El Viejo Topo: 7 momentos de sus 40 años

Cuando algún día se haga, si no está hecha ya, una historia de los medios de comunicación rupturistas que florecieron en España durante la Transición, es seguro que entre los más destacados figurará El Viejo Topo, la publicación mensual que nació en octubre de 1976. Como no podía ser menos, la revista echa una mirada atrás con motivo de su número 345 y hace hincapié en siete momento clave de su historia.

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Portada de El viejo topo número 345, que celebra su cuarenta aniversario

El primero, obviamente, recuerda su editorial del número uno, donde se afirma que el viejo topo de Marx zapa sin cesar minando en la podredumbre sin sentido del hoy en busca de una respuesta, de una fresca y luminosa armonía para mañana. Fernández Buey explicó, con motivo del trigésimo aniversario de la revista, por qué El viejo topo llegó a tiradas de 50 000 ejemplares en su primera etapa, gracias entre otras cosas a su carácter dialogante entre marxistas y libertarios, y también a la atención prestada a las manifestaciones culturales y artísticas en uso.

La segunda referencia consigna la circunstancia en que la revista hubo de cerrar por razones económicas, en 1982, año marcado por la victoria del PSOE, que cooptó según Miguel Riera a la mayor parte de la izquierda en este país. En opinión de Riera, el conflicto venía de 1979, cuando Miguel Barroso intentó hacerse con el control total de la revista utilizando métodos que avergonzarían a cualquiera.

Once años después (1993), El viejo topo volvió a flote, pese a las desatenciones económicas de la izquierda acomodada, con Esther Mañé, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder, José Sachís Sinesterra, Ernesto Fontecillas, Enrique Helguera, Santiago Palacios y el propio Miguel Riera como principales propulsores del nuevo rumbo. Desde entonces, el único sacrificio a que se ha visto obligada la publicación ha sido el de verse privada del color, como consecuencia de la crisis económica y de la cancelación de la suscripción a las bibliotecas, a finales de 2011, para las que salían cada mes 1400 ejemplares.

El viejo topo sigue, hoy también con su web Topo Express. EVT cava y cava, según dice su director Riera, hoza y hoza. Mensualmente asoma su cabeza, cuarenta años después, tal como lo hizo entonces, con índices tan atrayentes y comprometidos con su línea editorial como el de este número de octubre. Podemos leer una vieja entrevista de Eduardo Galeano con Che Guevara, que data de 1964, y un artículo sumamente interesante sobre el adiós a las armas de las FARC-EP, firmado por quien fuera comandante de las mismas, Yazid Arteta.

No menos enjundiosa es la interviú que Miguel Riera hace a Pilar Carrera y Eduardo Luque, autores de un libro que muchos padres y profesores consideran de obligada lectura: Nos quieren más tontos. La escuela según la economía neoliberal. Los autores sostienen que las grandes líneas de los sistemas educativos actuales está definidas en un documento publicado por el Banco Mundial hace más de veinte años. Desde entonces se está asistiendo a un ataque sin precedentes contra el conocimiento, con las escuelas de formación del profesorado convertidas en transmisores de las propuestas de los poderes económicos.

Además de la larga entrevista con Noam Chomsky que abre el número, EVT de octubre publica un excelente artículo de Higinio Polo sobre Goethe en Italia y otro donde se analiza la islamofobia y sus patologías en la Unión Europea (UE), del que es autor Aleksandro Palomo Garrido. El autor asegura que la xenofobia y en particular la islamofobia están provocando un cisma en el interior de la UE, analiza las causas y asegura que los ciudadanos más alejados del peligro islamista (Europa Oriental) son los más islamófobos.

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