Tilde diacrítica, la coma y algo más

A lo largo de los casi veintinueve años en los que me he dedicado a escribir sobre asuntos gramaticales y lingüísticos, me ha tocado volver muchas veces sobre temas ya tratados. En cada ocasión he tenido el cuidado de mostrar enfoques diferentes y ejemplos sencillos, pero con la misma intención.

Me complace saber que muchos redactores profesionales y otros no profesionales, se han liberado de las dudas, y en virtud de lo cual, han adquirido madurez en la redacción.

Lo más agradable es que esas personas están conscientes de que nunca se termina de aprender. Esa debe ser la consigna de quienes deseen escribir bien y hablar de mejor manera.

Hace pocos días leí un mensaje de WhatsApp en el que no se utilizó ni una coma. Ese hecho me llamó la atención, dado que el aludido contenido es de una periodista que de manera muy frecuente escribe notas informativas, reflexiones y recomendaciones de diversa índole, que podrían ser oportunas y provechosas; pero la autora debe tener presente que la coma es lo que le da sentido a lo que se escribe.

Eso fue lo que inspiró el artículo de hoy, en el que en primer término les hablaré de la tilde diacrítica, luego un breve comentario sobre algunos usos de la coma, y por último de algunas formas que muchos redactores no manejan con facilidad.

He perdido la cuenta de las veces que he escrito sobre las palabras por la índole de la entonación (agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas) y del uso de la coma, y aunque ha habido logros muy significativos, aún quedan resabios sobre los que es necesario insistir.

El no uso de la tilde y de la coma son las faltas más sobresalientes en los contenidos que a diario son publicados en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp.

Por la ausencia de esos elementos fundamentales en la escritura, es difícil entender lo que otros desean expresar.

Para manejar con soltura el tema de la acentuación se debe tener claro que tilde es un signo gráfico, y acento es la sílaba tónica que tienen todas las palabras, con excepción de las monosílabas; aunque muchas de estas cumplen varias funciones dentro de la oración, y es ahí de donde surge la tilde diacrítica.

Con algunos ejemplos, quizás los más comunes, trataré de aclarar las dudas.

pronombre personal: «Lo quiero para mí». Mi adjetivo posesivo: «Mi mamá». pronombre personal: «Tú tienes tres casas». Tu adjetivo posesivo: «Ese es tu cuaderno». Él pronombre personal: «¿Él es tu hermano?». El artículo: «El libro de matemáticas».

En cuanto a la coma, es menester aclarar que no es una pausa para tomar aire dentro de una oración, pues como he dicho en reiteradas oportunidades, obedece a unas reglas gramaticales que se deben cumplir para hacer que un texto sea comprensible.

Su manejo requiere una práctica constante, si la intención es escribir para ser entendido, claro está.

Sirve, entre otras cosas, para separar los enunciados: «Tengo café, leche, chocolate y té helado». Para aclarar: «Juliana, la amiga de mi hermana, vino ayer en la noche». En locuciones conjuntivas o adverbiales: asimismo, obviamente (y todas las que terminen en mente), en efecto, es decir, en fin, por consiguiente y no obstante.

Como habrán podido notar, no es nada difícil de manejar, si se le presta la debida atención. En eso deberían esmerarse todas aquellas personas cuya herramienta sea el lenguaje escrito y oral.

Muchas son las personas, sobre todo comunicadores sociales y educadores, que tienen dificultad para usar adecuadamente las formas porqué, por qué, porque y por que, aun con la larga trayectoria y experiencia de que suelen alardear, que es lo lamentable.

Es recomendable que sepan que porqué equivale a causa, motivo, razón: «No comprendo el porqué de tu presencia (la razón de tu presencia)». Por qué introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas: «¿Por qué no viniste ayer a la fiesta?» «No comprendo por qué te pones así».

Porque se usa para introducir oraciones subordinadas que expresan causa y se pueden sustituir por puesto que, debido a o ya que: «No fui a la fiesta porque no tenía ganas».Que es lo mismo si se dijera: «No fui a la fiesta puesto que no tenía ganas».

Por que es una locución conjuntiva causal, equivalente a por lo cual o por la cual: «Solo tú sabes la razón por la que escribiste esa carta». Muchas veces se prefiere por lo cual o por la cual; pero es perfectamente aceptable. ¡Y no hay más, por ahora!

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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