Violencia de género y salud

La importancia de detectar la VG a través de los síntomas e impresiones en consulta médica.

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Extirpando estereotipos de género sexistas, la VG y confusiones varias.

“Violencia de Género y Salud” fue el título de la jornada que se celebró el miércoles 24 de junio en el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos en Madrid, organizada por la Vocalía de Médicos en Formación de la OMC, Organización Médica Colegial.

Para mí fue una jornada reconfortante llena de humanidad, conocimiento y esperanza (algo se puede hacer), cualidades que a la cultura de los mercados, patriarcal y machista no parece interesarles mucho. Pues a un sistema económico y político que por ahora se basa en la compra-venta de todo para beneficio del capital de unos pocos (bancos, multinacionales…), que nos pida a las personas y a la sociedad que hagamos esfuerzos para tranquilizar a los mercados y así no sufran, nos puede dar una idea de lo que le puede estar importando la sanidad pública y la salud de las personas, si éstas no tienen dinero.

Este sistema económico-político que personifica al dinero, necesita leyes a su medida,  al deshumanizar a las personas tiene que esforzarse en enajenarlas, puesto que no le importa cosificarlas, degradarlas conservando el patriarcado, el machismo, el sexismo, insistiendo en dividir, separar y en educar para la violencia de todo tipo, que es la que insensibiliza, mientras que se evita educar para la afectividad y empatía que es la que solidariza, y si la gente se despierta entonces recurren a la mordaza.

Así la maquinaria económica conservadora se afana por alienar a las personas, las atribuye roles y estereotipos de género para que les sea más fácil transmitir los mensajes publicitarios de compra-venta cosificadores, alimentando y perpetuando el sistema clasista, patriarcal, machista, sexista, de usar y tirar, de relaciones de poder-sumisión, de dependencia, en vez de autonomía y emancipación, o sea de libertad.

Una televisión al servicio de este sistema económico, es lógico que se llene de programas basura, de vocerío, griterío, ruido, ladridos, violencia de todo tipo, confundiendo y contribuyendo a la manipulación de la gente para retroalimentar este sistema.

Todos y todas hemos sido educadas en una cultura con roles y estereotipos de género, lo que lleva implícito la desigualdad sexista del machismo que atribuye al hombre superioridad sobre la mujer, siendo el germen de la violencia de género. Violencia que partiendo de una  relación de “amor” termina en el asesinato de la mujer, de lo que se deriva que se confunde violencia con amor, lo cual es una enfermedad bastante grave y lo que es peor, es una epidemia.

Que “la violencia de género es una epidemia” fue lo que dijo Óscar Hernáiz, Magistrado del Juzgado de lo Penal nº 1 de Ponferrada que intervino en la jornada. Dio el dato de que este municipio es en el que más casos de VG se producen de Castilla y León, de 300 a 400 casos por año, dijo que este tipo de violencia“es un problema de salud pública, pero el sistema de salud pública no está a la altura de las circunstancias”. Insistió en que los y las médicas tienen que interiorizar que son imprescindibles en la obtención de datos a la hora de realizar los partes de lesiones, en la investigación jurídico criminal de los delitos por VG.

De los datos que se recogen de la víctima a parte de los personales, los contextuales, y los sanitarios como los síntomas, insistió en apuntar las impresiones subjetivas del médico considerándolas muy importantes.

Miguel Lorente Acosta, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada y ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género (Ministerio de Igualdad) hizo varios diagnósticos “la violencia de género es un problema de salud, pero la sociedad está enferma de machismo”, “la realidad no es un accidente, es un resultado. No se puede dejar la solución en manos del tiempo, éste está vacío, si se deja pasar, consolida la realidad. La responsabilidad es clave.”

Pues advirtió que “la violencia contra las mujeres está aumentando por la transformación asimétrica que se está produciendo, debido a que están cambiando más rápido que los hombres, se están cuestionando los roles de género y muchos reaccionan con violencia”.

Recalcó que la cultura de la desigualdad les da razones a los hombres maltratadores para pensar que su opinión es superior y no aceptan la opinión de la mujer, al mismo nivel que la suya.  Y puso un ejemplo, cuando a un varón que es “considerado bueno” por sus amigos, le llevan a la cárcel por el delito de VG, son capaces de decir ¡qué le habrá hecho la mujer, para que él siendo tan buena persona, haya terminado allí!

Como consecuencia de estos roles y prejuicios de género “el agresor es el hombre invisible en la sociedad”.

Y dijo algo interesante desde el punto de vista de los medios de comunicación, pues los casos de VG son informados cuando asesinan a las mujeres, parejas o ex parejas o hijos o hijas para vengarse de ellas, pero no se ve que hayan sido condenados, las condenas a las que se tienen que someter, no hay seguimiento… si lo hubiese, quizá esta violencia no daría tanta sensación de impunidad.

Leonor García de Vinuesa, Médica de Familia y miembro de la Red Andaluza de Formación contra el maltrato a las mujeres para profesionales sanitarios, indicó que el maltrato está lleno de emociones (confusión, miedo, culpa…) y la forma de vivirlas lleva a una manera de enfermar, que tiene que ver con la forma en que nos tomamos la vida.

La Dra. Carmen Fernández Alonso, representante de SemFYC en “Family Violence Working Group de WONKA”, se preguntó ¿qué podemos hacer desde la consulta los y las profesionales de la salud? ¿Cómo intervenir? Respondió que “la verdadera prevención primaria es un reto en la sociedad”, para lo cual es imprescindible incluir en los contenidos curriculares el tema de la violencia de género como problema de salud, para poder conocerlo, abordarlo y tratarlo adecuadamente.

Habló de 2 ejes de intervención, el de la prevención a través de un diagnóstico precoz y la necesidad de un abordaje multisectorial y multiprofesional. Concretó que es necesario que las y los médicos se conciencien de que el maltrato es un problema y les afecta, porque la atención temprana de la violencia de género, modifica el rumbo de la vida.

También que la intervención ha de ser integral: social, sanitaria, psicológica y judicial. Que requiere continuidad, es decir que el y la médica familiar tiene que hacer un seguimiento de las personas que conviven con la mujer maltratada y de ella misma, pero que la precariedad en la profesión es un enemigo de la detección y el manejo de este problema.

La intervención de María Cruz Díaz, presidenta de la Asociación de Mujeres Contra la Violencia de Género Victoria de Fuenlabrada, fue especialmente dura. Contó su experiencia como persona que sufrió malos tratos en su relación de pareja, y cómo la mala praxis por desconocimiento de los médicos que la atendieron, puso en peligro su vida, la cual ya estaba en alto riesgo cuando acudió a la consulta.

Por eso Mónica Terán, Médica de Familia y Vocal Nacional de Médicos en Formación de la OMC y coordinadora de la jornada destacó la importancia de formar a las profesionales para descubrir los síntomas de VG que puede presentar una mujer en el ambulatorio.

Teniendo en cuenta que se nos socializa en estereotipos y roles de género, sexistas, machistas, cómo se personifica al dinero, a los mercados, desde los poderes políticos y económicos, exigiéndonos a las personas esfuerzos para que éstos no sufran, mientras minan la sanidad pública, que José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC reconociese en la presentación de la jornada, que “los médicos debemos ser sensibles a la condición humana, tienes que sentir algo y cuánto más lo sientas mejor, más dispuestos estaremos a luchar y a proteger a quienes sufren y en este caso hacia las mujeres que puedan padecer la VG… estamos muy bien posicionados en la sociedad para detectar la VG precozmente” . Y que considere “la violencia contra la mujer en la cultura machista,  como un error desde el punto de vista evolutivo”  es tranquilizador y esperanzador.

Conclusiones de la jornada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.

Marisa Babiano
Me llamo Marisa Babiano Puerto, o sea Mar de risa y aunque habitante habitual de la Babia, me gustaría mejorar y llegar a buen Puerto. Después de licenciarme en Psicología y enterarme sobre algo del comportamiento humano en general y el sexista en particular, no pude por menos que interesarme por el humor. Además de formarme en intervención con víctimas de violencia de género, he trabajado a través del humor gráfico temas de igualdad, prevención VG, conciliación y convivencia escolar, comenzando en 1999 en el Área de la Mujer en Torrejón de Ardoz. El 29 de febrero del 2000 publiqué mi primera viñeta en prensa escrita, desde entonces y hasta hoy, que lo sigo haciendo en periódicos digitales. Así he pasado por: "Sur Madrid", "Global Henares", "Diario de Alcalá" y el digital cronicadearagon.es. Con participaciones puntuales en "El Ideal" de Granada y en la revista "Ideas & Negocios". He realizado exposiciones individuales y he concurrido en exposiciones y muestras colectivas de humor gráfico tales como: Muestras de Humor Social organizadas por la Universidad de Alicante, Muestras Internacionales de las Artes del Humor organizadas por el Instituto Quevedo del Humor dependiente de la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares y en el Salon International du Dessin de Presse et d´Humour en Saint-Just-Le-Martel (Francia).

1 COMENTARIO

  1. La corresponsabilidad (también) es para el verano.
    http://wp.me/pVeDc-18i
    El título alude a la necesidad de usar y poner en práctica estos dos conceptos en los meses de verano y en los tiempos de vacaciones. Las vacaciones familiares son para todas las personas que integran la unidad familiar, también para las mujeres. A veces es necesario, también en la familia como en las empresas, aplicar un plan de igualdad que pasa por el análisis reflexivo de lo qué ocurre (reparto de tareas, comportamientos, valores); considerar sus consecuencias sobre cada una de las personas que integran la familia (salud, capacidad económica, protección social); e introducir medidas (reparto de tareas, contratación de servicio doméstico,evitar tareas sin valor) para fomentar la igualdad de oportunidades en el grupo familiar.
    Más en: http://wp.me/pVeDc-18i

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