A medida que se acercan las elecciones presidenciales y legislativas en Zimbabue, que tendrán lugar en julio y agosto 2023, los defensores de la libertad de prensa expresan su preocupación por las estrictas condiciones impuestas por el gobierno para informar durante el proceso, informa Ignatius Banda (IPS) desde Bulawayo, la segunda mayor ciudad del país tras la capital, Harare.
Desde las exorbitantes tasas de inscripción para cubrir los tan esperados comicios hasta el acoso físico a los periodistas que cubren los mítines del partido gobernante, los profesionales de los medios de comunicación denuncian una escalada de los intentos de amordazar la libertad de prensa, creando condiciones hostiles para informar sobre las elecciones.
Las elecciones nacionales de Zimbabue tienen un largo historial de hostilidad hacia la prensa independiente, con los periodistas de medios de comunicación privados especialmente en el punto de mira de activistas políticos y miembros de las fuerzas de seguridad.
En la convocatoria a las urnas se elegirá al próximo presidente, con un sistema de doble vuelta, así como los 270 miembros de la Asamblea Nacional y los 80 integrantes del Senado.
En los últimos meses, periodistas independientes han sufrido agresiones físicas por parte de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue (Zanu-PF), acusados de informar negativamente sobre el gobierno del presidente Emmerson Manangagwa.
A estos periodistas -algunos de ellos trabajadores en pequeñas empresas de nueva creación, medios de comunicación privados o agencias de noticias internacionales- se les ha prohibido cubrir los mítines políticos del partido gobernante.
Mientras, a sus colegas de los medios de comunicación controlados por el Estado se les ha permitido el libre acceso, lo que ha suscitado la preocupación de los defensores de la libertad de prensa por el acceso a la información de los votantes.
La polarización de los medios de comunicación también ha provocado represalias, como la prohibición a los medios estatales de cubrir los mítines de la opositora Coalición de Ciudadanos por el Cambio (CCC).
La CCC, la principal fuerza de oposición de Zimbabue, favorita según las encuestas para desbancar al partido gobernante, acusa a los medios de comunicación estatales de hacer una cobertura sesgada y hostil, al tiempo que actúan como brazo propagandístico del partido gobernante.
Sin embargo, altos directivos de medios como la Zimbabwe Broadcasting Corporation (ZBC) y The Herald, diario nacional controlado por el gobierno, han rechazado estas acusaciones por infundadas.
Los periodistas también han cuestionado la exigencia de que paguen a la Comisión Electoral de Zimbabue unas tasas de acreditación que consideran exorbitantes, cuando los periodistas ya están acreditados por la Comisión de Medios de Comunicación de Zimbabue (ZMC, en inglés).
«Es comprensible que se acredite a periodistas extranjeros para cubrir las elecciones, pero para los periodistas locales que ya están acreditados por la ZMC, se trata de una medida injusta destinada a controlar y manipular a los profesionales de los medios de comunicación y, en última instancia, la información que llega al dominio público», analizó Tawanda Majoni, coordinador nacional de Fondo de Información para el Desarrollo, una organización no gubernamental que trabaja con periodistas locales de investigación.
El Instituto de Medios para el Sur de África (Misa, en inglés) también se ha sumado a la polémica en torno a la doble acreditación: «La cuestión de la acreditación es motivo de gran preocupación, ya que en sucesivas elecciones nos hemos dirigido a las autoridades para poner de relieve el problema de la doble acreditación, que equivale a una doble imposición», afirmó su director regional, Tabani Moyo.
«El gobierno debe replantearse esta cuestión, ya que equivale a intentar negar el acceso a la información a la gente corriente, que son votantes», dijo Moyo a IPS.
Sigue aumentando la presión sobre el gobierno para que cree un entorno de trabajo seguro para los periodistas, pero a pocos meses de las elecciones nacionales de junio, la confianza disminuye entre los analistas.
«Parece poco probable que se den las condiciones para un acceso equitativo a los medios de comunicación en la cobertura informativa en el periodo previo a las elecciones. No lo hemos visto realmente en ningún periodo electoral», afirmó Piers Pigou, analista principal para África Austral del International Crisis Group.
«Es el ámbito de la radiodifusión el que presenta los mayores desafíos, tanto en términos de quién tiene acceso como del contenido de lo que se difunde. No hemos visto una independencia adecuada de los medios», dijo Pigou a IPS.
A su juicio, «es muy poco probable que veamos voces independientes en los medios de comunicación operando de forma efectiva y que la mayoría de los zimbabuenses puedan acceder a información crucial».
Los analistas coinciden que una prensa sin restricciones desempeña un papel importante para que los observadores internacionales obtengan una visión informada de las condiciones preelectorales en un país en el que el gobierno no se ha mostrado demasiado dispuesto a permitir la libre circulación de los observadores.
«El papel de los observadores internacionales debe consistir en evaluar las condiciones generales, que incluyen cuestiones relacionadas con el acceso y el contenido de la prensa. Es de esperar que los equipos de observación reflexionen sobre ello, pero eso también dependerá de los equipos a los que se permita la entrada en el país», remarcó Pigou.
La preocupación por las condiciones para informar sobre las elecciones en Zimbabue ha crecido desde que Reporteros sin Fronteras (RSF) denunciara el año pasado que las condiciones para trabajar como periodista en Zimbabue siguen empeorando, en medio de arrestos y detenciones de periodistas en el ejercicio de sus funciones protegidas por la Constitución.
«No podemos esperar que las partes implicadas garanticen reformas suficientes en unos cuatro meses, cuando no se ha hecho gran cosa en cuatro décadas», dijo Majoni.
Para el especialista, «eso significa que vamos a las elecciones de 2023 con unos medios de comunicación amordazados». El hecho de que los medios estén gravemente limitados «significa que están mal preparados para cubrir las elecciones», evaluó.
«En esencia, por lo tanto, las elecciones ya están desacreditadas porque la libertad de los medios de comunicación es una condición necesaria para los comicios democráticos», concluyó.
La Unesco remarca que «la protección y la seguridad de los periodistas y del personal de los medios de comunicación son fundamentales para el avance de la democracia y el desarrollo general de la sociedad».
Pero los críticos al poder sostienen que Zimbabue ha seguido haciendo caso omiso de esos puntos de referencia reconocidos internacionalmente, lo que suscita preocupación sobre el papel de la prensa en unas elecciones libres y justas.
«Estamos en el décimo año del Plan de Acción de Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas. Aquellos que violan los derechos de los periodistas con impunidad y aquellos que tienen el reflejo de atacar a los periodistas durante las elecciones deben ser juzgados», dijo Moyo en su diálogo con IPS.