculado a la Escuela Superior de Publicidad. Autor de 'Fotografía Creativa', guía didáctica de un curso en una plataforma 2.0 (282 págs., Maren, Madrid, 2010). Su exposición fotográfica antológica 'Manuel López 1966-2006' va camino de 40 itinerancias por España y América.

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