Un profano hablando de economía e impuestos

Me aventuro en estos campos para plantear algunas propuestas, creo estar tan capacitado como nuestros actuales gobernantes, si ellos hacen lo que está haciendo para arreglar el Estado, como marionetas de los intereses económicos, una aportación de un ciudadano de a pie, puede que les ponga rojos de vergüenza o al menos que no nos crean estultos. Y cuando tenemos una presión fiscal del 52%, con creces mayor al de la media de la UE (38,3%), quinto mayor, igual que Holanda, sólo superado por Suecia, Dinamarca, Bélgica y Portugal (53%), escapando de ella la minoría privilegiada.

La exigencia de rebajar el IRPF por Esperanza “la lideresa”, desde el populismo que tanto le gusta, oculta la realidad, la presión de los impuestos indirectos, muchos por mandato de ella. Cuando la tasa de cobertura frente al desempleo cae al 61,4% y tres millones de parados no cobran prestación o subsidio, ella impuso el copago sanitario, el céntimo en carburantes, repago de recetas, ambulancias, muletas, corsés, muñequeras…, niega la sanidad a parados de larga duración (más de dos años). O como decía Karl Marx: “Mientras la economía funde la desigualdad, la política no dejará de ser una máquina de represión”.

También la clase empresarial por medio de Entrecanales, exigió, lo que todos los empresarios vienen reclamando desde hace tiempo: un marco fiscal estable “que favorezca el crecimiento”.

El padre del liberalismo económico, Adam Smith (1723-1790), escribió “el ingreso o beneficio que procede del capital se divide naturalmente en dos partes: la que paga el interés y pertenece al dueño del capital, y la parte excedente por encima de lo necesario para pagar el interés. Es evidente que esta última parte del beneficio no puede gravarse directamente. Es la compensación, y en la mayoría de los casos una compensación moderada, por el riesgo y problemas de la inversión del capital. El empresario debe tener esa compensación porque, en caso contrario, no podría continuar con su inversión si actuase de forma coherente con su propio interés. Si se tasase directamente en relación al beneficio. La tasa de su beneficio aumentaría en función del interés del dinero, o sea, con un interés inferior”.

Un factor de crecimiento es eliminar los impuestos indirectos (beneficiaría a toda la ciudadanía), esos que nos cobran en el día a día, sin apenas darnos cuenta, e intentar por otro lado un equilibrio empresarial, con un impuesto de sociedades a los autónomos y empresas menores de 50 empleados, generadoras de más del 90% de asalariados, de cinco puntos menos que el de las grandes empresas, dejando estas al mismo nivel de la UE, la diferencia es que las grandes empresas contratan a las pequeñas, y estas financian tanto en materiales como en mano de obra a las grandes, obteniendo mayores beneficios por ello.

Y para mantener los ingresos generados por los impuestos, suprimir las subvenciones a toda Fundación, sea particular, bancaria, de partidos, sindicatos o confesiones religiosas. También a empresas privadas y colegios privados o religiosos concertados, son empresas que generan beneficios. Eliminar la exención fiscal anual de 500€ por hijo, que existe por llevarlos a los concertados; mientras que a las familias menos favorecidas se les niega la ayuda comedor, sin desgravación en guarderías para poder acceder al mercado de trabajo. Igualmente hay que fiscalizar todo lo privatizado como: Polideportivos, Hospitales, Residencias…, exigirles facturas por el importe del servicio ofrecido, actualmente no es así, siendo una fuente de dinero negro que no cotiza a Hacienda, dinero negro para obscuros intereses. Se debe subvencionar, la creación de nuevas pequeñas empresas en tramitación y exención fiscal máximo dos años de tiempo límite, Eurovegas es un agravio comparativo.

Sobre el fraude fiscal, tasado en el 75% y centrado en el 3% de empresas o personas, 33 de las 35 empresas del Ibex 35 tienen presencia en territorios considerados como paraísos fiscales en 2011, así como las grandes fortunas españolas, los desvíos a partidos políticos. Hacienda tiene medios para hacerlo y no hablo de amnistía fiscal, una medida parecida a la de EEUU con Apple, el país al que quieren imitar. Un ejemplo de fraude fiscal que “la lideresa” calla, es el fraccionamiento en la cuantía de contratos para eludir los requisitos de publicidad, la Comunidad de Madrid burló la ley en 104 actos. El importe global fue de 3,1 millones, se sabe, pero ¿se actúa?, el fisco ya debería de haber sancionado a la Comunidad o responsables.

Contra el fraude y la lucha contra la economía sumergida, presión fiscal, aumentando el número de inspectores de Hacienda e inspectores de Trabajo para perseguirla, incluso en fines de semana o festivos, fuente de contratación fraudulenta muy habitual por la codicia del patrón, que aprovechándose de la desesperación de los tres millones de parados sin prestaciones sociales, en la comunidad de Madrid los excluyen en lugar de incentivar la creación de empleo. Esta exclusión aumentará la economía sumergida, enriqueciéndose unos pocos, contratarán sin seguro o por horas. Se debe perseguir esta práctica negrera, y en lugar de multar según ley, de importe irrisorio, obligar a empresas o patronos a contratar por 1 año a la/s personas que tenga de forma ilegal, y en las mismas condiciones que esté en ese momento, en caso de reincidencia multa por importe igual a un año y contratar a la persona de igual forma.

José Enrique Centén Martín
Nacido en Tánger (Marruecos) en 1952, de abuelos andaluces emigrados a Marruecos en los años de hambruna del XIX. Madrileño de adopción desde 1961. Sólo bachiller elemental, desde los quince años trabajando. Perseguido, encarcelado y amnistiado en 1976, siempre junto a los más desfavorecidos, es lógico. Entré en la Universidad por mayores de 25 años, estudio actualmente 2º de Historia en la UCM, incluso he escrito un ensayo“El Estado participativo”, jubilado parcial desde el 19 de marzo.

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