Una canción para Marion, melodrama vintage

Dos históricos actores británicos con mucho magnetismo –Vanessa Redgrave y Terence Stamp-, que triunfaron rotundamente en los años ’60 del siglo pasado, interpretan la última comedia dramática de ancianos (especialidad que a este paso va camino de convertirse en todo un género), Una canción para Marion, melodrama británico con cáncer terminal de fondo, que se estrena en los cines españoles el 26 de julio de 2013.

cartel-una-cancion-para-marion Una canción para Marion, melodrama vintageMarion (Vanessa Redgrave, la inolvidable Isadora de Karel Reisz y de tantos otros personajes) está llegando al final de sus días pero disfruta como una loca en el coro de su barrio londinense donde una joven profesora de música (Gemma Arterton) trabaja como voluntaria con un grupo de jubilados ensayando el tema I want your sex, de George Michael. Arthur (Terence Stamp, actor que ha ganado considerablemente con los años), el marido de Marion, un hombre de muy mal genio y nada sociable, se aburre en casa y critica el entusiasmo que su mujer pone en la música, en los últimos días de su vida. Enseguida nos imaginamos el final: Arthur acabará cantando con el resto de ancianos, como homenaje a la memoria de Marion. Y lo hará el propio Stamp, con poca voz pero agradable, a capella y nada menos que en un concurso nacional.

Melodrama blando y excesivamente sentimental, película para llorar muy lejos de la tensión y la radicalidad de Amor de Haneke, Una canción para Marion no se salva ni siquiera por el casting de –como siempre en las producciones británicas- buenos actores escasamente conocidos fuera del reino. La enfermedad, la soledad, la ausencia, incluso la muerte, se narran sin abandonar el tópico de lo políticamente correcto, todo son emociones, exceso de optimismo, sonrisas que esconden el drama interno de los personajes.

En resumen, las parejas de actores ancianos están de moda como está de moda enseñar la forma en que sus personajes se enfrentan a la muerte; están de moda también los amores que duran hasta la muerte y los coros, sobre todo los infantiles, pero después de otro film británico –que sucede en una residencia de músicos jubilados- Una canción para Marion incorpora la tercera edad al mundo de “los coristas”.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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